Puestos a elucubrar, se me ocurre tratar de imaginar la situación política en la que se encontraría España si no existiera Vox, habida cuenta lo que su presencia la condiciona. La reflexión es necesaria y tiene su aquel, porque a quien lo necesita para gobernar, o sea, al PP, le gustaría que no existiera; mientras que el partido que supuestamente es su adversario y centro de sus dianas, esto es, el PSOE, prefiere que siga existiendo e incluso que adquiera más fuerza. Al fin y al cabo, el PSOE y la izquierda en general fueron quienes con más ahínco trataron de que Vox pasara de ser un partido extraparlamentario a condicionar como ninguno la política nacional, con la idea de que su crecimiento electoral provocara la división de la derecha y el consecuente empequeñecimiento del PP, y que, al necesitarse mutuamente para gobernar, no pudieran gobernar nunca; o que, en caso de que acuerdos locales tuvieran lugar, estos impidieran el gran pacto nacional entre el PP y Vox que pudiera llevar a Feijóo a la Moncloa. Y ahí seguimos: el PSOE trata de que tenga al menos tanta fuerza como hasta ahora, y el PP sigue sin saber cómo quitárselo de encima.
Escisión por la derecha
Así que el PP necesita a Vox para gobernar, salvo allí donde gobierna con mayoría absoluta; y allí donde gobierna con mayoría absoluta, no lo invita a cogobernar sino que prefiere mantenerlo lejos, haciendo incluso como si no existiera. Y aunque lo necesita para gobernar (o precisamente por ello), preferiría que no existiera, para que buena parte de los votos que se llevó Vox, vuelven de nuevo al PP, y de ese modo pudiera alcanzar más fácilmente el Gobierno; y si no lo alcanzara por sí solo, pudiera contar con el apoyo del PNV o incluso con el de un Junts sin Puigdemont, dado que ambos partidos nacionalistas conservadores comparten con el PP más ideas de las que ahora reconocen, y porque la necesidad que tiene el PP de contar con Vox frena la disposición de ambos partidos a llegar a acuerdos con el partido de Feijóo. Así que el PSOE quiere que exista Vox y al PP le gustaría que no existiera, el primero para que le quite votos al PP, y el segundo para recuperarlos. Así suelen ser los juegos de la política.
Sin embargo, más allá de los juegos aritméticos que podamos hacer, Vox existe y tiene la fuerza de la que dispone porque hay millones de ciudadanos que encuentran en la formación de Abascal las respuestas que antes encontraban en el PP y que ahora no encuentran en ningún otro; al fin y al cabo, Vox no se ha reproducido por generación espontánea, por mucho que la izquierda la haya favorecido. Vox viene a ser una escisión por la derecha del PP concebida en los tiempos de Rajoy, cuando el líder popular, consecuencia de su forma de ser y de su pragmatismo, decidió orillar, dejar de defender o defender sin demasiado entusiasmo algunas de las ideas que se consideraba formaban parte de la formación liberal y conservadora y que desde entonces han dejado de tener demasiada relevancia.
A pesar de sus problemas internos y sus contradicciones, parece un partido asentado sin que su supervivencia parezca correr serio peligro, salvo que su adoración por Trump y su putinismo se lo lleven por delante
Y así, quienes son críticos con la ideología de género, con las cesiones al nacionalismo, con el Estado autonómico, con el procés, con las políticas contra el cambio climático, con el aborto, con las leyes de memoria histórica, con las políticas migratorias, con la legitimación de Bildu, con el wokismo, con el globalismo o con la Europa que llaman de los burócratas, encontraron acomodo en el Vox que crearon Alejo Vidal-Quadras, Santiago Abascal y otros exmilitantes del PP, críticos todos ellos con la evolución de su expartido, al que comenzaron a denominar, despectivamente, "la derechita cobarde". Y en cuanto adquirió cierta fuerza, se sumaron simpatizantes de otros partidos ubicados a la derecha de la derecha del PP, falangistas, nostálgicos del franquismo y patriotillas de andar por casa; y, como ha ocurrido en otras partes del mundo, trabajadores de barrios obreros perjudicados por la globalización, la llegada de inmigrantes o la falta de respuesta de los partidos tradicionales a algunos de sus problemas, algunos reales y otros imaginarios. A día de hoy, a pesar de sus problemas internos y sus contradicciones, parece un partido asentado sin que su supervivencia parezca correr serio peligro, salvo que su adoración por Trump y su putinismo se lo lleven por delante.
Mientras tanto, el PSOE sigue azuzando el miedo a la extrema derecha que tan buenos resultados le ha dado con la idea de que Vox siga teniendo al menos tanta fuerza como hasta ahora, para que la derecha siga dividida y el PP no pueda gobernar nunca. Además, acusa al PP de mimetizarse con Vox, por muy falso que tal cosa sea. Ese discurso es lo que le sigue permitiendo a Sánchez fortalecer su relato y aglutinar en torno a su PSOE la amalgama de fuerzas populistas y reaccionarias que todavía le dan apoyo, no tanto para que Sánchez gobierne como para que permanezca en la Moncloa, lo cual permitirá a los enemigos de España seguir obteniendo réditos políticos y económicos a costa de la mayoría; lo cual, a su vez, hará que Vox siga recogiendo votos de millones de indignados y siendo un actor esencial en la política española. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Mientras a Feijóo le perjudica el pacto presupuestario de Mazón con Vox en la Comunidad Valenciana, Sánchez saca pecho de su pacto migratorio con la extrema derecha de Junts
En todo caso, la existencia de Vox, como la de cualquier otro partido, clarifica el escenario político porque nos permite ver y conocer mejor la sociología española y saber a qué atenernos. Es mejor que afloren todas nuestras miserias y tratar de darles remedio que hacer como si no existieran y que se enquisten o conviertan en irresolubles. Como cuando surgió Podemos, que parecía que iba a comerse al PSOE y que lo que provocó fue la podemización del PSOE. Sin Vox, volveríamos al bipartidismo de antes, con sus virtudes y sus defectos.
Así que el PSOE quiere que exista Vox y al PP le gustaría que no existiera. Para el primero es el comodín que justifica todos sus desbarres y para el segundo la china en el zapato que le impide alcanzar la Moncloa. Porque, además, el PP sigue sin tener claro cómo relacionarse con Vox, o cómo romper con él definitivamente. Y mientras a Feijóo le perjudica el pacto presupuestario de Mazón con Vox en la Comunidad Valenciana, Sánchez saca pecho de su pacto migratorio con la extrema derecha de Junts. Y no se sabe bien si porque uno es más listo que el otro o porque, mientras uno se lo piensa, el otro carece de principios. O por ambas cosas.
javcergar
25/03/2025 07:20
Queda claro que al autor no le gusta Vox, aunque envidie que Vox exista mientras su UPyD y otros intentos, no... y preguntaría yo al autor si además de expresar estas sus reflexiones podría intentar imaginar y describir cuáles de las leyes del PSOE derogaría el PP si gobernase con mayoría absoluta... dado que gobernar es legislar y aplicar lo legislado supongo yo que el autor también será capaz de saber que gobernar con las leyes del anterior nada cambia... en definitiva, respecto de sus alambicados argumentos contra la existencia de Vox espero yo que sean al menos sinceros y no impostados como me parecen a mí... para finalizar expreso también el convencimiento de que si Vox desapareciese surgiría otro igual o parecido porque la sola verdad verdadera es que Vox refleja y recoge el sentir de no poca gente que constata lo perverso de la pareja PSOE PP...
Acontracorriente
25/03/2025 09:30
No veo porque el psoe puede ir con la extrema izquierda y el pp no puede ir con vox
Marco Aurelio
25/03/2025 09:50
¡¡!Habría que inventarlo!!!
leopoldoprado_martin
25/03/2025 11:21
Lo mejor del artículo el final. Feicomplejo contra fraudillo. Por cierto, el PP llegó en Andalucia al poder gracias a vox.
stoicus
25/03/2025 11:25
No entiendo el artículo. No comprendo el planteamiento y mi resumen es el siguiente: Si mi abuela hubiese tenido dos ruedas, no hubiese sido mi abuela. Hubiese sido una bicicleta.
javcergar
25/03/2025 13:47
Respetado stoicus, a mí me parece que este artículo es un intento jesuítico de deslegitimar a Vox sin parecer ni izquierda ni derecha humillada... es decir, el intento de alguien de buena fe, progresista moderado y centrista centrado, Condenar a lo que considera extremismo, pero sin argumentos porque ha perdido la noción de patria.
pablomariapabolaza
25/03/2025 13:55
VOX apoya la paz en Ucrania al igual que Orban y Trump, no apoya a Putin. Al decir eso, Maneiro se define.
libelula
25/03/2025 16:52
El PP se siente incomodo por puro complejo, el primer día que te dicen lo de Vox, ultra, y todo lo que sigue, Feijoo dijera, tenemos distintos programas, pero es más constitucional que todos vosotros juntos. Pero claro si el PP ya dice que Vox es radical, pues cuando pacta con el, se lo echan en cara, no como Sánchez que siempre dice que sus socios son estupendos. Pero olvidaros los que dejamos de votar al PP,nunca vamos a volver. Feijoo es otro Mariano, y sus barones son unos socialistas un poco más aseados.
oriolmarti55
25/03/2025 17:06
¿Y si no existiera el PP o los partidos separatistas (como ocurre en Europa)?
libelula
25/03/2025 17:09
Feijoo y lo que le acompaña, es Mariano ll, es un PSOE más aseados.
juna42
25/03/2025 20:20
El lamentable espectáculo del PP durante tantos años, el infame bipartidismo aderezado con vascos y catalanes cansó a mucha gente que decidió dejar de votar y quedarse en su casa. VOX es el resultado de esa decepción, se hizo presente y muchos encontraron en el nuevo partido la ilusión perdida. A día de hoy VOX es imprescindible y cuanto más fuerza tenga más fácil resultará hacer los cambios que se necesitan.
JaimeRuiz
25/03/2025 23:42
Hay cosas que estos columnistas dan por sentadas y clarísimas y que extrañamente no corresponden con la realidad, el mejor ejemplo es el Brexit, que extrañamente no ha hecho que los migrantes se desplacen del Reino Unido al continente sino lo contrario. La otra es la de que al PP le perjudica acercarse a Vox, cosa que ya decía Ayuso, a ella no le hizo ningún daño. Por eso esa afirmación de que los pactos de Mazón perjudican a Feijóo es simplemente una necedad, una ocurrencia mediante la que un político fracasado les atribuye a los votantes sus propias manías. En julio de 2023 el PP perdió no porque la gente le tuviera un miedo natural a la extrema derecha ni porque los medios del gobierno metieran miedo, sino porque el PP dedicó su campaña a combatir a Vox. En realidad el PP prefiere que gobierne Sánchez que tener que gobernar con Vox tal como Rajoy prefirió no convocar elecciones para que Rivera no lo condicionara. El PP siempre le abre el camino a Sánchezx. En las comunidades en que el PP se apresuró a negociar con Vox en 2023 obtuvo más proporción de votos en julio, en Extremadura perdió votos. El acuerdo de Mazón le conviene a Feijóo porque nada fortalece tanto el voto a Vox como la percepción de que el PP prefiere ser aliado del PSOE, como el articulista. Cada gesto de Feijóo a favor del diálogo con Vox le granjea votos que de otro modo irían a Vox y después del acuerdo de Mazón el PP volverá a subir en toda España. Aunque a lo mejor yo me equivoco y alguien explica cómo es que el acuerdo de Mazón con Vox perjudica a Feijóo.
mcrobio
26/03/2025 00:15
¡Qué petardo de artículo y qué pésima redacción! No acierta ni con la forma ni con el fondo. Es evidente que le gustaría que no estuviera Vox. La pregunta es: ¿Si no existiera Vox, sus votantes confiarían en Feijoo? Esa es la pregunta que nadie se quiere hacer. Como los alumnos consentidos, necesitan a otro para culparle de sus fracasos.