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Política

Iglesias advierte a los suyos de que está dispuesto a no investir a Sánchez

Pedro Sánchez reunido en La Moncloa con Pablo Iglesias

Pablo Iglesias quiere obtener al menos un ministerio de peso en un ejecutivo de coalición con Pedro Sánchez. Algunos dirigentes de Podemos aseguran que el líder del partido comenta que está dispuesto a activar el botón rojo de la consulta entre las bases para abstenerse en la investidura a Sánchez si éste plantea un gobierno monocolor sin la presencia de miembros de Podemos en departamentos clave. De ser así, el socialista no lograría convertirse en Presidente del Gobierno, a menos de tener el apoyo del PP o de Ciudadanos.

Todas las familias de Podemos, desde los pablistas más afines hasta los críticos, confirman en conversación con Vozpópuli ese planteamiento. Incluso entre los ex errejonistas que siguen en activo en la formación admiten que Iglesias lo tiene claro. “Iglesias quiere ministerios”, aseguran las fuentes consultadas, “y no se contentará con cargos simbólicos y tampoco con independientes colocados por Sánchez a su antojo”.

Consulta sobre la abstención

El líder morado tiene que lidiar con una doble presión. Por un lado la necesidad de justificar su trayectoria tras cinco años al mando de la organización con un plan de gobierno. Por el otro, la pérdida de casi 30 escaños en las elecciones generales ha alimentado la tensión interna y la mayoría de secretarios regionales ha advertido a Iglesias de que no aceptarán entrar en un gobierno sin puestos de relevo, como desveló este diario.

La única vía para resolver ambos problemas es alcanzar el poder. “Para cambiar las cosas hay que estar en el gobierno”, repite una y otra vez Iglesias. Y en las reuniones internas los dirigentes de Podemos comentan que con 123 diputados Sánchez no puede hablar de “victoria absoluta”. “Fue el tercer peor resultado del PSOE y con 123 diputados no gobiernas en solitario, aunque te guste creerlo”, dicen.

De aquí la idea de convertir la consulta interna en una palanca para que Sánchez se decida. Una votación que servirá para refrendar una decisión tomada desde la dirección, reconocen todos en Podemos: “Con que decidas cómo se formula una pregunta, tienes el resultado que quieres obtener”.

Diálogo en La Moncloa

Durante el encuentro en La Moncloa, Iglesias habló de la cuestión con Sánchez. También salió el día anterior en el Consejo Ciudadano de Podemos, la cumbre de Podemos con todos sus dirigentes. En la rueda de prensa después de su reunión con Sánchez, el líder morado mantuvo la prudencia. Repitió tres veces lo que tenía que decir y se fue.

Hubo alivio en el equipo del Presidente en funciones, donde temían otro golpe de efecto de Iglesias. El secretario general de Podemos dio una demostración de confianza, aunque está convencido de tener entre sus manos un arma eficaz para forzar a Sánchez.

La formación de la mesa del Congreso del 21 de mayo será un momento clave para saber cómo avanzan los “acuerdos”. Los morados confían en controlar la mesa con los socialistas, y quizás obtener un cargo de gran relevancia como la presidencia, aunque no para Iglesias, sino para dirigentes de perfil más técnico. En el PSOE, no obstante, son fuertes los rumores sobre un encargo a Carmen Calvo

El resultado de Vox

Luego llegarán las elecciones autonómicas del 26 de mayo. Estos comicios serán esenciales para determinar el aguante de Podemos y también de Vox. De caer el partido de Santiago Abascal, en Podemos creen que se entenderá que muchos votos a Sánchez fueron “prestados” para frenar a “las derechas”. Y que el electorado de izquierdas entendería la negativa de Sánchez de incluir a los morados en un gobierno a los vetos “del Banco Santander y la CEOE”. Y de aquí justificar una abstención en la investidura. 

Si Podemos decide finalmente abstenerse, los socialistas no podrían formar gobierno. El bloque de PP, Ciudadanos y Vox le ganaría en votos, pero tampoco podría proponer otro ejecutivo, ya que Podemos pararía esa iniciativa. De ser así, se activaría el reloj de las elecciones anticipadas, algo que en el PSOE consideran un escenario casi imposible, pero que dentro la casa morada va cuajando como opción real.

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