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Política

La prisa de Iglesias por nombrar a Errejón reabre la crisis entre corrientes de Podemos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante su asistencia al encuentro "En Marcha 2019".

La voluntad del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, de adelantar las primarias en Madrid para que su ex número dos Íñigo Errejón haga oficial su candidatura a la presidencia en 2019 ha generado malestar tanto en el sector del actual secretario de Análisis Estratégico, como en el entorno de la actual portavoz del partido en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, afín a la corriente Anticapitalista.

Ninguno de los dos sectores comprende bien la prisa mostrada por la dirección estatal, que se decanta sin ambages por Errejón. En su entorno no entienden bien por qué en pleno estallido de la crisis del máster de Cristina Cifuentes, que estaba llamada a ser la rival de Errejón, la dirección de Podemos le ha forzado de forma pública a dar un paso al frente para ejercer ya labores de oposición, cuando los planes del candidato pasaban por forjar su proyecto "a fuego lento". 

Ruiz-Huerta, por su parte, considera "un error" la posibilidad de adelantar las primarias del partido en este momento por parte de la dirección regional que dirige Ramón Espinar, afín al sector oficialista. El lunes convocó para este miércoles de forma urgente una reunión del Consejo Ciudadano regional de Podemos, tras la petición lanzada por el secretario de Organización, Pablo Echenique. Para la portavoz parlamentaria, es "absolutamente prematuro" cuando se está "viviendo una crisis sin precedentes en Madrid desde 'el tamayazo'". 

Las críticas de Ruiz-Huerta no se quedan ahí, sino que ha acusado a la dirección de llevar a cabo un proceso lejos de la democracia interna de la que hace gala Podemos. "Pertenezco a un grupo en el que consideramos que este no es el momento de hacer las primarias y que cuando se hagan, hay que hacerlas de manera diferente", ha señalado. La portavoz en la Asamblea defendió un modelo similar al que se usó en Ahora Madrid en 2015. Piensa que el plantado ahora, " es una forma más parecida de elegir candidatos a la de los partidos de siempre".

Aunque Errejón fue invitado de manera informal a participar en el encuentro, declinó hacerlo para guardar las apariencias. El futuro candidato no pertenece a la dirección autonómica y rechazó inmiscuirse al no conocer si quiera el orden del día de la reunión. El diputado en el Congreso se vio forzado a admitir el lunes que dará el paso si la dirección adelanta el proceso, aunque insistió en que sus planes iban por otros derroteros. 

Guardar las formas de democracia interna ha pasado de largo desde el momento en que la dirección estatal se decantó de forma explícita por uno de los candidatos. La designación de Errejón para Madrid parte del acuerdo alcanzado tras la asamblea de Vistalegre II, donde Iglesias se hizo con el control. 

En su entorno no saben bien qué pretende Iglesias ahora con su maniobra, ya que le puede acabar acarreando un desgaste innecesario para el candidato. ¿Quiere el secretario general marcar los tiempos y dejar patente que sigue mandando aunque Errejón tenga más cancha mediática? ¿Es algún tipo de reprimenda por su actitud?

En cualquier caso, ambas corrientes coinciden en señalar que la táctica de Iglesias contribuye a desplazar el foco mediático de la crisis de Cifuentes hacia las disputas internas del partido morado en un momento en el que las aguas parecían haber vuelto poco a poco a la calma. 

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