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Política

Ciprià Císcar, 'rebelde' en el PSOE a los 70

Cipriá Ciscar en la tribuna del Congreso en una imagen de archivo.

En el PSOE bromean con que si se juntan tres socialistas ya sale una corriente interna. En sus reuniones internas en el Congreso, en Comités Federales, es prácticamente imposible que no haya una voz que se aleje del discurso oficial y, si hay silencio, no es inocente. Ahora, en la nueva etapa, el 'rebelde' del Grupo Socialista es Ciprià Císcar, un veterano socialista que desde que ha ganado Sánchez no ha perdido una ocasión para dejar clara su opinión a la nueva dirección.

Y lo volvió a hacer este martes, en el primer encuentro del nuevo secretario general con sus diputados, senadores y europarlamentarios para marcar las líneas de la estrategia de oposición y presentar sus propuestas de cambios en la dirección del grupo, en la que está al frente la juez en excedencia Margarita Robles. 

Císcar dio un curioso recibimiento al secretario general al decirle que estaba ante los mismos 84 diputados que tiene el PSOE cuando dimitió. Y, reconociéndole su victoria en las urnas por un 50,2%, también le avisó de que ganar en democracia también es respetar al que pierde

Y aprovechó para referirse, tirando de ironía, a unas palabras del nuevo portavoz del PSOE, Óscar Puente, que dijo que en la anterior etapa Sánchez se rodeó de "pigmeos" y ahora lo hará "de gigantes". El valenciano dijo que en su tierra son más de "gigantes y cabezudos" y que los segundos están más cerca de los niños y cuando caen, lo hacen mejor. 

Sánchez no entró al trapo en su respuesta y aseguró compartir sus palabras. Es más, a su apunte de que está "ya de salida", respondió que en el Grupo "no hay nadie de salida" y que todavía le queda mucho por dar al socialismo.

Excluido del Comité Federal por Ferraz

Con 70 años, Císcar es el diputado más veterano del Grupo Socialista, del que ha formado parte desde 1989. Antes fue consejero del Gobierno valenciano y durante ocho años, en los 90, fue secretario de Organización del PSOE, primero con Felipe González y después con Joaquín Almunia.

Ahora, se quedará fuera del Comité Federal, ya que la nueva dirección ha decidido no respetar la norma no escrita según la cual todos los ex secretarios de Organización forman parte del máximo órgano del partido entre congresos. Císcar, Óscar López, César Luena, José Blanco y Elena Valenciano se han quedado fuera. 

Según quienes le conocen mucho, siempre ha dicho lo que piensa y desde hace un mes sus opiniones son llamadas de atención a la nueva dirección del partido. Mientras otros diputados que iban en el bando perdedor en la última y dura batalla interna guardan silencio, Císcar, que no se implicó muy activamente en esa contienda, ha aprovechado todas las intervenciones para hacer advertencias al nuevo poder en el PSOE. Algunos creen que también hay una clave territorial: su distancia con el ahora secretario de Organización del partido, el también valenciano José Luis Ábalos.

Ya se desmarcó en la primera reunión del Grupo Socialista después de las primarias -el anterior portavoz, Antonio Hernando, decidió suspenderlas durante la campaña-, cuando reaccionó al nombramiento de Ábalos como portavoz provisional pidiendo a Sánchez que, en sus posteriores nombramientos en la dirección del grupo, tuviera en cuenta la composición de su bancada, en la que los 'pedristas' son minoría. Fue la única voz crítica.

Mientras otros diputados que iban en el bando perdedor guardan silencio, Císcar, que no se implicó muy activamente en la batalla interna, ha aprovechado todas las intervenciones para hacer advertencias al nuevo poder en el PSOE

Unas semanas después, cuando el portavoz provisional defendió ante su grupo la abstención en la moción de censura de Podemos, Císcar volvió a hacer una advertencia a la nueva dirección: se mostró de acuerdo con la decisión del sentido del voto, pero apostilló que "respeto no es sumisión"

Y, dicho esto, apuntó que en cada una de las tres mociones de censura que se han presentado en democracia el PSOE ha votado diferente. En la primera fue un (a Felipe González y contra Adolfo Suárez), en la segunda fue un no (a la presentada por el PP contra el primer presidente de los socialistas) y en la de Podemos, una abstención. Y cada voto tuvo un significado: "Sí es sí, no es no y abstención es abstención", remachó, lo que a muchos les llevó a pensar que vino a defender que la abstención en la investidura de Rajoy no se dijo "sí" a su Gobierno, como defendían los 'pedristas'.

Sus intervenciones críticas ya se han hecho tan habituales que la propia Margarita Robles, en su primera reunión de grupo como portavoz, ironizó este martes con que ya no serían lo mismo sin ellas. Habrá que ver si se convierte en la tónica general o si se le suman otros compañeros. Él ha dicho que a partir de ahora medirá más cuando habla, aunque no se espera menos contundencia.

Después de la última reunión, en la que sí hubo otra voz crítica, la del abulense Pedro Muñoz, cuestionando que Robles pueda ser portavoz cuando no tiene el carnet de militante, otros diputados socialistas que estuvieron con Susana Díaz se han mostrado de acuerdo con el valenciano. "Nos sentimos representados", bromeó uno.

Císcar ha dicho que a partir de ahora medirá más cuando habla, aunque no se espera menos contundencia

Los 'susanistas' están replegados en el grupo, en una actitud de prudencia y lealtad, según explican algunos. Este martes, el cacereño César Ramos pidió a todos una "tregua" para que la bancada pueda cohesionarse y trabajar unida, dejando atrás las "etiquetas" que han estado tan presentes en los últimos meses.

Esta batalla interna ha marcado el trabajo del Grupo Parlamentario en los casi nueve meses de la Gestora, en los que el diputado Odón Elorza fue uno de los más críticos con esa dirección. Mientras tanto, Pedro Sánchez tuvo una primera etapa relativamente pacífica en su grupo, ya que el sector crítico no asomó la cabeza en las reuniones de grupo hasta el final de ese periodo.

De hecho, una de las reuniones más duras fue en septiembre de 2016, a dos días de que a Sánchez le dimitiera la mitad de su Ejecutiva. Ese día habló hasta el diputado vasco Eduardo Madina, que había guardado silencio después de perder las primarias en 2014. Ahora, ha vuelto al mismo papel y, de hecho, no ha estado en la reunión de grupo de este martes. Una comisión simultánea le hizo ausentarse. 

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