Opinión

Vargas Llosa, el intelectual comprometido

Podría haber mirado para otro lado como tantos otros, pero tomó partido arriesgando su prestigio y sus lectores

  • Mario Vargas Llosa, luchador por la libertad

La semana pasada le pregunté a Fernando Savater por Mario Vargas Llosa y vino a decirme que el desenlace fatal podría ser inminente, no sé si porque tenía noticias directas o precisamente porque carecía de ellas. Y así ha terminado siendo. El gran Mario Vargas Llosa ha fallecido a los 89 años tras una vida de escritura y compromiso político, rodeado de su familia en su casa de Barranco, barrio bohemio de Lima, de donde guardo recuerdos imborrables como haber degustado, siendo casi un crío, el anticucho de corazón de res, un clásico de la (formidable) gastronomía peruana. Al fin y al cabo, Perú viene a ser algo así como mi segunda patria, lugar donde reside mi hermano mayor desde hace treinta años y al que siempre miro, y adonde he tenido la suerte de viajar en varias ocasiones. Por ello siempre presté especial atención a Perú y a todo lo peruano, lo bueno y lo malo, y Mario era desde luego de las mejores cosas del país andino. El peruano más internacional ha fallecido "tras una vida larga, múltiple y fructífera", según el comunicado de su propia familia, que es seguramente lo mejor que puede esperarse de una vida. No hace demasiado, Mario celebraba más que ninguna otra cosa "no haberme muerto en vida, el espectáculo más triste para un ser humano", razón por la cual se mantuvo activo hasta no hace demasiado.

El hispano-peruano Mario Vargas Llosa es poseedor de una obra extraordinaria por la que recibió los premios literarios más importantes: el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y el Premio Nobel de Literatura. Vargas Llosa fue novelista, ensayista, cronista y columnista. Escritor universal, es sin duda uno de los grandes de las letras hispánicas. De entre todas ellas quizás sea Conversación en la catedral su obra más celebrada, aunque mi preferida es El sueño del celta, porque para gustos están los colores, los equipos de fútbol y las obras literarias. Y como cada cual tiene sus recuerdos particulares y su corazoncito, yo guardo en el mío el honor inmenso de que me presentara públicamente, allá por 2012, como candidato a Lehendakari durante la campaña electoral de las elecciones autonómicas vascas. Al fin y al cabo, no todos los días se comparte comparecencia pública con un Premio Nobel de Literatura y, aunque los medios de comunicación apenas dieron importancia a la noticia porque seguramente no la tenía, es uno de los grandes recuerdos que guardo de mi trayectoria política.

"El desafío más grave al que se enfrenta España es el fortalecimiento del nacionalismo y, por tanto, el riesgo de desintegración del país, lo que traería perjuicios enormes para todos. Y hay un cierto complejo de inferioridad frente a los nacionalismos por parte de los principales partidos políticos"

En aquella rueda de prensa, Mario destacó la relevancia política de UPyD, partido al que votaba en aquella época. Es difícil saber cuándo y por qué se jodió exactamente UPyD, pero Mario destacó, antes de su desaparición práctica, algunas de las mejores cosas del partido y los motivos de su apoyo: "El desafío más grave al que se enfrenta España es el fortalecimiento del nacionalismo y, por tanto, el riesgo de desintegración del país, lo que traería perjuicios enormes para todos. Y hay un cierto complejo de inferioridad frente a los nacionalismos por parte de los principales partidos políticos, con la única excepción de UPyD", razón por la cual nos mostraba su apoyo. Como ven, nuestros males tienen años y, aunque no han terminado de desintegrarnos del todo, con Sánchez de presidente todo ha empeorado.

Yo recordé su militancia política: su compromiso contra el terrorismo de ETA junto a la gente de Basta Ya (acudió al acto de intelectuales que la iniciativa ciudadana organizó en el Kursaal de San Sebastián en plena actividad terrorista) y su compromiso con su país de nacimiento, del cual a punto estuvo de ser presidente, cosa que habría ocurrido si no se hubiera colado a última hora un tal Fujimori, quien le ganó sorprendentemente, para desgracia de Perú… y por fortuna para Mario. Aquella derrota devolvió a Vargas Llosa a las letras, lo que a la postre le permitió ganar el Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, ello no lo apartó de su compromiso público, y más recientemente, el escritor encabezó la multitudinaria manifestación de rechazo al nacionalismo y al procés que se celebró en Barcelona en 2017, tras el golpe independentista y el histórico discurso del rey Felipe VI.

Según Fernando Savater, "intelectual es aquella persona que habla a las demás personas como si estas fueran intelectuales", y Mario Vargas Llosa no dejó nunca de hacerlo

Más allá de sus éxitos o sus fracasos políticos, casi siempre subjetivos, Vargas Llosa fue de los primeros que criticó el creciente populismo en América Latina, razón por la cual se alineó con los líderes políticos o candidatos que defendieran la democracia liberal y el Estado de Derecho, más allá de que fueran más o menos de izquierdas o de derechas. Podría haber mirado para otro lado como tantos otros, pero tomó partido arriesgando su prestigio y sus lectores. Defensor incansable de la democracia, el progreso social y las libertades individuales, fue un intelectual con todas las letras; según Fernando Savater, "intelectual es aquella persona que habla a las demás personas como si estas fueran intelectuales", y Mario Vargas Llosa no dejó nunca de hacerlo.

Frente al nacionalismo, patriotismo

En su discurso de recepción del Nobel, Vargas Llosa clamó "contra toda forma de opresión y de censura al pensamiento libre" y contra los nacionalismos, "plaga incurable del mundo moderno". "Detesto toda forma de nacionalismo, ideología, o más bien religión, provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento; junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales", dejó dicho. Y frente al nacionalismo opuso el patriotismo, "sentimiento sano y generoso".  

Descanse en Paz, Mario Vargas Llosa, escritor universal e intelectual comprometido, azote de cualquier nacionalismo y defensor insobornable del progreso humano, la democracia liberal y el Estado de Derecho.

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