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Política

La era 'post ETA' comienza con los partidos divididos por el acercamiento de presos

Momento en que el diario 'Naiz' cuelga el audio de 'Josu Ternera' leyendo el comunicado

Desaparecida ETA, la división entre los partidos no se ha hecho esperar ni 24 horas. PP y Ciudadanos son absolutamente contrarios a dar cualquier muestra de debilidad acercando desde ya a los 290 presos etarras a cárceles próximas al País Vasco, mientras que PSOE, Podemos y los nacionalistas abogan por esa y otras medidas para pasar página cuanto antes.

Y es que el Gobierno no quiere dar pasos en falso antes de ver en qué se concreta el publicitado final de la banda terrorista, si no hay una escisión de irreductibles como los de Amnistía ta Asakatasuna (ATA) y, sobre todo, qué camino toman los 290 presos: si comienzan a pedir la reinserción y, por tanto, aceptan la legalidad, o se enrocan.

Mariano Rajoy tiene un competidor muy fuerte en su mismo espectro político, Albert Rivera, que le aprieta para no ceder tampoco ahora que ha acabado la violencia. "Quiero denunciar que le pedimos a ETA que colabore con los más de 350 casos que hay sin resolver", dijo el líder de Ciudadanos desde Buenos Aires.

De ahí que el jefe del Ejecutivo, antes incluso de escuchar la voz de José Antonio Urrutikoetxea alias Josu Ternera, avisara este jueves desde Logroño que "la única política de futuro en materia antiterrorista, como siempre, es aplicar la ley, que para eso está. Y que nadie se llame a engaño". No está para ser "receptivo" a la demanda que le hace el PNV, como asegura el lehendakari, Íñigo Urkullu.

Los socialistas temen que aplicar mano dura a los presos una vez desaparecida ETA contribuya a dar una imagen de "víctimas" de la democracia española

Es decir, que de momento no habrá medidas que puedan interpretarse como cesión por dejar de existir ETA. Otra cosa es lo que venga en meses y años venideros. En este sentido, el ex lehendakari Patxi López puso la voz del PSOE para asegurar que lo "razonable" es que se produzcan esos acercamientos -deberían haberse iniciado en 2011, cuando dejó de matar, creen los socialistas-, pero "sin calendario y con discreción".

Los socialistas temen que, si se continúa una política de mano dura con los presos una vez desaparecido el terrorismo como amenaza, el nacionalismo en su conjunto, PNV y Bildu y los sindicatos vascos, lo utilicen para incrementar "el victimismo" contra España.

En esto, el PSOE está en sintonía con Podemos. Pablo Iglesias dejó escrito este jueves en Twitter: "La disolución de ETA nos alegra. Llega tarde y siguen faltando autocrítica y disculpas a todas las víctimas, pero que la política y la normalidad sustituyan a la violencia y a la excepcionalidad es la mejor noticia. Que callen para siempre las pistolas; que hable la política".  

Podemos es, junto con el PNV y Bildu, los únicos partidos que han anunciado su presencia este viernes en Cambó (Sur de Francia) en el acto que han convocado los autodenominados facilitadores del fin de la violencia. 

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