Van dos veces en dos semanas que la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tilda a los fondos de inversión internacionales de "enemigos de España". Las mismas sociedades que mantienen una inversión superior a los 365.000 millones de euros -el equivalente a la cuarta parte de nuestro Producto Interior Bruto (PIB) anual- en sectores que incluyen desde compra de deuda pública a accionariados de empresas varias, inmobiliarias, pasando por su participación en los famosos PERTE que vehicularán el dinero de los Next Generation europeos en los que el propio Gobierno tiene puestas las miras de nuestra modernización, esos capitales variopintos y de nacionalidad diversa, digo, son para el socio minoritario del Ejecutivo de izquierdas "los enemigos de España"; como lo leen.
A lo que se ve, entre los enemigos de España no figuran el continuar, año tras año, con el triste récord del paro más alto de toda la UE, presentar una productividad raquìtica y las peores ratios de pobreza infantil del continente -solo superados en ese triste ranking por Rumanía y Bulgaria-, o haber sufrido una caída de renta per cápita desde el 103% de la media europea que exhibíamos orgullosos en aquel lejano 2006 previo al pinchazo de la burbuja inmobiliaria hasta el más que preocupante 88% de hoy; en fin, que los enemigos son todos los que traen dinero a nuestro país y no se van a otros de igual rentabilidad pudiendo hacerlo. Vivir para ver.
Conviene no engañarse, en el mundo de los negocios el factor humano también importa. Supongo que a los mandatarios de esos fondos de inversión que leen The Wall Treet Journal o Financial Times sentados en sus despachos de Nueva York, Londres, Frankfurt, Tokio, Singapur o Sidney les gustará que les traten bien; no digo con obsequiosidad -al fin y al cabo "es el mercado, amigo", solía decir el caído Rato-, pero sí con educación. Porque en esto ocurre como cuando entras a un bar o a cualquier comercio: una vez aguantas un desplante, dos, te lo piensas y te vas
Alguien del entorno de la vicepresidenta, o, sin ir más lejos, el mismísimo Pedro Sánchez, debería preguntar, durante uno de esos despachos habituales de trabajo en La Moncloa, si está dispuesta a poner ella esa cantidad milmillonafia encima de las múltiples mesas y consejos de administración donde se sientan los enemigos de España, en caso de que a estos se les inflen las gónadas de tanto maltrato gratuito y se vayan con la mùsica a otra parte. El presidente del Gobierno debería pedir a quien se sienta a su vera en el Consejo de Ministros pensar antes de hablar, un poquito de por favor, que diría ese Fernando Tejero que ahora se nos va de La que se avecina.
Conviene no engañarse, en el mundo de los negocios el factor humano también importa. Supongo que a los mandatarios de esos fondos de inversión que leen The Wall Treet Journal o Financial Times sentados en sus despachos de Nueva York, Londres, Frankfurt, Tokio, Singapur o Sidney les gustará que les traten bien; no digo con obsequiosidad -"es el mercado, amigo", solía decir el caído Rodrígo Rato-, pero sí con educación. Porque en esto ocurre como en la vida diaria cuando entras a un bar o a cualquier comercio: una vez aguantas una mala cara o un desplante, dos, te lo piensas y te vas con la música a otra parte.
A Yolanda Díaz se le entiende todo aunque ella quiera disimular la ansiedad que le produce a estas alturas de la legislatura que el muerto Podemos siga muy vivo y amenace su hegemonía electoral a la izquierda del PSOE -da igual cuando lean esto-. Pero eso no le da derecho a jugar con las cosas de comer y el ingente dinero que esas transnacionales tienen depositado y bien remunerado en España lo son, vaya si lo son; quid pro quo... es el pan de muchos trabajadores a los que ella presume de defender y puede acabar perjudicando con tanta verborrea inane.
Los problemas de Sumar no se van a solventar asumiendo el lenguaje del populismo, el amigo/enemigo que es cierto que Pablo Iglesias usó inmediatamente después del 15-M para aglutinar en torno a la sigla morada todo aquel malestar social por el empobrecimiento que trajo a España el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Y no le fue mal, pero eran otros tiempos. Entonces no existían los Donald Trump, Meloni, Orban, Milei o Bolsonaro que durante el último lustro se han configurado en Némesis de la izquierda a la izquierda de la socialdemocracia.
La ministra de Trabajo tiene todo el derecho a marcar el perfil político que considere oportuno para que no se la coman electoralmente Thelma & Louise, Irene Montero y Ione Belarra, pero Pedro Sánchez debería dejarle muy claro que eso no le da derecho a colocar a España bajo el estigma de país 'business not friendly', que es como llaman los anglosajones a esas economías y esos Estados donde no conviene acudir ni a por una herencia y mucho menos quedarse
No hay nada más trumpista, mal que le pese a la vicepresidenta, que referirse a alguien como el espantajo a abatir, "el enemigo de...", ya sean ese maligno en el que parece querer convertir Yolanda Díaz a los fondos de inversión, o los cientos de miles de inmigrantes pobres llegados a esa América great again que persigue el inquilino regresado hace un mes a La Casa Blanca amenazando al resto del mundo con aranceles a nuestras exportaciones o los siete males si no nos plegamos a sus extravagantes exigencias.
La ministra de Trabajo tiene todo el derecho a marcar el perfil político que considere oportuno para que no se la coman electoralmente Thelma & Louise, Irene Montero y Ione Belarra, pero Pedro Sánchez debería dejarle muy claro que eso no le da derecho a colocar a España bajo el estigma de país business not friendly, que es como llaman los anglosajones a esas economías y esos Estados donde no conviene acudir ni a por una herencia ni mucho menos quedarse.
alexmazallas
12/02/2025 09:02
Está gentuza, vaya y parásitos, ni han trabajado nunca, ni han montado una empresa. Viven muy bien del dinero que nos roban los sicarios de Hacienda y el problema es que nunca pagan por sus estupideces. Pagamos nosotros. Y eso se tiene que acabar
gavilan1960
12/02/2025 10:09
El PP no debería entrar en este debate. Dejar solo al PSOE y a sus socios comunistas y separatistas, para que diluciden la cuestión de la recaudación. Con independencia de la racionalidad, o no, del SMI en el IRPF, la Oposición y la UE deberían contraponer datos y argumentos en los GASTOS. En los países nórdicos el primer tema de debate antes de las elecciones es "cómo y en qué se va a gastar el dinero de los ciudadanos". En los debates se expone claramente el modelo de gastos, en pensiones, en inversión, en funcionarios, en asistencia social, .... La forma de emplear el dinero de los ciudadanos es sagrado en esos países. Toda la organización política y gestión pública debe girar en torno a los recursos que los ciudadanos aportan al Estado. Entienden que, en definitiva, eso es la política. En España, los políticos entienden que el dinero de los ciudadanos puesto a disposición del Estado es dinero público y lo pueden gastar como a ellos les apetezca. Pues no es así, al igual que la deuda, incorrectamente se denomina pública. La deuda es de los ciudadanos ¿quién la tiene que amortizar? Por eso no se entiende que se tengan que emplear el dinero de los ciudadanos para mantener a un disparatado número de políticos, subvencionar a los sindicatos, partidos políticos y otro tipo de garitos o entidades inútiles para los intereses generales. Que se autofinancien con sus cuotas. Que no tengan tantos empleados como si fueran agencias de colocación. Los ciudadanos deberíamos ser más exigentes en este tema. Nos va la vida en ello. Estamos quemando el futuro de las nuevas generaciones.
josemilio4141
12/02/2025 10:38
A ver si estamos por lo que estamos! ( dixit Benito) . A esta personaja, le importa un bledo los comentarios numerosos que se supone debe oir y leer. Tiene claro que su ADN es el de : abrazos a tutiplén; gesticulaciones acompañadas de variedad de peinados y sobre todo un fondo de armario que utiliza a cada sesión televisiva sin ningún pudor, mientras los trabajadores y trabajadoras ( como siempre dice) no llegan a final de mes. Para el que suscribe, y supongo que para millones de ciudada-nos es una clara demostración de que su ¿ego? Es superior a su dignidad personal. Y también supongo que para El Felón, debe suponer el duplicado de el ExColetas. O asi me lo parece.