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Opinión

Una lectura, no tan benévola, de las encuestas políticas en Andalucía

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz

Después de un año de ayuno demoscópico por falta de presupuesto en la Universidad de Granada, versión oficial, el Egopa, sondeo de referencia en Andalucía, nos regalaba, como parte de la cohetería festiva del 28-F, los datos del estudio de invierno 2018, que vienen a confirmar, a grandes rasgos, la tendencia ya marcada por otras encuestas que se han ido conociendo en las últimas semanas sobre la intención de voto de los andaluces.

El tradicional estudio de la Universidad de Granada goza de cierta consideración mediática y política, no por la cantidad de encuestados, -Almería 83, Cádiz 183, Córdoba 126, Granada 138, Huelva 77, Jaén 106, Málaga 201 y Sevilla 286, en total 1.200 entrevistas-, sino por el prestigio profesional de quienes intervienen en la dirección y confección del mismo.

Las encuestas del Egopa no suelen gustar a todos por igual, ni siquiera a los supuestos beneficiados por su cocina, esto es al PSOE, conociéndose más de una “bronca” telefónica, al más alto nivel entre despachos de la Junta en Sevilla y la UGR.

La fotografía electoral que ha captado el sondeo en este frio invierno del 18 ofrece tonalidades muy definidas en el roscón resultante. El PSOE-A sería el partido más votado de celebrarse ahora elecciones autonómicas en Andalucía, con el 34,1 por ciento y una ventaja de 14,3 puntos sobre los 19,8 de Ciudadanos (Cs), que relegaría al PP-A al tercer lugar. Los populares obtendrían el 18,3 por ciento de los sufragios, a punto y medio de Cs, mientras que Podemos sería cuarto con el 10,5 por ciento, seguido de por IULV-CA, con el 8,3 por ciento.

Lo inquietante para el ‘susanismo’ es que los sondeos más fiables apuntan a que la suma de PP y Ciudadanos puede superar claramente el respaldo electoral del PSA"

Ha sido Susana Díaz y su partido quienes más saltos de alegría han dado en las redes en los días posteriores a conocerse los resultados del sondeo. Datos que, según la presidenta, demostrarían lo contentos que están los andaluces con las políticas sociales desplegadas por su gobierno y su partido.

El PSOE-A volvería a ganar las elecciones autonómicas de celebrarse ahora. Ese era el titular que todos destacaron y que dopó suficientemente a los socialistas para celebrar eufóricos el Día de Andalucía más nacionalista y reivindicativo de las últimas décadas. Eso sí, siempre dentro de la unidad de España. La derecha del PP se hundiría con Moreno Bonilla al frente por la falta de liderazgo y también por el degaste del gobierno Rajoy, que casi los devuelve a los tiempos de Hernández Mancha al frente de AP. Moreno dijo que no se creía la encuesta. Sube espectacularmente Ciudadanos – del 9,24% pasaría al 19,80%– gracias al influjo a una jerezana en Cataluña llamada Inés Arrimadas, cuyo partido se intuye que aquí se comería también a parte del electorado del socialista.

A la izquierda del PSOE se registra bajada respecto a los resultados de 2015. Particularmente en Podemos, que del 14,80% pasa en este sondeo al 10,5%. IU sube como marca autónoma en intención de voto, pasando del 6,86% actual al 8,3%.

La gestión de la crisis catalana por un lado, y por otro la resistencia en sectores de IU a la alianza electoral con Podemos, son datos a tener en cuenta para valorar esta posible pérdida de apoyos morados.

Detrás de los fuegos de artificio del sondeo con los datos sobre intención de voto, el Egopa apunta realmente a que el PSOE y Susana Díaz no tienen motivos para tanta alegría. Obtener el 34,1% de los votos sería tanto como lograr el peor porcentaje electoral del PSOE andaluz en toda su historia. Recordemos: en 2000 un 44,90%, en 2004 un 51,97%, en 2008 un 48,41%, en 2012 un 39,52% y en 2015 ya con Susana Díaz como cartel electoral obtuvo el 35,28%.

Las primarias andaluzas de Ciudadanos dilucidarán si el partido de Rivera sigue siendo la muleta parlamentaria de Susana Díaz u opta por acercarse al PP"

Pero ese no sería el problema mayor para el PSOE. Lo inquietante para el susanismo es comprobar cómo la suma de los porcentajes del PP y Ciudadanos puede rondar el 39% de los apoyos, palabras mayores, lo que abocaría al PSOE a intentar reeditar aquel pacto de progreso con IU, tarea que no parece viable debido a cómo Susana liquidó unilateralmente el anterior pacto. Y con Teresa Rodríguez, de Podemos, tampoco parece probable un entendimiento de legislatura. Suenan, por tanto, tambores de inestabilidad.

De ahí que convenga recordar la importancia política de lo que suceda a medio plazo en el seno de Ciudadanos si finalmente Albert Rivera cumple y se celebran primarias libres en el partido para elegir su futuro cartel electoral. Todas las previsiones apuntan a que asistiremos a algo más que a la típica confrontación partidista. Estará en juego que Ciudadanos siga siendo la muleta parlamentaria del PSOE de Susana Díaz o bien opte por acercarse al PP e intentar forzar la liquidación electoral del llamado régimen socialista de los 36 años. Al menos esas son las impresiones de quienes animan al diputado granadino Luis Salvador a presentar candidatura frente a Juan Marín, quien ya ha anunciado que volverá a aspirar al liderazgo de Cs. A Salvador se le considera más anti PSOE que pro PP.

La importancia de este sondeo, aparte de recuperar un servicio público aparcado durante más de un año, es que viene a coincidir sustancialmente con las tendencias que otras encuestas han expuesto en estos días, de ahí su valor político. Susana Díaz, la única que puede convocar las elecciones, tendrá que emplearse a fondo para meditar y no equivocarse en la fecha que elija en el calendario. De momento Pedro Sánchez se autoinvitó al acto central de las medallas de Andalucía en el Maestranza y dejó un titular que no ha pasado desapercibido. Si Rajoy no puede aprobar los presupuestos generales, que convoque elecciones. Susana, en una de las muchas entrevistas concedidas estos días, se limitó a pedir tiempo para poder curar heridas. Las de su partido, claro.

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