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Opinión

Todo vale para este Gobierno

El relativismo de quienes nos gobiernan es descomunal

Todo vale para este Gobierno
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez conversa con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. EFE

Es el cajón de sastre – que no desastre - en el que cabe todo, lo bueno, lo malo, lo imposible, lo estúpido, lo irrelevante, lo inconcebible. Pedro Sánchez ha conseguido anestesiar a la población a base de medias verdades y mentiras enteras. Su intención es convertir lo blanco en negro y hacernos creer que es un arco iris. Lo de nuestros políticos es digno de estudio, ya que con pocos o nulos estudios han logrado elevar el relativismo a cotas insospechadas. Dudo mucho que sepan en que consiste esta filosofía, pero al igual que Monsieur Jourdain, que hablaba en prosa sin saberlo, Sánchez y sus aliados niegan a diario la existencia de verdades absolutas. Todo es susceptible de ser cambiado, retorcido, cuestionado y trinchado. Que el fin ulterior no sea encontrar el conocimiento sino adquirir cada vez más poder no va en desdoro de la eficacia de esta banda.

A Sánchez no puedes hablarle de moral argumentando que Platón o Sócrates ya denostaban el relativismo por motivos intelectuales y éticos. De Aristóteles ni les digo, que se despachó a gusto sobre el tema en su Libro Cuarto de la Metafísica. Ah, pero Sánchez solo sabe de palabrería, de decir hoy una cosa para al día siguiente argumentar la opuesta. Es el paradigma del relativista moral, político o cultural. Como para esta gente todo es subjetivo, da lo mismo una cosa u otra siempre que redunde en su beneficio.

Y como no admiten verdades totales, salvo las que toca emplear y que son cambiantes según el momento, es inútil hablarles de conceptos como patria, bien común, respeto, legalidad, justicia o Dios. Este último les incomoda especialmente, porque admitir su existencia les colocaría en una situación de humildad en la que ni quieren ni saben estar. Niegan la divinidad tradicional del occidente judeo-cristiano, pero están encantados con cultos o dioses, por más extravagantes que parezcan, siempre que no sean los de aquí.

A Sánchez no puedes hablarle de moral argumentando que Platón o Sócrates ya denostaban el relativismo por motivos intelectuales y éticos

Felicitar el Ramadán es correcto según su relativismo pero no felicitar la Pascua. Rezar en una iglesia es carca y retrógrado, pero mirar con embeleso postrarse en dirección a la Meca para rezar a Alá es admirable. Saludarse con ese cursi Namasté que tanto está de toda entre la pijería rojipálida es lo más, pero decir vaya usted con Dios es poco menos que ser franquista. En fin, ser católico es casi una confesión de antigualla perniciosa, pero ser musulmán o budista es sublime. Diga usted que cree en la reencarnación y le aplaudirán, pero si dice que reza el responsorio de San Antonio para que le proteja le van a tirar piedras.

Conste que a servidor le da igual si el vecino reza o no, o si tiene en su casa una imagen de Buda o un póster de Samantha Fox. Soy de los que creen que cada uno se las apaña como puede y encuentra consuelo donde lo encuentra. Pero eso no es relativismo, es convivencia. De eso es de lo que andan escasos en este gobierno, de sentir que este es un edificio, España, en el que todos los inquilinos deberíamos sentirnos más o menos cómodos sin tener que condenar a nadie a vivir en el balcón con medio cuerpo fuera. Por eso los indultos son obra también del relativismo moral – o inmoral – que considera que separarse de España no es bueno pero tampoco es malo. Como el comunismo. Como los grupos de extrema izquierda que queman y agreden. Como la delincuencia que proviene de parte de la inmigración ilegal. Da igual porque, al final, la línea que separa al Bien del Mal es nebulosa a ojos de quien, por no saber verla, acaba cayendo siempre en el segundo.

Por eso los indultos son obra también del relativismo moral – o inmoral – que considera que separarse de España no es bueno pero tampoco es malo. Como el comunismo. Como los grupos de extrema izquierda que queman y agreden

Habría que decirles a estos modernos relativistas que el Mal, ciertamente, existe y que haríamos bien en cuidarnos de él. Pero juzgo superfluo hacerlo porque servidor, que no es relativista, sabe que mucho de lo que sustenta a esta gente, mucho de lo que hay detrás de ellos moviendo los hilos, mucho de lo que alimenta a estas almas es ese Mal que no es para tomárselo a risa.

Al demonio todo le sirve siempre que le sea útil, reza un adagio antiguo. A lo mejor por eso a este gobierno también le sirven por igual Bildu que los indultos a los separatistas. Mientras le sean útiles…

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