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Política

Educación y ‘ley mordaza’, primeras víctimas en la lista de sacrificios que prepara Rajoy

Mariano Rajoy, presidente en funciones

Aliviado por la fatigosa votación del Comité Federal del PSOE, el equipo de Moncloa ultima ya las piezas para el sacrificio en aras de sacar adelante la gobernabilidad. Las leyes de Educación, con otra huelga universitaria en puertas, y de Seguridad Ciudadana (conocida como 'ley mordaza') están prestas para pasar por la cuchilla a fin de resultar menos indigestas. "Habrá muchos planteamientos con los que nos hemos presentado a las elecciones que no podrán salir adelante", reconoció el líder del PP el viernes en Bruselas. Ya lo hizo en el pasado, al arranque de la Legislatura, con la subida de  impuestos y la congelación de la ley del aborto. Este mismo lunes, en la presentación de una charla de García Albiol, líder del PP catalán, es posible que Rajoy apunte ya algunas líneas de su futura actuación.

Rajoy quiere rescatar al Pacto de Toledo de su oxidado abandono y revitalizarlo

Otras iniciativas, en especial la referida al ámbito laboral, podrán experimentar algunos retoques, pero nadie habla de derogarlas, "Rajoy no lo permitiría", puesto que se trata del elemento estrella de su primera legislatura. Fátima Báñez tiene dispuestos algunos capítulos modificables, que no alterarán el eje fundamental de la norma. También Cristóbal Montoro ha avanzado de forma notable en el arduo proceso de cuadrar las cuentas para la financiación autonómica, con retoques en el ajuste del déficit y transferencias de fondos. El replanteamiento de las pensiones es urgente, casi perentorio. Hay alarma social. La hucha se vacía y no existe un mensaje tranquilizador desde el Ejecutivo. Rajoy quiere rescatar al Pacto de Toledo de su oxidado abandono y revitalizarlo. Necesita al PSOE en forma imperativa. Igual que precisa de su colaboración para afrontar el reto secesionista catalán, un frente reducido ahora al ámbito jurídico y sin una estrategia clara desde el Ejecutivo. Soraya Sáenz de Santamaría ha intentado, enorme voluntad, plantear una ofensiva de respuesta a las provocaciones secesionistas. Cuatro años perdidos de mayoría absoluta de Rajoy se han dilapidado en forma irresponsable en este asunto, reconocen algunos veteranos del PP.

Soraya Sáenz de Santamaría ha intentado plantear una ofensiva de respuesta a las provocaciones secesionistas

Bloqueo de la Legislatura

El PSOE ha allanado el camino hacia la investidura, tras su forzado sortilegio de abonar la abstención en el comité de este domingo. Rajoy es consciente de que se entra en una legislatura árida, espesa, dura, en la que el PSOE pretenderá reforzar su maltrecha unidad intramuros del Parlamento. Fuera, en las calles, Podemos busca alzarse con el liderazgo de la izquierda, con un libreto de escraches, movilizaciones y algaradas. "Todo está pendiente de la actitud del PSOE tras la investidura", dicen fuentes de Génova. Será combativo pero no suicida. No resultaría lógico que se haya decapitado a Sánchez en aras de la abstención para, a los cinco minutos, bloquear la legislatura, comentan estas fuentes.

El presidente todavía en funciones prepara con puntillosa parsimonia su discurso de investidura. Ofertas de acuerdos al PSOE sobre materias sensibles, gran parte de ellas incluidas en el pacto de los 100 puntos suscritos con Ciudadanos. "Después de un cuatrienio de mayoría absoluta y un año de inestabilidad de incertidumbre, nos toca pasar al diálogo desde un planteamiento abierto y humilde", remachan estas fuentes.

El Parlamento se convertirá en el terreno de juego prioritario para esta etapa

El Parlamento se convertirá en el terreno de juego prioritario para esta etapa. Rafael Hernando, jefe de filas de los populares en el Congreso, mantiene fluidas relaciones con el equipo de Ciudadanos y, desde luego, con Antonio Hernando, el reconvertido portavoz del nuevo PSOE. "Algunos dirigentes del PP deberán apearse de la soberbia y asumir que estamos en una nueva fase, en la que habrá que pelear día a día por conseguir la anuencia de la oposición", señalan. Esa filosofía ha de trasladarse tanto al partido como al grupo del Congreso.

El Gobierno es otro asunto. Rajoy ultima la composición de su Gabinete sin desvelar palabra. Tiene una semana para despejar dudas. Algunos ministros ya conocen su futuro. Pocos, muy pocos. No le agrada al presidente de los populares entrar en ese territorio, proclive a las quinielas y las cábalas, hasta que se haya despejado el horizonte de la investidura. La mayoría de los aspirantes anda a ciegas, sumida en un frenesí de codazos e intoxicaciones. El lunes 31 empezará a clarificarse el horizonte.

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