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Política

Malestar entre los críticos de Sánchez por su intención de cerrar el Congreso con un "mitin"

Alfredo Pérez Rubalcaba, Susana Díaz y Felipe González.

Desde que ganó las primarias, Pedro Sánchez dejó claro que quería pilotar la organización del 39 Congreso que aprobará a su Ejecutiva y así se lo reconoció la Gestora que hasta ahora venía preparando el cónclave. El líder tomaría las decisiones políticas durante estas semanas de transición y la dirección provisional, mantendría algunas labores de organización.

Sin embargo, el secretario general quiere dejar clara su impronta en esta cita de mediados de junio. Según adelantó Europa Press, está recibiendo muchas peticiones de militantes, e incluso de simpatizantes, que quieren formar parte del Congreso y, por eso, su equipo ha empezado a trabajar en la organización de un gran acto para clausurarlo. 

Aunque no hay cifras cerradas, creen que podrían llegar hasta Madrid varios millares de socialistas dispuestos a arropar al secretario general, incluso desde otras provincias, y, por eso, están buscando una segunda sede para el evento. 

Las reuniones del cónclave, en el que se debatirá también las enmiendas del secretario general a la ponencia del congreso, serán en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, próximo al recinto ferial de IFEMA, hasta donde podría trasladarse la clausura final, ya que el palacio no tiene la capacidad suficiente para acoger el acto que se está preparando.

Es decir, que el tradicional discurso con el que terminan los congresos no sería sólo ante el millar de delegados elegidos en la última semana para votar la Ejecutiva y el proyecto político del PSOE, y algunos invitados, sino ante miles de militantes, en otra ubicación. 

El equipo del secretario general considera natural que este proceso de participación de los militantes termine con ellos. Según dicen muchos 'pedristas', en los miles de afiliados que le han apoyado estos meses y que le han votado para hacerle ganar las primarias el entusiasmo permanece intacto. 

Sin embargo, estos cambios no han gustado a todo el mundo. Algunos sectores del partido consideran que supone "desvirtuar" el Congreso, que es el máximo órgano de poder en el PSOE, y "devaluar" su sistema de democracia interna. En este cónclave, defienden, la voz la tienen los delegados que han sido elegidos en un sistema democrático a través de listas que se votan en las agrupaciones y las provincias, y para las que Pedro Sánchez pidió pactos que respetasen el porcentaje de voto de las primarias.

Con estos cambios, alegan algunos socialistas, Sánchez parece buscar una "proclamación popular", después de haber ganado las primarias, que puede verse como un intento de "situarse por encima" del Congreso, cuando, en el PSOE "no hay nada por encima del Congreso". 

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