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Política

Igea, dispuesto a entregar Castilla y León y Andalucía si el PSOE frena su acuerdo con Podemos

El líder de Ciudadanos en Castilla y León, Francisco Igea

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y líder de Cs en esta comunidad, Francisco Igea, se ha mostrado abierto a que su partido se replantee "alguna parte" de su "estrategia" en acuerdos de gobernabilidad autonómicos si el PSOE frena su preacuerdo con Podemos e impide que el país se separe "en dos bandos".

En declaraciones a los periodistas en los pasillos de las Cortes, Igea ha asumido que Cs está dispuesto "a cualquier cosa" y "renuncia" para conseguir un acuerdo de gobernabilidad en España que "no vulnere los principios de la Constitución del 78", algo que en su opinión sí hace el anunciado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

"No hay nada a lo que no estemos dispuestos a renunciar para conseguir un acuerdo que saque a este país del hoyo terrible al que se ve abocado en este momento por la irresponsabilidad, por la vanidad y por la egolatría de quien piensa que está antes su presidencia que su país", ha argumentado.

Con acuerdos de gobernabilidad suscritos con el PP y Vox en Andalucía, Comunidad de Madrid y Murcia, y sólo con el PP en Castilla y León, Igea ha sostenido que en ese "todo entra todo", en referencia al replanteamiento de su estrategia.

En este sentido, ha reconocido que "el PP también tendrá que reflexionar sobre esta situación" porque el llamamiento de Cs es "a los dos partidos" y "busca una vía que permita" que España "no entre en el camino del populismo bolivariano y de la cesión a quienes quieren acabar con este país".

"Lo urgente es conseguir que haya un acuerdo de gobierno en el cual estén quienes quieren mantener el pacto constitucional y no quienes quieren acabar con él", ha resumido Igea, quien ha comenzado por decir que el de hoy es un "día terrible para este país" por el preacuerdo anunciado por Sánchez e Iglesias.

De hecho, ha parafraseado a su exlíder Albert Rivera para sostener que "había una banda y había un plan", que en su opinión se traduce en una "burla" en forma de diez puntos de un acuerdo que "podría haber escrito cualquier niño de 8 años, a favor del bien y en contra del mal".

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