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Política

La fuga de bancos y empresas de Cataluña puede dar la puntilla a la independencia

El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, con el presidente del Govern, Carles Puigdemont.

El corrimiento de tierras que se está produciendo en la economía catalana, con el cambio de domicilio social de la tecnológica Oryzon y de Banco Sabadell como punta de lanza, y el posible de CaixaBank y Seguros Catalana-Occidente en los próximos días, puede acabar dando la puntilla a la independencia de Cataluña más que la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la Ley de Defensa Nacional o cualesquiera otros instrumentos jurídicos.

Porque se rompe así el relato con el que el secesionismo había mantenido hasta la fecha anestesiada a la sociedad, según el cual, el adiós a España no solo no iba a traer pérdidas sino que, a medio-largo plazo, la renta per cápita en la futura república subiría.

Junts pel Sí defiende a capa y espada que la Cataluña independiente permanecerá en el euro, por más que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, les haya repetido varias veces que no, y que si quieren volver a entrar en la Unión Europea tendrían que hacer cola. Eso, por no hablar de la hegemonía en el debate público de verdades como que el Estado debe 16.000 millones de euros de balanza fiscal.

Pero desde el referéndum de este domingo, con las imágenes de violencia e incertidumbre que trajo consigo, el relato ha cambiado. El impacto que ha provocado la marcha de Sabadell a Alicante, y la que se espera de Caixabank ha causado honda conmoción en la sociedad catalana porque ambas entidades tienen mucha presencia no solo bancaria, sino en la vida social e institucional del país.

Ayer, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, dijo que no cree que vaya a haber fuga de empresas y su socio de la CUP llegó a pedir al Govern que no haga ninguna operación con ambas entidades ni con BBVA porque forman parte del statu quo que pretenden romper.  

CaixaBank, la clave

Al margen de estas declaraciones, la clave en este pulso entre el Gobierno, la Generalitat y el mundo empresarial está en CaixaBank. Como institución más importante de Cataluña, su posible marcha ha sido un tema tabú en Barcelona en los últimos años. Tanto, que la entidad decidió no pasar por la junta de accionistas la posibilidad de mudarse, como sí hizo Banco Sabadell, por el impacto negativo que hubiera tenido en Cataluña.

Por ello, el Gobierno tendrá que aprobar en este Consejo de Ministros un real decreto de urgencia en el que se permitirá que cualquier empresa cambie su domicilio social sin necesidad de llevarlo a junta de accionistas. Un medida a medida de CaixaBank que, según el diario Ara, fue pedida por la propia entidad catalana.

Sede de CaixaBank en Barcelona.

El cambio de sede de CaixaBank se da por hecha en el consejo de administración convocado para este viernes. El nerviosismo entre clientes, empleados y accionistas ha hecho que los responsables de la entidad catalana lo tengan claro. De hecho, fuentes financieras consultadas por este medio señalan que CaixaBank y Sabadell han ido de la mano en sus decisiones para que ninguna de las dos se expusiera demasiado a las críticas internas de los independentistas.

Los expertos recomiendan estar atentos al mercado para ver cómo acoge las decisiones de las dos entidades catalanas. Si siguen las subidas de este jueves sería un nuevo mensaje para la Generalitat de que el plan independentista no contará con ningún tipo de apoyo económico.

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