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Política

"Biscotes", "galletas" y "magdalenas", la jerga de la Gürtel valenciana

Principales condenados de la Trama Gürtel en Valencia

La sentencia sobre la trama valenciana del caso Gürtel revela la jerga utilizada por parte de la red para intentar enmascarar sus actividades ilícitas, con términos como "biscotes", para referirse al dinero en metálico, "galletas", para las facturas o "magdalenas", para el empresario Enrique Ortiz.

La resolución del juez José María Honrubia de la Audiencia Nacional se refiere en concreto a conversaciones entre el exvicesecretario del PP valenciano David Serra, condenado a 3 años y 8 meses de prisión, y Álvaro Pérez 'El Bigotes', responsable de Orange Market, considerado el "hombre en Valencia" del líder de la Gürtel, Franciso Correa, y condenado a 6 años y 9 meses.

Según la sentencia, Serra no sólo era "perfecto y completo conocedor de la trama urdida, sino cooperador hasta podría calificarse de entusiasta de la ilegal financiación" del PP valenciano.

Esa "voluntad maliciosa" se hace patente en el uso de un lenguaje "críptico pre-acordado" en sus conversaciones con 'El Bigotes', en las que se usan los términos "magdalenas", "galletas" y "biscotes".

La trama usaba además apelativos concretos para referirse a determinados empresarios ("el príncipe" o "el cantante") o políticos ("el tuerto")

"El uso de esas expresiones si no estás al tanto de su sentido carecería de lógica alguna. Y acredita, además, que conocía de lo ilícito de las operaciones, pues si éstas fuera legales no hubieran utilizados tales significantes con otros significados", añade el magistrado.

Apelativos para referirse a empresarios

Recoge también expresiones detectadas en conversaciones entre 'El Bigotes' y otros condenados, como el ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa, condenado a 4 años de cárcel; Pablo Crespo, la mano derecha de Correa (5 años); o el exgerente de Orange Market Cándido Herrero (5 años y 1 mes).

Es "muy elocuente", afirma la sentencia, que en las conversaciones del grupo Correa se hable de Barcelona, para el dinero B, o de Alicante, para el dinero A; o que se denomine "parque" a la caja fuerte del Banco de Santander utilizada por Pablo Crespo y Cándido Herrero.

La trama usaba además apelativos concretos para referirse a determinados empresarios ("el príncipe" o "el cantante") o políticos ("el tuerto") y recurría a iniciales para identificar a los máximos jerarcas del PP de la Comunidad Valenciana, mientras que el propio Correa aparecía en la caja B como "D. Vito".

"Es evidente que se trata de ocultar una actividad ilícita enmascarando mejor o peor conceptos o personas", concluye.

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