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País Vasco

Amurrio, el pueblo de Abascal donde hay más insultos que votos para Vox

Una pintada que dice "Abascal nazi" en un parque de Amurrio (Álava).

En Amurrio muchos lo llaman Santi. Porque algunos han crecido junto a él, unos cuantos lo conocen de vista y la enorme mayoría al menos sabe quién es. Solo algunos jóvenes despistados desconocen que el líder de Vox, Santiago Abascal, es natural de esta localidad alavesa ubicada en el Valle de Ayala, a unos 40 kilómetros de Vitoria, y poblada por unos 10.000 habitantes. En sus calles no hay propaganda electoral del partido que preside su vecino. Ni una sola imagen del aspirante a la presidencia del Gobierno. Pero lo que sí hay en un parque infantil es una pintada que tacha a Abascal de "nazi" junto a una esvástica.

Una pintada que dice "Abascal nazi" en un parque de Amurrio (Álava).

Esta pintada insultante contra el líder de Vox está, en concreto, en los columpios infantiles del parque Juan Urrutia, el más céntrico y conocido del pueblo, junto al casco viejo. Como se puede ver en las imágenes que publica Vozpópuli, quienes perpetraron el ataque escribieron "nasi" y no "nazi", pero dibujaron al lado una cruz gamada que deja claras sus intenciones. La pintada es reciente porque el propio entorno familiar del líder de Vox desconocía su existencia. A solo doscientos metros, en el mismo parque, otra proclama plasmada en una pared exige que los presos de ETA salgan a la calle.  

Una mujer junto a una pintada de preso "kalera".

Una familia numerosa y de políticos

Precisamente la lucha contra ETA y su entorno fue la principal tarea política de Santiago Abascal Escuza (1950-2017), padre del líder de Vox. Ambos abandonaron el PP y se enrolaron en la nueva formación por su desacuerdo con la política antiterrorista del Gobierno de Mariano Rajoy. El gusto por la cosa pública les venía de familia, porque Manuel Abascal, abuelo del candidato de Vox, fue alcalde de Amurrio durante el franquismo.

Ahora, sin el hostigamiento del pasado, la familia de Abascal sigue en la localidad, adonde llegaron porque el abuelo, ferroviario de profesión, fue destinado a la estación. "Llevan aquí 70 años y yo nunca he tenido problemas con ellos", asegura una vecina anciana. Cerca de la estación la madre y la hermana del candidato de Vox regentan una conocida tienda de ropa.

El trajín de clientes es normal, como en cualquier otro de los comercios colindantes. "Yo he visto crecer a Santi, conozco a su hermana y a su madre, y me llevo bien con ellos aunque piense diferente, otra cosa es que vaya a votarle", asegura entre risas la dueña de un establecimiento cercano a la tienda familiar.   

Los vecinos, en contra

"No me gusta nada las cosas que dice, no ahora, las que ha dicho siempre", afirma a este diario una vecina que espera el autobús que la llevará al trabajo. "Parece mentira, un chico tan joven y con unas ideas de la Edad de Piedra", añade como resignada. Y apostilla que "hay que ser más humano". Otras dos señoras comentan a la salida de un bar que ellas no van a apostar por la papeleta verde "ni locas" y agregan que al  líder de Vox "sólo le votarán los de su familia".

Un grupo de jóvenes que parece haber aprovechado el recreo de la ikastola del pueblo tampoco pronostica un resultado halagüeño para Vox en Amurrio. Uno de ellos asegura no saber quién es el paisano por el que se le pregunta. Otra muchacha intenta explicárselo con ahínco y sin demasiado éxito. "Ese es un facha", sentencia otro de ellos.

En las inmediaciones de un bar llamado Atxuli, otro señor remarca que "aquí no tiene nada que hacer" el 28-A. La única encuesta válida será lo que pase en las urnas, pero las perspectivas no son muy prometedoras cuando para un partido abundan los insultos y el desprecio y, al menos hasta ahora, escasean los votos. 

Selfies "impensables"

Los familiares de Abascal prefieren no hacer comentarios. Pero personas de su entorno sí explican que "aunque la mayoría no vaya a votarle, ojo, porque están pasando cosas que antes no pasaban, el otro día lo pararon unos chavales y se hicieron una foto con él para ponerla en las redes sociales". "Eso, aunque parezca una chorrada, antes era impensable", sostienen. Selfies que alientan la esperanza frente a viejos rencores que no se agotan.  

Pese a que algunos lo califiquen de "nazi" o "facha", pese a que no goce de la simpatía política de la mayoría y pese a que su padre sufrió en su día varios intentos de asesinato por parte de ETA y no pocos ataques de kale borroka, Abascal añora su pueblo. Viaja "siempre que puede" a Amurrio, acaso su verdadero hogar, donde reside la mayor parte de sus seres queridos.  

Una consulta independentista

Las dos pintadas antes citadas no son las únicas que 'decoran' Amurrio. El centro de la localidad está repleto de dibujos reivindicativos. La mayoría son referencias a la reciente huelga feminista del 8 de marzo. "Esto te demuestra que las cosas han cambiado bastante, porque antes solo había carteles y pintadas de la izquierda abertzale, pero ahora no", comenta una joven que pasea a su perro.

Eso sí, en una zona cercana al Ayuntamiento abunda el lema "Galder askatu" (Libertad para Galder), en recuerdo de Galder Barbado, un vecino más joven y por lo que parece bastante popular que está en prisión acusado por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Reminiscencias de un pasado que, como quedó claro el pasado fin de semana en Rentería o Bilbao, no acaba de serlo. 

Pintada de autodefensa feminista en Amurrio.

Por tamaño, también destacan dos grandes murales que recuerdan la consulta independentista que se celebró en Amurrio el 6 de mayo de 2018. La plataforma soberanista Gure Esku Dago convocó votaciones en solo 22 municipios del País Vasco y Navarra. En la localidad natal del líder de Vox estaban llamados a votar 8.760 vecinos. Votaron 1.485 (17%). El 97% de ellos dijo que "sí" quería ejercer el derecho de autodeterminación en un futuro referéndum sobre "la independencia de Euskal Herria". 

La plataforma soberanista Gure Esku Dago.

Solo 24 votos en 2016

Los datos indican que Amurrio no es precisamente un caladero de votos para Vox, pese a que el candidato a la presidencia del Gobierno se haya criado en sus calles. En las últimas elecciones generales, celebradas el 26 de junio de 2016, Podemos fue el partido más votado, con 1.913 sufragios, seguido de cerca por el PNV (1.632) y con una holgada ventaja respecto a Bildu (775), PSE (592), PP (496), Ciudadanos (134) y Pacma 31. Vox, ya entonces con Abascal como líder, consiguió 24 votos. 

Hay que tener en cuenta, además, que en Euskadi el sentido del voto cambia mucho en función del tipo de comicios que se celebran. En las elecciones municipales de 2015, el PNV fue el más votado y logró siete de los 17 concejales en juego, por delante de Bildu (5), PP (1), PSE (1) y varias candidaturas locales. Por ello, los peneuvistas ostentan la alcaldía.  

La fachada del Ayuntamiento de Amurrio (Álava).

Quizás sea por esas escasas posibilidades, pero lo cierto es que en el paisaje de Amurrio no hay ni rastro de Vox. Nada de su propaganda electoral en esta campaña. En un paseo junto a la iglesia se encuentran los carteles de Podemos, Bildu y PNV. Pero ni una sola fotografía del hombre nacido allí y que aspira a presidir el Gobierno. Un anciano que se dirige a misa lo explica de forma cristalina antes de seguir su camino: "No creo que hayan puesto, pero si pondrían (sic), se los arrancarían al día siguiente"

Amurrio (Álava).

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