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Política

Jimmie Akesson y los enemigos nórdicos de Greta Thunberg

Greta Thunberg y Jimmie Akesson

Greta Thunberg también cuenta con enemigos en su país natal. La activista de 16 años se ha convertido en un orgullo nacional para Suecia, pero también hay suecos que tiran por tierra su mensaje sobre la emergencia climática y sobre los viajes 'cero emisiones'. Algo similar ocurre en la vecina Noruega.

Jimmie Akesson es uno de sus detractores. Se trata del líder del partido nacionalista Demócratas de Suecia, que pertenece, al igual que Vox y Hermanos de Italia, al Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos.

Su formación fue la que más creció en las elecciones de 2018 y, ahora, algunos sondeos sobre intención de voto la sitúan como primera fuerza de cara a los comicios de 2022. Por delante, incluso, del Partido Socialdemócrata Sueco, que gobierna en coalición con Los Verdes porque no logró la mayoría para hacerlo en solitario con en otras ocasiones.

El dirigente sueco considera que Thunberg, que este viernes ha llegado a Madrid desde Lisboa para participar en la manifestación contra el cambio climático, "está mejor en el colegio". Su activismo, dice, "no va a influir en el clima".

"Muchos encontraron extremadamente poderoso su discurso ante la ONU, yo vi una niña que tiene ansiedad y que realmente cree en lo que dice, que el mundo se derrumbará pronto. Me preocupa un poco, porque eso no es así", señaló a los medios suecos.

"Una niña con ansiedad"

"Una cosa es sentarse en Mynttorget y hablar sobre ello, y otra es vivir en Norrland y tener que conducir", declaró recientemente Akesson para el diario sueco Expressen. El líder de la derecha populista sueca se refiere a que no es lo mismo sentarse en una plaza del centro histórico de Estocolmo a charlar sobre el clima a vivir en una región remota del norte del país y tener que coger el coche. 

"No importa cuantas veces se siente Greta en Mynttorget, no afectará el clima en ningún caso", insiste. Akesson no niega el cambio climático. De hecho, el negacionismo en torno a este asunto es una rara avis en los países nórdicos. Pero está totalmente en contra de los mensajes apocalípticos.

"Es innegable que vemos un cambio climático. Los investigadores dicen de manera inequívoca que existe una influencia humana. Entonces debemos hacer algo, es obvio", opina el ultraderechista sueco.

El debate sobre el clima trata de hacernos sentir mal. El objetivo climático de Suecia no tiene sentido, porque no llegaremos allí"

"Pero encuentro dificultades en un debate que tiende a convertirse en una especie de retórica del fin del mundo. El tono no refleja la realidad, se polariza mucho. El debate sobre el clima trata de hacernos sentir mal. El objetivo climático de Suecia no tiene sentido, porque no llegaremos allí", explica en Expressen.

Una encuesta elaborada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que se publicó dos semanas antes del inicio de la Cumbre del Clima de la ONU (COP25), recoge que cerca de la mitad de los europeos (47%) considera el cambio climático como el principal reto para su países, sobre todo para los nórdicos. Según el sondeo, suecos, nórdicos y finlandeses están más preocupados por el clima que por la economía y el empleo.

El liderazgo nórdico en la lucha

De hecho, a principios de año, los primeros ministros de Finlandia, Islandia y Noruega y los ministros de Medio Ambiente de Suecia y Dinamarca llegaron a un acuerdo en Helsinki para estrechar la cooperación y liderar conjuntamente la lucha global contra el cambio climático.

Los mandatarios nórdicos se comprometieron a trabajar unidos para lograr que toda la región fuese neutral en carbono lo antes posible y para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Tenemos que ser más rápidos y tenemos que hacer más", señaló entonces el primer ministro finlandés, Juha Sipilä. 12 meses después, Pedro Sánchez ha calcado la reivindicación en su discurso de la COP25 donde se espera la asistencia de Thunberg.

En este contexto, el discurso 'anti-Greta' del líder de los Demócratas de Suecia no vende demasiado en el norte de Europa, pero también tiene su público. Un público que crece aún más cuando se trata de secundar los mensajes de esta formación en contra de la inmigración.

Con los resultados de los pasados comicios, Akesson obtuvo un 17,7% de representación, es decir, 63 parlamentarios

Entraron por primera vez en el Parlamento sueco en el 2010 con un 5,7% de los votos y 20 escaños de los 349 en total. En 2014 aumentaron su representación hasta el 12,9%, consiguiendo 49 escaños. Con los resultados de los pasados comicios, Akesson obtuvo un 17,7% de representación, es decir, 63 parlamentarios.

A mediados de noviembre de este año, un sondeo realizado por la empresa Demoskop para el diario Aftonbladet les otorgó el primer puesto en intención de voto. Partidos similares están adquiriendo peso en toda Europa, incluida la vecina Noruega.

El Partido del Progreso noruego

Allí Thunberg y los activistas del clima también tienen sus particulares enemigos: el Partido del Progreso (FrP) y sus simpatizantes. Desde las filas de esta formación -acusada de islamofobia- critican que el Consejo Nórdico haya decidido otorgar el premio medioambiental de este año a Greta Thunberg "que en lugar de elogiar la política climática nórdica trata de tratar de engañar a la gente para que crea que los países nórdicos son la causa del cambio climático".

"Desafortunadamente, son la política simbólica y la propaganda del miedo los que controlan el importante debate sobre el clima. Todos los que estén preocupados por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero deben rendir homenaje a los países nórdicos, y especialmente a los esfuerzos de Noruega para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero", dice el vicepresidente del Frp y ex ministro de Petróleo y Energía, Terje Søviknes.

Sin embargo, los discursos contra la activista sueca de 16 años suelen ser rebatidos con contundencia por el resto de formaciones políticas y, en general, por la sociedad civil. Thunberg se ha convertido en un referente para la mayoría de los nórdicos aunque también existen voces, como la de Akesson, que acusan a la familia Thunberg de 'comercialización climática'.

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