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Política

Aznar describe una España sin aliento, amenazada por la brecha territorial

José María Aznar, en una imagen de archivo.

“No vengo a hablar de opciones perdidas sino de oportunidades auténticas”, comentó José María Aznar en su tercera intervención pública en quince días ante un numeroso público convocado por la Fundación Valores y Sociedad que presiden Jaime Mayor Oreja, quien fuera su ministro del Interior. Ni rastro de miembros del Gobierno ni de altos dirigentes del PP.

No fue un discurso incendiario ni una enmienda a la totalidad  al labor del Gobierno de Mariano Rajoy, a quien no se refirió a lo largo de su mensaje. Dibujó Aznar, eso sí, un panorama inquietante, ya que, a su criterio, España se encuentra amenzada por tres graves grietas: La social, la territorial y la económica. No percibe aliento suficiente para plantarle cara a estos males. “Nos convoca hoy la reflexión sobre el fortalecimiento de España. Una reflexión oportuna y casi apremiante. Los países se fortalecen en la acción y se debilitan en la inacción”. Achacó estos problemas, este “decaimiento” a la ausencia de una voluntad nacional por sacar adelante esta tarea compartida. “Es necesario que se movilicen las capacidades que siguen siendo muchas pese a todo”.

El presidente de Faes centró buena parte de su discurso en poner el foco en los problemas de la España autonómica, en ese “proceso de centrifugación institucional” derivado del mal uso de este modelo territorial que nos dimos los españoles en la Transicón. “No es un problema de su diseño, sino de la falta de un empuje político que no ha favorecido la apertura sino el repliegue identitario”. La cohesión territorial es tarea urgente, señaló, porque los partidos “no han tomado el relevo de sus predecesores en su capacidad de integrar y de impulsar España transversalmente”.

Los jóvenes y el populismo

“España no se va a romper, pero no basta con evitar lo peor, hay que aspirar a lo mejor”. Por eso habló de que es necesario “impulsar una reordenación del mapa electoral para que primen los programas con ambición nacional y deseo de progreso, alejados del localismo empobrecedor, del populismo mendaz y del adanismo insustancial”.

Mención especial dedicó a los jóvenes, con los que “no estamos jugando limpio y se les pasará al cobro la factura del bienestar que ahora no disfrutan.  Hay que devolverles oportunidades claras y dignas” que se les ha hurtado.

No hubo presencia de miembros del Gobierno en el acto ni altos dirigentes del PP. Asistió Esperanza Aguirre, una fiel a estas citas con el expresidente del PP, Manuel Pizarro, Eugenio Nasarre, Luis Peral y algunos diputados autonómicos de su signo. En la última conferencia de Aznar, dentro del Foro Faes, estuvieron presentes Javier Maroto y Andrea Levy, vicesecretarios generales del partido, quienes subrayaron el carácter de ‘referente’ de quien fuera fundador de su formación.

María San Gil, expresidenta de los ‘populares’ en el País Vasco y retirada ya de la política aunque forma parte del Patronato de Faes, presentó al orador. Pidió un minuto de silencio en memoria de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA hace 22 años, así como por el resto de las víctimas del terrorismo. “El mejor proyecto para todos se llama España”, señaló en su intervención, sumamente aplaudida por los presentes. La sala de actos de la Fundación Areces ofrecía un lleno muy respetable. El tirón de Aznar sigue siendo notable.

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