Quantcast

Opinión

La vía 221 o la llamada al 112

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas.

Si 2019 fue un año electoral, 2020 no será menos. En Galicia y Euskadi toca convocatoria electoral ordinaria en el mes de octubre, pero tras la ruptura de la coalición independentista, Cataluña se suma a las comunidades llamadas a las urnas, pero todavía sin fecha. Este ambiente preelectoral comienza a notarse en los cuarteles generales de los partidos, que todavía de resaca electoral, empiezan a valorar estrategias. En el caso de los gobiernos, Feijóo, Urkullu y Torra valorando el mejor momento para convocarlas, y en el caso de la oposición, y considerando el nuevo reparto de fuerzas, preparando las estrategias que maximicen sus posibilidades electorales.

Según los resultados de los diversos comicios del 2019 es Ciudadanos el partido que más debe controlar su estrategia debido a la altísima volatilidad de su electorado. Si el 28 de abril estuvo a punto de sorpassar al PP, el 10 de noviembre parte de su electorado se repartió entre el PP, Vox y la abstención, manteniendo solo algo más de un tercio del electorado de abril. Tras la marcha de Rivera, la dirigencia interina está preparando un congreso que no se celebrará hasta el mes de marzo, quien sabe si coincidiendo con la convocatoria de alguna de las elecciones que están pendientes para este año, así pues, el tiempo apremia en Cs porque las estrategias no se improvisan.

Inés Arrimadas ha asumido la dirección del partido de facto sin tener la legitimidad de haber ganado el congreso para hacerlo. El pasado 31 de enero, anunció la apertura de negociaciones para sumar candidaturas constitucionalistas conjuntas en las tres comunidades autónomas donde se van a celebrar elecciones este año. En su comparecencia en el congreso, un lugar poco adecuado para hacer anuncios orgánicos, descartó a Vox como socio en esta futura alianza, apelando a su vía 221 con PSOE y PP. Cabe señalar que este anuncio hipoteca de manera importante a la próxima dirección de Cs tras el congreso, y cabría preguntarse si una candidata a la Presidencia del partido puede tomar esa decisión antes de ganar las primarias. Pero obviando esta cuestión interna, analicemos la propuesta Arrimadas.

En Cataluña, los socialistas tienen un partido diferente, hermanado pero autónomo, el PSC, que en estos momentos tiene una de las perspectivas electorales más positivas de los últimos tiempos

En el caso del PSOE, la suma es imposible, más considerando que en los territorios en los que no habrá elecciones; en Cataluña, los socialistas tienen un partido diferente, hermanado pero autónomo, el PSC, que en estos momentos tiene una de las perspectivas electorales más positivas de los últimos tiempos. Y en Galicia y Euskadi, los socialistas están más próximos a las tesis federalistas que a los postulados recentralizadores de Cs. Si además consideramos el veto “antisanchista” de los naranjas en los últimos tiempos, la unión con los socialistas parece más una trampa para encasillarlos en los partidos no constitucionalistas que una verdadera llamada a la unidad.

Ni rastro en el País Vasco

Así pues, la propuesta 221 de Arrimadas, solo tendrá eco en la sede de Génova del PP. Los más proclives, sin duda, serán los miembros de PP catalán, donde la fuerza electoral de los populares está en mínimos históricos con un 4% y 4 diputados y donde Cs es la marca alfa de los partidos de derechas no nacionalistas, teniendo en su palmarés ser la primera fuerza política en el Parlament. En Euskadi, el PP tiene unas perspectivas electorales descendentes, de los 9 diputados que obtuvieron en el 2018, podrían quedarse con la mitad. Sin embargo, Cs no está presente en el Parlamento vasco, y, por lo tanto, la suma pre electoral podría ayudar al PP a obtener algún diputado más como ya pasó en el caso de Navarra Suma. La situación en Galicia es radicalmente diferente, Feijóo no quiere ni oír hablar de una coalición preelectoral con Cs. El PP en Galicia ocupa todo el centro derecha y entre los planes de Feijoó no está compartir lista con un partido que sabe no le aportará nada sustancial.

La iniciativa política de Inés Arrimadas es bastante parecida a la propuesta que hizo Pablo Casado antes de las elecciones del 10 de noviembre. Una suma pre electoral que podría diluir y repartir culpables en caso de resultado nefasto, y que siempre es propuesta por el partido que más temor tiene de enfrentarse a las urnas en solitario; en otoño el PP, ahora en inverno Cs. Es la única razón por la que dos fuerzas políticas con representación querrían aunar sus fuerzas antes de pasar por las urnas, a sabiendas, que las sumas electorales en política restan: la pre electoral de JxC y ERC o la de Podemos e IU son un buen ejemplo de ello. Arrimadas también podría haber querido lanzar un globo sonda, pero hay que tener cuidado con los mensajes que se envían, porque la llamada a la unidad de la vía 221 podría confundirse con una llamada de socorro al 112.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.