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País Vasco

Por qué el PNV respalda a un gobierno contrario a su ideología y apoyado por Bildu

Sánchez, Ortuzar y Ábalos en Ferraz.

No es por ideología, es por intereses comunes. El PNV respalda la investidura de Pedro Sánchez como presidente de un Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos. Un gobierno que, al menos a priori, hará políticas muy diferentes a las que defienden los peneuvistas sobre todo en el ámbito económico y que, además, cuenta también con el apoyo, por la vía de la abstención, de Bildu, enemigo íntimo de Andoni Ortuzar, Íñigo Urkullu y los suyos. 

Además de la sobada vitola de presentarse ante los electores como una fuerza política capaz de llegar a acuerdos con diferentes, el PNV respalda la investidura de Sánchez por varios motivos menos retóricos y mucho más pragmáticos. Por intereses contantes y sonantes. Del calendario de transferencias al respaldo podemista a las cuentas vascas pasando por el gran objetivo final: la reforma del Estatuto de Gernika

1. Las competencias pendientes

El principal motivo del apoyo peneuvista se llama calendario de competencias. El Gobierno vasco acordó con el Ejecutivo de Sánchez la transferencia de 36 competencias recogidas en el Estatuto de Gernika. Dicho acuerdo ya incluía un calendario de trabajo para que las transferencias se materializasen de forma progresiva a lo largo de este 2019 que muere sin que lo programado se haya cumplido. 

Las cesiones al Ejecutivo de Urkullu quedaron bloqueadas por el adelanto electoral del pasado abril. Y siguieron así por la repetición de elecciones de noviembre. Reactivar este calendario de trasferencias era una de las dos condiciones indispensables que el PNV ponía para respaldar la investidura. 

2. El acuerdo con Podemos

La otra condición sine qua non que ponían los jeltzales para comprometer los votos de sus seis diputados en la investidura era el apoyo de Podemos a los Presupuestos vascos, como en su día adelantó este diario. Dicho y hecho. Los podemistas han virado su política en Euskadi, no sin fuertes enfrentamientos internos, para respaldar con su abstención las cuentas del Gobierno de coalición del PNV y el PSE. Una decisión en la que, se diga lo que se diga oficialmente, la investidura de Sánchez ha sido decisiva.   

El apoyo de Podemos a las cuentas de Urkullu supone un antes y un después en la política vasca. Hasta ese momento, los podemistas habían ejercido una fuerte oposición al Ejecutivo vasco, para distanciarse del PNV  y, sobre todo, del PSE, su principal rival en la izquierda no nacionalista. Pero ya se sabe que la política convierte en compañeros de viaje a partidos que nunca iban a estar juntos. 

3. ¿Hacia un tripartito tras las vascas?

Los citados movimientos estratégicos en la política vasca cobran más relevancia si se tiene en cuenta que en 2020 se celebrarán elecciones autonómicas. Están previstas para el otoño pero empieza a parecer una seria posibilidad que Urkullu las adelante a antes del verano. Pero más que la fecha importan las posibles alianzas tras los comicios. 

Si no hay una sorpresa mayúscula, el PNV será el ganador, seguido de Bildu y con el PSE en tercer lugar. Nadie tendrá mayoría absoluta. Y Urkullu volverá a necesitar pactos para gobernar. El creciente clima de entendimiento entre PNV, PSE -que ya gobiernan juntos- y Podemos apunta incluso a la posibilidad de un tripartito tras la cita con las urnas. Parece descabellado, pero precisamente el acuerdo suscrito este lunes para la investidura apunta en esta dirección. 

4. El nuevo Estatuto con "derecho a decidir pactado"

La sintonía entre PNV, PSE y Podemos también se ha visto en la primera fase de la negociación para reformar el Estatuto de Gernika. Los expertos designados por las tres formaciones acordaron el 80% del borrador de la reforma. Solo les enfrenta una cuestión nuclear, la del "derecho a decidir". Ahora toca la segunda fase, la de los partidos en la Ponencia de Autogobierno del Parlamento vasco

En el PNV saben que la única forma de sacar adelante una reforma estatutaria en las Cortes es con el apoyo de la izquierda. Su respaldo a la investidura de Sánchez para el Gobierno de PSOE y Podemos allana el camino para esa opción. Además, los peneuvistas creen que el concurso de ERC en la ecuación también beneficia la negociación de un "derecho a decidir pactado con el Estado". Esa es, en definitiva, la madre del cordero del apoyo de Aitor Esteban y compañía al nuevo ejecutivo. Porque la reforma del Estatuto es el principal plan de Urkullu para su tercera legislatura

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