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Opinión

El reto de la derecha

Ha llegado el momento en el que desde el PP se decida romper la soga de su anterior discurso y garantizar un Gobierno de alternativa sin nacionalistas periféricos

Mañueco moviliza a Ayuso contra Sánchez para no perder los 35 escaños vitales
Alfonso Fernández Mañueco e Isabel Díaz Ayuso en el mitin celebrado en Burgos el pasado viernes

Es difícil evitar la melancolía al pensar en Castilla y León. Una especie de dolor, de culpa, de incomprensión con la que carga el español consciente al recorrer una tierra olvidada y de belleza soberbia. Por primera vez sus problemas y posibles soluciones eran protagonistas en los medios nacionales.

A medida que subían los datos del recuento bajaban los escaños para un Mañueco que lleva días cabizbajo, alzando únicamente la mirada ante los santos del preciado románico de Castilla y León para mascullar ¡en qué momento Génova me mandó convocar elecciones!

Una convocatoria electoral que no necesitaba ningún ciudadano de la región, ni ninguno de los socios del Gobierno autonómico. El único objetivo cumplido ha sido confirmar la desaparición como partido de Ciudadanos, aunque Igea con su espíritu numantino ha defendido el escaño. La excusa de una posible moción de censura, tras haber votado en contra la que presentó la izquierda, es lo que alegó el PP para convocar estas elecciones. Asunto tan espúreo como inverosímil.

La guerra interna en el Partido Popular entre Génova y Sol marcó la verdadera agenda electoral de los castellanos y leones como escenario colateral. “Mucha sangre de Caín/ tiene la gente labriega/ y en el hogar campesino/armó la envidia pelea”—escribió Antonio Machado en “Campos de Castilla”.

La izquierda y el centrismo —socialistas sin cargos muchos de ellos, lo que explica que su papel no sea el de oposición, sino el de banquillo— impusieron un cordón sanitario a Vox que compró Casado. Se lo puso como soga alrededor del cuello, estrangulando sus posibilidades de llegar a La Moncloa.

Ha llegado el momento clave en el que desde el Partido Popular se decida romper o no la soga de su anterior discurso y garantizar un Gobierno de alternativa sin nacionalistas periféricos que establezcan servidumbres sobre los ciudadanos en favor de intereses de élites corruptas territoriales. Sin embargo, el empecinamiento en su rechazo a todo pacto de Gobierno con los de Abascal mantendrá en el poder a una izquierda que se desangra en votos.

Los principales beneficiados de estas elecciones contra Ayuso y Sánchez en Castilla y León han sido Vox, con 13 escaños, y ¡Soria Ya! con 3, que será pieza importante en las generales para apoyar un Gobierno, del PSOE presumiblemente. El PP ha ganado sólo dos escaños, un tercio de los votos de Ciudadanos, en unas elecciones tan absurdas como injustificadas. Pero lo que certifica que esta ajustada victoria electoral sea un fracaso es el discurso de no pactar gobiernos con la ya es la tercera fuerza política de forma consolidada.

Vox necesita a los populares tanto o más que el PP a él para poder gobernar o llevar a cabo cualquiera de las medidas de su Agenda España

Pero el reto de la derecha y el futuro de España no recae únicamente en el Partido Popular. Los de Abascal también han llegado a un momento clave. Vox necesita a los populares tanto o más que el PP a él para poder gobernar o llevar a cabo cualquiera de las medidas de su Agenda España. Es necesario que más allá de la discrepancia lógica entre ambos partidos y de las diferencias naturales en democracia, los de Abascal construyan su discurso desde la defensa de sus ideas y no desde la humillación al PP, porque pueden llegar a la situación de no poder justificar un Gobierno con ellos ante sus propios electores.

Por otra parte, el partido está compuesto por diversas familias que no parecen compatibles entre sí y alguna tampoco con los intereses de España. La promesa de acceder al poder en algún momento es tan poderosa como para mantener la paz en la sombra que provocan los focos dirigidos a Santiago Abascal. Aunque en un partido pueden y deben convivir perfiles distintos, aún no sabemos cómo se desarrollará la dirección, si aumentarán los Espinosa o los Buxadé. También es clave por entrar en un Gobierno autonómico. Por mucho que se llegase a retrasar la negociación y la investidura requiere el afloramiento del perfil de Vox para Gobierno más allá de Santiago Abascal.

La misma estrategia utilizada por Abascal al escuchar las reivindicaciones y la rabia de los partidos locales de la España Vaciada ha de ser un modo para articular ese acuerdo nacional

Todo movimiento de cualquiera de las formaciones que se aleje de la construcción de un acuerdo nacional que impida el enquistamiento del PSOE y los separatistas en la dirección del Estado será algo que no perdonarán los votantes de la derecha y que sufrirán todos los españoles. La misma estrategia utilizada por Abascal al escuchar las reivindicaciones y la rabia de los partidos locales de la España Vaciada ha de ser un modo para articular ese acuerdo nacional: escuchar a los ciudadanos y no a los que odian a la derecha sin que les preocupe mucho España.

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