Donald Trump no para quieto un minuto desde que fue investido presidente, hace poco más de quince días. Todos los días nos reserva un bombazo informativo. Se conoce que le falta tiempo y no da tregua, desconozco cuánto tiempo podrá mantener esta tensión informativa, pero si esto se prolonga mucho en los próximos cuatro años no vamos a hablar más que de la última de Trump. Este martes se reunió con Benjamin Netanyahu, que está en busca y captura por el Tribunal Penal Internacional, pero como EEUU no forma parte de ese tribunal allí nada tiene que temer. La reunión fue cordial y se celebró en la misma Casa Blanca. A su término Trump y Netanyahu dieron una rueda de prensa conjunta para la que Trump se había reservado lo bueno.
Esencialmente pidió que Estados Unidos tome el control de Gaza, y no para poner orden y largarse, sino un control a largo plazo para reconstruir todo aquello. No tanto con la intención de que los gazatíes puedan vivir en un lugar pacífico, sino para que se convierta en otra cosa muy distinta a la actual. En eso los gazatíes tienen poco que ver, muchos tendrán que marcharse a Egipto o a Jordania y establecerse allí definitivamente. No estamos hablando de 10.000 o 20.000 personas, sino de unos dos millones que tendrían que marcharse a la fuerza.
La propuesta, de llevarse a término, no sólo supone un cambio radical en la postura del Gobierno de EEUU respecto al conflicto israelo-palestino (recordemos que oficialmente son partidarios de la solución de los dos Estados), es que implicaría de lleno a Estados Unidos en un proyecto que, según dijeron miembros del equipo de Trump, podría llevar de 10 a 15 años. No explicó, eso sí, cómo Estados Unidos persuadiría a dos millones de palestinos para que entregaran voluntariamente sus tierras. Tampoco dejó clara la cuestión de la soberanía del territorio en cuestión. El plan es tomar el control, pero no anexionarse el territorio. Desconocemos si la soberanía seguiría recayendo en la Autoridad Nacional Palestina o, por el contrario, pasaría a Israel.
Es un poco loca, lo sé, pero Trump siempre empieza por arriba, apuesta alto y luego ya va descremando su propuesta. Es su técnica de negociación con todo, y en esto de Gaza no iba a ser menos
Lo que Trump no descartó fue enviar tropas estadounidenses para controlar Gaza, un despliegue que podría conducir a un tipo de ocupación militar a largo plazo que Donald Trump ha criticado en muchas ocasiones. Para él los gazatíes se marcharán por su propio pie porque aquello está devastado y nadie en su sano juicio querría vivir entre aquellas ruinas. Efectivamente, hoy Gaza no parece un lugar muy adecuado para vivir, pero si la franja se reconstruye sería otra cosa. Pero Trump no quiere que lo vuelvan a habitar los palestinos. “Espero que podamos hacer algo a los que no quieran volver”, dijo textualmente. Luego agregó que le gustaría que se construyan “viviendas de buena calidad” para los palestinos, pero fuera de Gaza.
Bien, esa es la propuesta. Es un poco loca, lo sé, pero Trump siempre empieza por arriba, apuesta alto y luego ya va descremando su propuesta. Es su técnica de negociación con todo, y en esto de Gaza no iba a ser menos. Es altamente probable que el mundo árabe rechace la propuesta, aunque, como le conocen, las primeras reacciones fueron moderadas. A última hora del martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores saudí dijo que su Gobierno rechazaba cualquier violación de los derechos del pueblo palestino, ya sea mediante asentamientos, anexión de tierras o intentos de desplazarlos. Egipto, Jordania, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar también han rechazado las deportaciones. La Autoridad Palestina y Hamás como era de esperar se oponen de plano.
Algunos incluso están a favor de la anexión de la franja cuando termine formalmente la guerra. Pero el gobierno de Netanyahu no les ha dado el gusto. Anda con pies de plomo y no quiere oír hablar por ahora de anexionar Gaza, mucho menos de hacer algo parecido a lo que ha propuesto Trump.
Con Hamas gravemente herido pero aún vivo dentro Gaza, cualquier intento de expulsar a los palestinos del territorio se enfrentaría a resistencia armada. Esa guerra tendrían que librarla los estadounidenses, pero en primer término los israelíes, que en estos momentos ocupan buena parte de la franja después de 15 meses de guerra y casi 70.000 muertos. Si esto va para adelante, Israel tendría que jugar un papel importante en cualquier plan para dejar Gaza sin sus habitantes actuales, algo que se escapa hoy por hoy a sus posibilidades y seguramente también a sus planes
Netanyahu, de hecho, no entró en el asunto durante la rueda de prensa. Se limitó a decir que su objetivo principal es que Gaza no vuelva a servir de base a organizaciones terroristas que ataquen a Israel. El hecho es que en Israel hay mucha gente que cree que el único modo de conseguir eso es vaciar Gaza de palestinos. Varios políticos israelíes de derecha han pedido el reasentamiento de gazatíes, y algunos incluso están a favor de la anexión de la franja cuando termine formalmente la guerra. Pero el gobierno de Netanyahu no les ha dado el gusto. Anda con pies de plomo y no quiere oír hablar por ahora de anexionar Gaza, mucho menos de hacer algo parecido a lo que ha propuesto Trump.
Dejar Gaza de palestinos privaría a la Autoridad Nacional Palestina de una parte de su territorio que todos los presidentes estadounidenses (incluido Trump en su primer mandato) han defendido siempre que formaría parte de un futuro Estado palestino. Trump aún no ha dicho públicamente si tiene algún plan para revivir el moribundo proceso destinado a lograr un Estado palestino junto a Israel, un objetivo que sería aún más difícil si Estados Unidos presiona a los habitantes de Gaza para que abandonen su tierra.
Tuve que pasar el vídeo dos veces por si no lo había entendido bien. Es una propuesta realmente extraña y carece por completo de sentido. Me hice unas cuantas preguntas que creo que se ha hecho todo el mundo: ¿pretende convertir Gaza en una especie de Miami Beach con rascacielos residenciales frente a la playa?
En Washington tampoco lo terminan de ver. Los republicanos y demócratas del Congreso se han mostrado muy escépticos con el plan, especialmente con la idea de que su ejército tome el control de la franja Gaza. Pero, más allá de las reacciones políticas, los expertos en Oriente Medio se han quedado atónitos. De hecho cualquier observador se quedó estupefacto cuando oyó las palabras de Trump. Yo me cuento entre ellos. Tuve que pasar el vídeo dos veces por si no lo había entendido bien. Es una propuesta realmente extraña y carece por completo de sentido. Me hice unas cuantas preguntas que creo que se ha hecho todo el mundo: ¿pretende convertir Gaza en una especie de Miami Beach con rascacielos residenciales frente a la playa?, ¿está hablando de una ocupación militar de Gaza?, ¿su Gobierno obligará a dos millones de palestinos a irse de su propia tierra?
En la Casa Blanca están convencidos que el reasentamiento es la única opción viable y que pueden persuadir a Egipto y a Jordania para que acepten a los palestinos desplazados. De hecho, Trump ha invitado al rey Abdulá de Jordania y al presidente egipcio, Abdul Fatah Al Sisi, a la Casa Blanca para mantener conversaciones a finales de este mes. Le dirán que no quieren ni ver a los palestinos y que por eso tienen cerradas sus fronteras para ellos. Abdulá le dirá también que en 1970 su padre expulsó a la OLP porque se querían hacer los dueños del país. Aquello, el conocido como Septiembre Negro, se saldó con un montón de muertos y la salida de la OLP de Jordania para establecerse en el Líbano.
Paz y prosperidad
Eso por no hablar de cómo diablos conseguirán expulsar a dos millones de personas de Gaza. Si no se van voluntariamente tendrán que forzarles a marcharse y eso supondrá una intervención militar a gran escala para la que no sé si en EEUU están preparados. Todo para que la franja de Gaza se convierta en un Miami Beach a la mediterránea. Algunos están convencidos de que eso sería bueno, que habría paz y prosperidad, pero ambas cosas deberían llegar con sus habitantes allí y sin tener que lamentar más muertos.
A Trump se le ve optimista con este tema, pero apoyos no va a encontrar salvo el de Israel y no del todo, sólo de algunos israelíes, pero ya sabemos que este hombre no tiene inconveniente en cambiar de parecer si es necesario. Es un tipo que se muestra extraordinariamente flexible cuando le conviene serlo. Esta manera de proceder la aplica a todo. Lo de Gaza no iba a ser una excepción.
Acontracorriente
08/02/2025 12:10
No pueden echarles de sus tierras para dárselas a otros
giledu
08/02/2025 12:33
Lo dicho por Trump es una elucubración que se le ocurrió sobre la marcha. Poco seria, pero suelta los bombazos con intenciones a medio y largo plazo. Con 4 años por delante tan solo, no tiene tiempo para esto. Fantasioso artículo, Fernando.
Talleyrand
08/02/2025 12:38
Dos millones de personas Curiosamente las mismas que los dos millones de alemanes desplazados a la fuerza de los Sudetes y que llevaban siglos viviendo alli. Los civiles alemanes fueron expulsados y perdieron propiedades porque perdieron una guerra. No se de que nos extrañamos ahora. El mundo es y seguira siendo cruel con los vencidos. Palestina apoyando a Hamas en sus salvajadas ha perdido.
JaimeRuiz
08/02/2025 17:29
Talleyrand, los alemanes no sólo salieron de los Sudetes sino también de Silesia, Pomerania y Prusia Oriental, donde vivía mucha más gente. Bueno, lo primero es aterrizar en la realidad. Salga usted a la calle y pregúntele al primero que encuentre qué opina de Trump: en España TODOS dirán que es una especie de Ruiz Mateos que sufre una intoxicación de LSD o algo así, pero además muy estúpido. ¿Es Trump un orate absurdo como proclaman por ejemplo los periodistas del ABC y El Mundo? Bueno, además de absurdo muy malvado, una especie de Hitler aficionado a los negocios. Luego hay que ver la visión general sobre Gaza, por ejemplo de la UE, no sólo de los políticos sino también de los ciudadanos, ¿a alguien le ha molestado que la agencia de Naciones Unidas tomara parte en la matanza del 7 de octubre? En Europa a nadie, ni que se gastaran grandes fortunas en financiar a Hamás, de modo que si nadie dice nada vuelve el dinero europeo y árabe a Hamás y vuelve a prepararse otra embestida contra Israel y vuelven a festejar los españoles (el gobierno que hay representa a la mayoría de los votantes) con la ilusión de un Estado palestino desde el río hasta el mar. La propuesta pone a hablar de otras cosas y de hecho es una amenaza para esos aliados de los terroristas, que ya no cuentan con el gobierno estadounidense (que también financiaba a Hamás, como se demuestra con la investigación sobre USAID). El columnista muestra muy poca seriedad con la idea de que alguien va a sacar a la fuerza a los palestinos y a enfrentarse con ellos para expulsarlos de su tierra. Para eso bastaría un bloqueo difícil de combatir. Pero tampoco ha pensado nadie en serio que se vaya a hacer eso, sencillamente se anuncia el rechazo de toda ayuda para que sigan ahí y probablemente el apoyo a quienes los acojan como inmigrantes. ¿Nadie los acoge y ellos no se van? Pues simplemente los dejarán pudrirse, porque de lo que viven es del dinero extranjero. Y en fin: la declaración ya es el golpe, no habrá reconocimiento a Hamás y a sus aliados (es decir a la UE), no habrá tolerancia con el apoyo a la banda, no habrá piedad para los que apoyan a los terroristas y de hecho ¿no debería ser esa región es un gran polo turístico? ¿Qué pensarán los saudíes que intentan competir con los Emiratos construyendo ciudades ultramodernas en el área del mar Rojo de un enclave terrorista a pocos cientos de kilómetros? ¿Les gusta a los egipcios esa amenaza ahí? Trump es una sorpresa magnífica, un soplo de aire fresco.