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Opinión

Sánchez recorre el mismo camino que Berlusconi

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

Todo lo que le ha pasado a Pedro Sánchez este miércoles en Bruselas le ocurrió a Silvio Berlusconi hace nueve años. La crisis de Italia era insoportable, no se tomaban las medidas drásticas que exigía la Unión Europea y Angela Merkel y Nicolás Sarkozy ya no le dieron al primer ministro italiano, líder de Forza Italia, ni un minuto más. Dimisión y gobierno de tecnócratas con Mario Monti a la cabeza.

Il Cavallieri intentó sobrevivir, alargar su jefatura. Fue imposible. Este miércoles, 23 de septiembre de 2020, ha ocurrido algo muy parecido. Tanto Ursula van der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, como Paolo Gentiloni, Comisario de Economía, y David Sassoli, presidente del Parlamento, le han dicho basta. Recortes del gasto público, subidas de impuestos directos e indirectos, 'frugalidad' extrema controlada por Bruselas, todo ello reflejado en los Presupuestos o no habrá dinero comunitario.

Marzo o abril

Las arcas del Estado están vacías y lo van a estar más. El dinero fijado desde el Banco Central, que recordaba Christine Lagarde, los muy repetidos 140.000 millones no empezarán a llegar hasta marzo o abril del año que viene, siempre que se agilicen los trámites en Bruselas y en Frackfurt. Mientras llegan habrá que recurrir al MEDE, que es el encargado de enviar las ayudas a los países del euro con graves problemas financieros. España los tiene.

Las condiciones del MEDE, los del Consejo, los de la Comisión y los del BCE coinciden: el Gobierno de Pedro Sánchez tiene que poner en marcha reformas estructurales urgentes. Adiós a las políticas sociales que vienen proponiendo y “vendiendo” un día sí y otro también los socios de Podemos, con Pablo Iglesias como abanderado. Su entrevista de mayo en el Financial Times, emulando la postura de Varoufakis en Grecia, ya adelantaba cual iba a ser su postura a la hora de negociar los PGE.

Austeridad caiga quien caiga. Recortes le duela a quien le duela. Más impuestos. Bajar el desbocado endeudamiento del país, ya muy por encima del PIB anual. Quien tiene el control de los dineros públicos en Europa saben que España no es Grecia, ni Irlanda, ni Portugal, que su caída en “default”, la suspensión de pagos, podría arrastrar al resto de la Unión, ya muy debilitada tras la salida de Gran Bretaña y la llegada de la segunda ola del Covid19 en todos los países.

Condiciones en la maleta

Medidas urgentes para un problema extendido como un cáncer por todo el cuerpo del Estado. Crisis económica, crisis judicial, crisis sanitaria, crisis social. No valen los 'faroles', ni las simples declaraciones en televisión. Pedro Sánchez regresa con todas las condiciones en la maleta. Su viaje relámpago, que no podía esperar a la reunión oficial de la semana próxima (aplazada por el positivo en covid de Charles Michel) se ha plasmado en cuatro entrevistas a cara de perro y una quinta con una menos agresividad por parte del interlocutor.

Las tres de la tarde, las económicas, con Von der Leyen y Gentiloni, los políticos con Sassali; y las dos de la mañana con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y Josep Borrell, han servido para que el futuro que le han dibujado a nuestro presidente del Gobierno sea tan oscuro como el tiempo atmosférico de estos días. Incluso desde la Alianza Atlántica le han hecho ver que todos los proyectos del organismo de defensa para la base de Rota y su ampliación podían trasladarse al norte de África o aplazarse sine die, para negociarlos con otro Gobierno y en otras condiciones. Un tema pendiente también de las elecciones norteamericanas de noviembre.

Plan de ajuste duro, con la presencia o no de Podemos en el Gobierno y la posibilidad de un cambio de alianzas para aprobar los Presupuestos; dimisión como la de Berlusconi para propiciar un nuevo Gobierno totalmente nuevo; o elecciones anticipadas. Este es el escenario que le han puesto sus cinco interlocutores delante de los ojos. Pedro Sánchez tiene que decidir y la que menos le gustan son la de convocar elecciones o imitar al antiguo líder de Forza Italia que consiguió estar en el poder durante casi veinte años.

En Netflix puede ver el documental que realizó Antongiulio Panizzi sobre la novela de Alan Friedeman: El ascenso y caída de Silvio Berlusconi. Tras la hora y cuarenta minutos de duración del relato televisivo sobre el presidente de Mediaset debe escuchar la voz de Sinatra cantando el My Way y recordar algunas estrofas: “Me enfrenté a todo y me mantuve en pie, y lo hice a mi manera...Mi historia muestra que encajé los golpes, y lo hice a mi manera... Sií fue a mi manera”.

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