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Opinión

Socialismo free

Lo de insinuar que el abrazo de las derechas es inconstitucional, como ha hecho la representante de la izquierda Dior, deja un ambiente extraño

El presidente del partido del PP, Alberto Núñez Feijóo, saluda a la presidenta de la comunidad de Madrid , Isabel Díaz Ayuso.

En el franquismo, el grano político se extirpaba de mala manera. Pensaban que a base de prohibir e ilegalizar el PSOE, en España no volvería a nacer un socialista ni un rojo. Esto es una fantasía. Después de cuarenta años de franquismo, la derecha llevaba camino de necesitar otros cuarenta para refundarse y el felipismo gobernó desde el 82 al 96.

El caso de la legalización del PC de Santiago Carrillo durante la transición marca un hito de la normalización política, esto es, el grano se normaliza, se maquilla con mucho pote. Calvo Sotelo cuenta en sus memorias de la transición que UCD había pensado en un principio traspasar la decisión de legalizar el PC al Supremo, que por suerte se sacude el muerto, argumentando impecablemente que no es el suyo. Pronto se vería que un mayor coraje y un menor rigor por parte del Supremo hubieran hurtado a Suárez el mérito de una de sus decisiones políticas más acertadas.

Lo que me preocupa es que para extirpar el nuevo grano, o sea Vox, la izquierda pretenda expulsarlo del juego político mediante la burocratización de su moral. Lo de insinuar que el abrazo de las derechas es inconstitucional, como ha hecho la representante de la izquierda Dior, deja un ambiente extraño. Es como si creyeran que la muerte burocrática de un partido la puede decidir la señora Calvo ya no desde su asiento en el Congreso, sino desde la butaca de su salón.

Si en democracia el poder no escucha a la calle, el votante creerá que nos han convertido en una Polinesia de egoísmos particulares

El franquismo no solo consiguió burocratizar la moral sino que intentó institucionalizar el miedo y la opresión. Hoy vemos una España sin spleen ni glamour, la basca de la izquierda, cabreada, se ha propuesto hacer lo que sea para devolver a la marginalidad lo que hoy gobierna en Castilla y León. Salen los representante de la izquierda Dior, pitan falta y tarjeta roja.

Con el tiempo, toda esta peña que piensa que puede mangonear las instituciones y los resultados de las urnas empieza a resultar sospechosa. Si en democracia el poder no escucha a la calle, el votante creerá que nos han convertido en una Polinesia de egoísmos particulares. Probablemente despierten incluso a esa España que nunca vota, cree ni comulga. Si miramos a Castilla y León, laboratorio de España, parece que el españolito prepara allá por esas yermas tierras el socialismo free.

La superioridad moral de la izquierda Dior se intenta burocratizar con una fórmula simple: todo lo que hay a la derecha del PSOE es sospechosamente anticonstitucional. El país se ha modernizado, y se ha posmodernizado y ahora viene la posmodernísima Carmen con su superioridad moral y sus remilgos Dior.

Ella se imagina una España con Sánchez desafiando a los malotes con la camisa abierta, al estilo Macron, como el amigo feminista que nos rescata de los chulos del bar de pueblo

Aquellos que se aferran al poder confieren a nuestra política un aire de psicodrama intenso y de tensión permanente, que se acentúa cuando aparecen candidatos con una energía nueva para hacerse con el poder en la derecha, esa impulso que mueven Ayuso o Feijóo, pero también en menor medida los de Abascal. Cuanto menos entren los moderados en la comparsa de doña Carmen mejor, ella se imagina una España con Sánchez desafiando a los malotes con la camisa abierta, al estilo Macron, como el amigo feminista que nos rescata de los chulos del bar de pueblo, los deplorables.

Como ven, tenemos en el horizonte un paisaje manchego, muy de Bigas Luna, muy Jamón, jamón. pero al tratarse de un gobierno elegido en las urnas, Castilla y León es el laboratorio donde hay que salir de este psicodrama. No sabremos que tal resultará el experimento. Si los españoles viviéramos en un mundo que garantizara los finales felices, ¿cuánto tiempo tardaríamos en estropearlos?

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  • F
    franrivas

    totalmente de acuerdo con el comentario anterior. Wesly tiene toda la razón.
    Pero el eslogan mas acertado, como siempre, es el de Ayuso: socialismo free. Es decir, libre de socialismo al 100X100.
    Solo reconociendo que el verdadero cáncer social de los siglos XX y XXI es el socialismo se puede crear un estado de progreso para todos. socialismo = muerte y ruina

  • W
    Wesly

    La izquierda progre guay pretende establecer las reglas de la democracia, de lo políticamente correcto, para conseguir implantar un pensamiento único sectario en el que sólo sean aceptables los dogmas de fe definidos por ellos, actuando cual talibanes fanáticos.

    Pretenden diferenciar entre la corrupción buena (la suya) y la corrupción mala (la de los demás, los fachas), la violencia buena y la mala, la libertad de expresión buena y la mala, la presunción de inocencia buena y la mala, etc.

    En definitiva, pretenden que aceptemos irracionalmente que ellos son los buenos, hagan lo que hagan, y los demás son los malos, los fachas, la ultraderecha, también hagan lo que hagan.

    Para implantar está dictadura, la izquierda progre se dedica a prostituir todas las instituciones, fiscalía, CIS, judicatura, medios de comunicación, Tribunal de Cuentas, etc.

    Pretenden llevarnos a un régimen aparentemente "democrático" en el que todas las instituciones estén al servicio del tirano, al estilo de la Venezuela de Maduro.