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País Vasco

Así está el nuevo estatuto vasco: el PNV quiere sumar a PSOE y Podemos pero Bildu pide más soberanismo

Íñigo Urkullu.

No está siendo un tema de la campaña del 28-A, pero sigue latente. Corría julio de 2018 cuando el PNV y Bildu aprobaron una hoja de ruta conjunta para un nuevo estatuto vasco que incluía la celebración de un referéndum. Casi un año después, la realidad es que la apuesta por la nueva normativa se ha enfriado sobremanera. Los peneuvistas quieren que PSOE y Podemos se sumen al acuerdo. Pero la coalición abertzale no se conforma y reclama a la formación liderada por Íñigo Urkullu una apuesta más decidida por el soberanismo.

El texto acordado en 2018

El PNV y Bidu acordaron que la futura reforma del Estatuto de Gernika sea sometida, con carácter previo a su tramitación ante las Cortes Generales, a una “consulta habilitante” de los ciudadanos vascos. Más en concreto, ambos pactaron que la ley estatutaria deberá ser aprobada, en primer lugar, por el Parlamento vasco para, posteriormente, ser sometida a una consulta ciudadana que, “aún no siendo jurídicamente vinculante, tendría un valor declarativo y habilitante esencial”. Una vez pasado este trámite se iniciaría un proceso de negociación con el Estado para su encaje jurídico y, tras la tramitación en el Congreso y el Senado, “se procederá a su ratificación mediante referéndum”.

El acuerdo de los dos partidos nacionalistas vascos se firmó en el marco de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento de Vitoria. El borrador del nuevo estatuto que salió de dicha Ponencia contaba con el apoyo de PNV y Bildu, y con Podemos en algunos artículos, frente a la oposición de PSOE y PP. El texto aprobado recoge, además del citado referéndum, que los territorios de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava conformarán el nuevo “sujeto político” con derecho a decidir y que tendría una relación de bilateralidad con el Estado, de tipo “confederal” y sin “subordinación”. Un estatuto soberanista que iría mucho más allá del Estatuto de Gernika.

Lo que está ocurriendo con el 'procés' en Cataluña ha sido determinante. El PNV frenó sus ansias separatistas por el ejemplo de lo sucedido en tierras catalanas

Pese a estos acuerdos, en la campaña electoral del 28-A se habla poco, muy poco de soberanismo en el País Vasco. ¿Por qué?

El ciclo electoral y el procés frenan al PNV

Varios factores explican por qué el debate sobre el derecho de autodeterminación ha pasado a un segundo plano en el País Vasco. Lo que está ocurriendo con el procés en Cataluña ha sido determinante. El PNV frenó sus ansias separatistas porque el ejemplo de lo sucedido en tierras catalanas demuestra, a su juicio, la imposibilidad de echar semejante pulso al Estado. Lo verbalizó el propio Aitor Esteban en una reciente entrevista con este diario: la izquierda abertzale presionó para abrir un segundo frente pero el PNV consideró que no era el momento oportuno.

Al ejemplo catalán hay que sumar, claro está, el ciclo electoral de estos meses. Elecciones generales, europeas, municipales y forales en solo un mes. Y con las autonómicas vascas a la vuelta de la esquina, previstas para el año que viene. Por pura lógica, ahora el PNV y Bildu están más preocupados de competir por la hegemonía nacionalista que por articular un proyecto de independencia común. Su permanente enfrentamiento en el Parlamento vasco evidencia que ahora toca competir en las urnas. Es cierto que hace unos días ambos aprobaron un texto que reclamaba el “derecho a decidir”. Pero era una moción simbólica que más parecía un brindis al sol.

Desde la óptica del PNV, en suma, no corren tiempos para desafíos que, además, avivan el recuerdo del fracasado Plan Ibarretxe. Por ello, los peneuvistas han bajado el tono independentista. Y por ello quieren, como no se cansa de repetir una y otra vez Urkullu, que el PSOE y Podemos se sumen al acuerdo sobre el nuevo estatuto vasco. Algo que en Bildu ven innecesario y casi imposible.

En la coalición abertzale remarcan una y otra vez su apuesta firme por la independencia de Euskadi. Y, al revés que sus rivales nacionalistas, aprovechan la campaña electoral del 28-A para insistir en la necesidad de crear una nación vasca separada del resto de España. Sin ir más lejos, Arnaldo Otegi aseguraba esta semana en un mitin que es hora de emprender “el camino de la democracia, los derechos y las libertades, el camino, en definitiva, de la República Vasca”.

La ponencia de expertos

En paralelo a los intereses coyunturales o electorales de los partidos, lo cierto es que el nuevo estatuto vasco sigue en proceso de tramitación en el Parlamento vasco. Una comisión creada por cinco expertos tiene que redactar un borrador de la normativa, pero “en congruencia y de conformidad” a lo ya aprobado en la citada Ponencia de Autogobierno. Cada uno de dichos expertos ha sido propuesto por uno de los cinco grupos parlamentarios. Los elegidos son Mikel Legarda (propuesto por el PNV), Iñigo Urrutia (Bildu), Arantxa Elizondo (Podemos), Alberto López Basaguren (PSOE) y Jaime Ignacio del Burgo (PP).

El grupo de expertos se constituyó a finales de octubre y tiene un plazo de ocho meses para realizar sus trabajos. Fuentes parlamentarias aseguran a Vozpópuli que la propia composición de dicha comisión evidencia que lo más probable es que no haya acuerdo. Lo más probable es que de dicho grupo salga a finales de junio un borrador aprobado por mayoría y con votos particulares de la minoría. Dicho borrador tendrá que debatirse en el Parlamento. Y es en esa votación cuando Urkullu quiere el respaldo de PSOE y Podemos, para que sea un estatuto transversal y, sobre todo, posible. Ahí, el estatuto vasco volverá a dar mucho que hablar. 

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