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Política

JPMorgan cree que unos comicios anticipados en Cataluña podrían abrir diálogo

El banco de inversión estadounidense JP Morgan considera que la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña podría ofrecer una "ventana de oportunidad al diálogo" tras el 1 de octubre y abrir un nuevo canal de comunicación entre los gobiernos de Madrid y Barcelona.

JP Morgan ha publicado un análisis en el que considera que, independientemente de que la consulta suspendida por el Tribunal Constitucional se celebre o no, tendrán lugar unas nuevas elecciones autonómicas "que permitan medir la intensidad del sentimiento proindependencia".

Esa nueva convocatoria, a juicio del análisis de la institución financiera, permitiría a los partidos reagruparse e intentar abrir un canal de comunicación entre Madrid y Barcelona sobre la base de la revisión de la Constitución.

JPMorgan cree que, con más concesiones de Madrid, Cataluña se aproximaría al estatus de un "estado semi-independiente en una federación y tendría poco que ganar en una lucha por la secesión más allá de una ciudadanía y bandera simbólica".

Sobre la consulta del 1-O, cree que la celebración del referéndum está ahora en seria duda por razones logísticas y podría tener lugar pero en una forma atenuada, con "participación limitada por la policía".

El análisis de JP Morgan considera un "paso importante" la oferta del Gobierno español de abrir un diálogo abierto sobre los mecanismos de financiación regional si se desconvoca el referéndum.

Esa "tregua", en expresión del texto, permitiría restaurar la normalidad y abriría camino a una reforma de la estructura regional del Estado.

Pero JPMorgan ve improbable un cambio de estrategia de la Generalitat y espera que el nivel de conflicto permanezca "alto" hasta el 1 de octubre.

El análisis del Banco considera que una declaración "clara" y oficial de la Unión Europea asegurando que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE y la eurozona forzaría a enfocar el debate en los efectos negativos de la separación, que el lado catalán "ha tendido a evitar".

Los efectos, según el análisis, serían la falta de acceso a los mercados de la unión, el riego de reubicación de empresas y el potencial limbo legal, la pérdida de moneda, problemas en los flujos de financiación, capital y depósitos bancarios, control de capitales.

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