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Política

Díaz exige saber ya la fecha de las elecciones generales para convocar andaluzas otro día

Pedro Sánchez y Susana Díaz en La Moncloa.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anda con la mosca detrás de la oreja respecto a las verdaderas intenciones de Pedro Sánchez. Sospecha que, pese al discurso oficial, el presidente del Gobierno puede verse obligado a convocar de forma inmediata a las urnas y ella no quiere, bajo ningún concepto, juntar las elecciones generales con las andaluzas.

Según han asegurado a Vozpópuli fuentes socialistas, la lideresa del PSOE-A "entiende" que el deterioro de la situación política y la deriva en Cataluña pueden aconsejar a Sánchez tomar esa decisión, pero le pide "franqueza" entre compañeros de partido.

Quiere saber ya el calendario que baraja el presidente para poder decidir libremente. Está dispuesta a retrasar los comicios en su comunidad hasta marzo -cuando concluye realmente la legislatura andaluza- con tal de no solapar ambos comicios.

La baronesa andaluza ha dejado en el aire el adelanto de sus elecciones para este otoño, hasta ver si el líder del PSOE se le adelanta; está dispuesta a llegar a marzo

Su recelo ha llegado a un punto tal, insisten las fuentes consultadas, que la baronesa más poderosa del PSOE ha dejado en el aire la convocatoria de esos comicios para cualquiera de las fechas que ha venido barajando: 25 de noviembre, 2 ó 16 de diciembre.

Y lo ha hecho en contra del consejo de algunos de sus asesores; estos entienden que la expectativa de adelanto electoral a otoño de 2018 está tan extendida en Andalucía desde verano, y se ha potenciado tanto tras la ruptura del pacto de investidura con Ciudadanos, que a Susana Díaz no le va a ser fácil explicar a su opinión pública qué ha cambiado en las últimas semanas.

Llegados a este punto, su problema es que el presidente del Gobierno tiene la sartén por el mango porque él solo debe esperar a que pasen los días y ella convoque las andaluzas, para solapar las Generales; este mismo otoño o en marzo. Algo que desearían otros presidentes y alcaldes socialistas, temerosos de que, si Sánchez y Díaz no se ponen de acuerdo, el 26 de mayo acabe siendo el temido superdomingo en el que los españoles voten de una tacada Congreso, Senado, Parlamento Europeo, autonómicas, municipales y concejos o cabildos.

El resto de barones cruza los dedos para que Sánchez y Díaz vayan juntos o el presidente en solitario; no quieren un 'superdomingo' electoral el 26 de mayo

"Hasta seis urnas", dice alarmado algún barón detractor del enorme esfuerzo logístico que supondría abastecer las mesas de los 8.000 colegios electorales de toda España. Esta fuente teme, además, que la agenda de los presidentes y los alcaldes quede eclipsada por diez meses de gestión en el Gobierno de la Nación "no en las mejores condiciones".

Sin embargo, en el PSOE se ha impuesto el discurso oficial de que no pasa nada. Lo demostró el presidente valenciano, Ximo Puig, este miércoles, tras verse con el jefe del Ejecutivo en La Moncloa, al asegurar que no había visto "ningún tipo de zigzagueo ni de posibilidad de adelanto electoral" en la hoja de ruta de Pedro Sánchez.

"No va a ser Torra quien convoque las elecciones en España", dijo Puig repitiendo así la consigna que viene repitiendo el gabinete socialista desde el martes por la noche, horas después del ultimátum del presidente de la Generalitat.

 

  

   

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