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Política

El Gobierno busca el 21-D un 80% de votos para que gane el constitucionalismo

El expresident Artur Mas

Mariano Rajoy alentó el pasado miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso una participación "masiva" en las elecciones del próximo 21 de diciembre en Cataluña porque el Ejecutivo considera que solo rompiendo la barrera del 77,46% de media en las elecciones autonómicas de hace dos años se podrá romper el empate entre constitucionalismo e independentismo. 

De entrada puede que no sea tan fácil ese objetivo porque la jornada cae en jueves, día laborable. Y aunque será declarada jornada lectiva en Cataluña, para poder habilitar así los centros educativos como colegios electorales, lo cierto es que el voto urbano puede verse desincentivado en relación al de los pueblos más pequeños (de hegemonía nacionalista) por cuestiones puramente logísticas: hay que pedir permiso en las empresas para ir a votar, es Navidad y hay población desplazada. Entre otros.

Tanto en La Moncloa como en la sede nacional del PP en la calle Génova se han analizado los distintos escenarios y llegado a la conclusión que si romper ese empate es difícil, "todo lo que no sea rondar el 80% del voto, sobre todo en Barcelona, lo hará mucho más complicado". Por provincias, hace tres años la que más participación registró fue Gerona (77,98%) seguida de Lleida (77,81%), Barcelona (77,65%) y Tarragona (76%).

Donde más necesitan los constitucionalistas aumentar la participación es en Barcelona, seguida de Tarragona, porque Gerona y Lérida son mayoritariamente independentistas

Los independentistas de Junts pel Si (ERC y el PDCat, que ahora no reeditarán coalición) más la CUP ganaron en escaños, no en voto, porque se vieron beneficiados por el efecto coalición, el tradicional voto útil; sobre todo en Barcelona, donde, contra pronóstico, la diferencia en diputados entre los dos bloques fue escaso: 39 para los secesionistas frente a solo 46 de Ciudadanos, PSC, PP y Catalunya Si que es Pot.

En las otras tres provincias siempre se da por hecha la hegemonía nacionalista; por eso, de no caer sustancialmente el número de diputados barceloneses para el independentismo a "unos 30, por 55 para los constitucionalistas", será muy complicado romper la mayoría secesionista en el futuro Parlament, argumentan las fuentes consultadas.

Los propios sondeos que se están publicando en estos días con previsiones de voto el 21-D arrojan resultados tan contradictorios que en las sedes de todos los partidos, no solo el PP, están convencidos de que "la clave, como siempre, será la participación".

"Mejor dicho -añade una fuente- la clave será la desmovilización o no de parte del mundo independentista tras el fiasco de la Declaración de Independencia fallida y el posterior encarcelamiento de medio Govern y la huida de Puigdemont a Bruselas".

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