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Opinión

Rivera, entre la rectificación y la dimisión

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera

El tema central de estos días es el dilema de Cs: se suicida si pacta, y si no pacta se suicida.

En el fondo late una crisis de régimen. Los dos partidos que han gestionado el régimen del 78 son los responsables de la situación actual: gobierno nacional imposible (o extremadamente débil) y separatismo desbordante.

Cs ha sido una parte de la solución, pero de modo incomprensible se ha alineado innecesariamente en uno de los "bandos" y es un partido prisionero de sus propias palabras.

La promesa de Rivera de no pactar con el PSOE está siendo mala para España, porque conduce a Sánchez a entregarse a los separatistas y la extrema izquierda

Cs nació para evitar el chantaje nacionalista y ahora forma parte del actual bloqueo institucional.

Lo que fue bueno para Cs (afirmar que no pactaría nunca con Sánchez) le llevó casi a duplicar el número de escaños y quedar a 200.000 votos del sorpasso al PP; pero ese compromiso está siendo malo para España porque, al no poder pactar con el PSOE, conduce a Sánchez a entregarse a los separatistas (en Navarra es clamoroso) y a la extrema izquierda.

¿La salida del dilema?: dimisión de Rivera (en su día dimitieron Felipe González y el propio Sánchez) y rectificación de Cs para pactar una coalición de gobierno con el PSOE;  o abstención del PP en la investidura de Sánchez; o nueva convocatoria de elecciones generales; o gobierno nacional inestable y chantajeado por los separatistas durante un año.

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