Quantcast

Opinión

Sánchez desencadenado

El presidente del Gobierno, desencadenado de toda restricción moral, ha emprendido una desesperada marcha hacia el corazón del antaño llamado “socialismo real”

La amenaza de Volkswagen pone en riesgo la recepción de 6.000 millones de fondos UE
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Europa Press

Sánchez exige a la CEOE que "se siente" con los sindicatos y que las grandes empresas "repartan sus beneficios”. Dando por sentado que la CEOE no puede ni debe sentarse  ni un instante para usurpar los legítimos derechos de propiedad de las empresas, la apelación a los sindicatos no se entiende bien: ¿hay que entregarles a ellos los beneficios para que los repartan entre sus afiliados? Si así fuera, todos terminarían ricos pues, siendo muchos los trabajadores españoles, los afiliados son muy pocos; menos que en cualquier país civilizado, así que tocarían a mucho.

El presidente del Gobierno es un empecinado  disidente de los principios fundamentales del orden social civilizado que David Hume estableciera –sin que nadie los haya enmendado todavía- hace siglos: el derecho de propiedad, el libre mercado y el cumplimiento de las promesas.

El incumplimiento de las promesas,  siempre ha sido su principal seña de identidad. Como buen socialista ha puesto todos los obstáculos que se le han venido ocurriendo contra los libres intercambios económicos y por tanto del ejercicio de la función empresarial. Y por fin, desencadenando su auténtico yo, se ha salido de la órbita civilizadora, para cuestionar abiertamente la propiedad privada, de momento sólo como una soberbia advertencia; mañana, cualquiera sabe. La impugnación “sanchista”  de los citados  supuestos, acentúa  la velocidad, ya muy alta y creciente, de huida de Suecia –como modelo–  camino de Argentina, según se puso de manifiesto con datos en esta columna hace unos días.

Alto nivel impositivo

No hay un solo economista serio, ni siquiera entre el progresismo medianamente ilustrado, que no sepa que una de las grandes limitaciones de la economía española es la pequeña dimensión de las empresas, por razones tan obvias como compresibles: la innovación tecnológica, el nivel de productividad, la exportación, el nivel de empleo y salarial se ven favorecidos por un mayor tamaño.

También es bien sabido que los beneficios de hoy son las inversiones de mañana para seguir creciendo y que los impuestos españoles a las empresas están entre los más altos del mundo y muy por encima de los países con mayor renta per cápita:

  • Tercer país del mundo -tras Chequia y Eslovaquia- por contribución empresarial a la recaudación fiscal.
  • Sexto país del mundo por contribuciones empresariales a la seguridad social.
  • Quinto país de Europa por presión fiscal efectiva -neta de economía sumergida con un nivel del 128% frente a una media de 100%

Además, las políticas socialistas han venido, en colaboración con Hacienda y los sindicatos, poniendo cada vez más trabas al crecimiento de la dimensión de las empresas, alejándonos así del tamaño medio de los mejores países. Un mayor tamaño empresarial favorece –sinérgicamente- los factores más determinantes del crecimiento de la productividad, la competitividad, el empleo y mejores salarios.

Todavía se extraña el Gobierno de que una empresa española en legítimo uso de su libertad y derecho de propiedad decida cambiar su sede, para mejorar así su destino y con él de sus trabajadores y accionistas

Hay que añadir que  el Gobierno, con su presidente a la cabeza, no ha perdido su tiempo en comparar -en vez de maldecir-  a Holanda con España en los rankings internacionales, que nos colocan sistemáticamente muy retrasados tras ellos en factores determinantes de las inversiones internacionales y la prosperidad económica y social: seguridad jurídica, relaciones laborales, innovación, libertad económica, imperio de la ley, tamaño del Estado, eficiencia regulatoria, apertura de mercados, costes sociales laborales, productividad, facilidades para hacer negocios, etc .

Y sin embargo, habiéndonos distanciado cada vez más de Holanda en todos ellos debido -sobre todo- a las políticas socialistas de Zapatero y Sánchez, todavía se extraña el Gobierno de que una empresa española en legítimo uso de su libertad y derecho de propiedad decida cambiar su sede, para mejorar así su destino y con él de sus trabajadores y accionistas.

Para rematar las agresiones socialistas a la función empresarial hay que recordar que en los libros de texto de la educación secundaria española –escritos por progresistas-, según investigó el catedrático Manuel Jesús González, la mayor parte de la referencias al libre mercado y al empresario son peyorativas. En contra de la boba visión del actual socialismo español, la riqueza no preexiste a la acción humana, representada por la función empresarial que descubre oportunidades de crearla de la nada para compartirla con sus clientes, empleados y accionistas; amén de con el Estado a través de los impuestos.

Los insultos, incluso personales, al empresario de este gobierno no tienen -seguramente- precedentes en ningún país civilizado ni en países subdesarrollados fuera de pretéritos ámbitos comunistas prerrevolucionarios. Sostiene el muy acreditado profesor Jesús Huerta Soto, que “El socialismo se debe definir como todo sistema de agresión institucional y sistemática contra el libre ejercicio de la función empresarial”. Sánchez debe ser la única lección, que  sin haberla leído, ha venido aplicando empecinadamente, dando así plenamente razón a tan preclaro académico.

Está regresando a dialécticas que todos habíamos pensado ocupaban un lugar polvoriento en el anaquel de los delirios ideológicos

Sin embargo, aunque parezca increíble, hasta Carlos Marx en su Manifiesto Comunista, si se sustituye la palabra “burguesía” por su sinónimo “función empresarial”, sostenía literalmente que: “La función empresarial ha creado energías productivas mucho más grandiosas y colosales que todas las pasadas generaciones juntas”, para añadir las empresas “han sabido hacer brotar, como por encanto,…fabulosos medios de producción y de transporte..”

Todo lo dicho pone de manifiesto que Sánchez, desencadenado de toda restricción moral o incluso cálculo de prudencia, ha emprendido una desesperada marcha hacia el corazón de supuestos votantes añorantes del antaño llamado “socialismo real”, y está regresando a dialécticas que todos habíamos pensado ocupaban un lugar polvoriento en el anaquel de los delirios ideológicos. Occidente y Europa quedan alejados de nuestros marcos referenciales y ese lugar lo ocupan los paraísos bolivarianos, los populismos nostálgicos, y las distopias de género.

Como en fechas próximas Sánchez va a ocupar la presidencia rotatoria de la Unión Europea, cabe preguntarse si también en esos foros va a compartir con sus pares esta dialéctica desencadenada que se gasta por las tierras españolas. El Sánchez desencadenado de este larguísimo año electoral español va a tener que cortarse bastante en los ambientes europeos si quiere que le tomen medianamente en serio, a él y al país que representa.   

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • S
    Sor Intrepida

    Y esa combinación de factores es la típica función de la dirección empresarial.Siempre buscando la optimización:mínimizar costes y máximizar valor añadido,que no beneficios que son el resultado de lo anterior.Máximizar beneficios es el objetivo de los inversores.Pero no el objetivo de la organización,empresarial o de otro tipo de organizaciones no siempre mercantiles o con el sano afan de lucro.
    El famoso "animus lucrandi" de los romanos.

  • S
    Sor Intrepida

    Solo un apunte : los beneficios( resultante del valor añadido positivo,sino vamos mal) provienen de las inversiones anteriores.Y estas proceden del ahorro,la parte de renta no consumida.
    Karl Marx de economía no tenía ni idea.Confunde las partidas del balance( la inversión de la financiación) y no se aclara con la cuenta de resultados.
    Los principios económicos se cumplen,como las leyes de la física,tanto aquí como en Jupiter.Es decir tanto en una economía de mercado como en una economía centralmente planificada por el partido comunista de turno;y claro así le va....confundiendo la teología marxista-leninista con la pura y simple y pura técnica económica.Eficacia en la asignación de los recursos(inputs,incluído el coste del capital) para optimizar el producto (output).
    Y de ese producto se benefician las rentas del trabajo,del capital y sobre todo el Estado,vía impuestos de todo tipo y seguros sociales.
    La ignorancia supina:“han sabido hacer brotar, como por encanto,…fabulosos medios de producción y de transporte..”,los beneficios caódos del cielo....No caen de ningún sitio,proceden de la inversión,el trabajo,la tecnología y de la eficaz combinación de factores.
    Pero esto tan simple no creo que lleguen a comprenderlo nunca el "falso doctor",Yoyoli la melosa,Marx ni el asno de Buridan.
    Perdón por la extensión.
    Perdón por la extensión.

  • V
    vallecas

    No olvidemos que Sánchez es Presidente gracias a la ETA, los independentistas golpistas, a los Comunistas a los incalificables PNV. Además de apoyo de los periodistas a sueldo.

    Solo hay un modo de liderar y mantener esta "familia" unida. Con Dinero.