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País Vasco

Los sindicatos nacionalistas prometen una "primavera de lucha" contra Urkullu

El Gobierno vasco resta valor a la "huelga general" convocada por las centrales sindicales soberanistas. El 'lehendakari' tendrá que enfrentarse a las protestas en pleno año de elecciones autonómicas

Imagen de la manifestación a favor de la huelga en San Sebastián.

Una "primavera de lucha" frente al desprecio del partido gobernante. Eso es lo que prometen los sindicatos nacionalistas vascos que convocaron la "huelga general" de este jueves. Tanto el lehendakari, Íñigo Urkullu, que calificó la jornada como "un día más", como su partido, el PNV, que tildó la convocatoria de "fracaso absoluto", consideran que ELA, LAB y el resto de convocantes no consiguieron el respaldo de la mayoría de la sociedad vasca. Estos últimos, en cambio, auguran más movilizaciones. 

La convocatoria de esta huelga por parte de las centrales sindicales soberanistas y por colectivos de pensionistas venía precedida de una fuerte polémica porque los sindicatos no nacionalistas (UGT y CCOO) y otros grupos de pensionistas no respaldaban la movilización. Entre los partidos, sólo Bildu respaldaba sin ambages la protesta, mientras las formaciones del Gobierno, PSOE y Podemos, se desmarcaron de la misma

Esa división se notaba este jueves en las calles del País Vasco. Pese a que ELA, LAB y el resto de sindicatos nacionalistas copan casi el 80% de los afiliados en la comunidad, la huelga no fue mayoritaria en muchos sectores de Euskadi y las manifestaciones en las capitales fueron numerosas, pero no multitudinarias. En Navarra, donde los convocantes tienen mucha menos fuerza, el seguimiento a la "huelga general" fue aún menor que en la comunidad vecina. En ambas regiones se registraron algunos incidentes y hubo al menos diez detenidos.

"Un día más" y "un fracaso absoluto"

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Algo así debía estar en la cabeza del presidente del Gobierno vasco. Porque en uno de los varios actos públicos a los que acudió este jueves, Urkullu dijo que "hoy es un día más". "Personalmente sigo ejerciendo mi compromiso con la sociedad con absoluta responsabilidad", sostuvo ante los medios. 

Más duro fue su partido. El PNV emitió un comunicado la tarde de este jueves en el que tildó la protesta sindical de "fracaso absoluto". A juicio de los peneuvistas, el seguimiento de la protesta fue "muy limitado" tanto en el sector público como en el privado y, por ello, pidieron "un serio y profundo ejercicio de reflexión y autocrítica" a los colectivos que la convocaron.

Después de recordar que el objetivo de los sindicatos y organizaciones convocantes era "paralizar el país", el texto de Sabin Extea subrayaba que dicha meta no se había alcanzado "ni remotamente" ya que "la misma sociedad y los mismos colectivos a los que decían defender les han dado hoy claramente la espalda".

Los sindicatos, al ataque

El desprecio jeltzale a la huelga obtuvo una rápida respuesta de los sindicatos mayoritarios vascos. En Bilbao, antes de la marcha más numerosa de las celebradas este jueves, la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, advertía que se "equivoca quien piense que tras esta tempestad llegará la calma" y añadía que se avecina una "primavera roja y en lucha" si en el plazo de dos meses los gobiernos central, vasco y navarro no toman nota y cambian sus políticas económicas y sociales.

Asimismo, el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, lanzaba sus dardos contra Urkullu, al que volvía a acusar de "mirar solo desde las gafas de la patronal". El máximo responsable del sindicato con más afiliados en la comunidad avisaba de que a partir del 31 de enero, este viernes, seguirán "con más fuerza y más ganas, si cabe, que hoy, intentando fortalecer el trabajo conjunto entre los que han convocado esta huelga".

En otras palabras, en este 2020 electoral Urkullu va a tener que lidiar con la masa crítica de los sindicatos nacionalistas. En Bildu se frotan las manos. Pero en el PNV creen, como ya se ha dicho, que el "fracaso" de la huelga acabará con las protestas.  

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