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Política

Exconsejeros de Puigdemont recusan a Llarena por su amistad con el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona

Pablo Llarena (i) en una imagen de archivo

El abogado Gonzalo Boyé, que representa a los exconsejeros de Cataluña huidos y procesados por el Tribunal Supremo Meritxell Serret y Antoni Comín, ha recusado al instructor de la causa por el 'procés' independentista en Cataluña Pablo Llarena, de quien pone en duda su imparcialidad tras conocerse que el pasado 28 de julio fue visto cenando en Palafrugell (Girona) con un grupo de amigos entre los que se encontraba Alberto Fernández Díaz, hermano del exministro del Interior y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. El juez fue acosado por un grupo de personas al término de dicho encuentro.

En un escrito de 25 páginas que tiene fecha de este miércoles y al que ha tenido acceso a Europa Press, la defensa de los procesados aluden a la actual jurisprudencia constitucional, que según esta parte ha incorporado "la doctrina de la relevancia de las apariencias" acerca de la sospecha de parcialidad.

El documento recuerda los veinte años de trayectoria política de Fernández Díaz, que presidió Nuevas Generaciones del PP y el PP de Cataluña antes de ocupar la portavocía y presidencia del grupo municipal de este partido en la ciudad condal, por lo que pide a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que valore si dicha amistad entre el político y el magistrado del alto tribunal afecta a la imparcialidad de éste, que investiga a Serret y Comín en la pieza separada que aún se mantiene en fase de instrucción por los huidos del 'procés'.

El PP los llama "golpistas"

Recuerda Boyé en su escrito que al "observador imparcial europeo" -expresión que repite a lo largo de todo el escrito- no se le escapa que "no han faltado destacados miembros del gobierno del PP que se han referido a los encausados en este procedimiento como 'golpistas' incluso antes de que la Fiscalía presentara la querella" por rebelión. Fernández Díaz "también se ha destacado por sus manifestaciones públicas en este sentido".

Se alude concretamente a un mensaje en la red social Twitter que Fernández Díaz publicó el pasado 25 de julio, tres días antes de la citada cena, en la que el portavoz del PP afirma: "El golpismo de Puigdemont no se detiene. Después de pretender un golpe de estado independentista, ahora lo ha hecho en su propio partido. Algún día deberá dejar de dividir a los catalanes y llegará el momento que rendirá cuentas ante la justicia".

"Este tuit es muy elocuente --afirma el escrito--, no solo tacha de golpista a Puigdemont (...) sino que hace clara alusión a 'la justicia'", por lo que a juicio del abogado "está expresando un deseo de que rinda cuentas ante la justicia y, qué duda cabe, espera que el excelentísimo magistrado instructor logre finalmente (...) tramitar una OEDE a Bélgica que le depare mejores resultados que las anteriores".

Por todo lo anterior, Serret y Comín recusan a Llarena y piden a la Sala de lo Penal que le cite tanto a él como a Fernández Díaz y a sus clientes para preguntarles por este asunto, y que además se libre oficio a Twitter España para que certifique el mensaje remitido por el dirigente del PP.

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