Opinión

Análisis de medios

Putin y sus hijos putativos hacen de las suyas en España

Una buena parte de estos bocazas a sueldo se sirven del desgaste de la reputación -merecido- de los medios de comunicación para sostener que todo lo que publican en sus páginas sobre Ucrania es falso

Fue hace unas semanas cuando las calamidades políticas que gobiernan España se enzarzaron en un acalorado debate acerca de cuál es el partido que apoya a Putin en España. Todos negaron la mayor, incluido Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España y miembro del Gobierno de Pedro Sánchez. En una entrevista concedida a La Marea, afirmó que el presidente ruso es “un adversario político de los comunistas en Rusia”.

Cualquiera que conozca los mecanismos que rigen la mente de los autócratas sabrá que, para estos tiranos, toda persona que presente signos vitales se encuentra entre sus potenciales enemigos. No hay nada más imprevisible que el comportamiento de un dictador cuando se siente amenazado. Y estas amenazas no necesariamente han de ser reales. A veces, son fruto de su locura. De los delirios de quien se encuentra en la cúspide y comienza a sospechar de todo su entorno.

Sea como sea, lo cierto es que los comunistas y el Kremlin no son exactamente antagonistas en lo que respecta a Ucrania, dado que comparten cierto argumentario sobre la guerra, como se deduce del discurso del discurso de Vyacheslav Tetyokin, quien es el principal asesor del líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov. En un reciente artículo publicado por el órgano de expresión del PCE en España afirmó:

“Es Estados Unidos el interesado en la guerra. No sólo golpea a Rusia sino también a Europa. La guerra de la OTAN contra Yugoslavia en 1999 fue un medio para desestabilizar a la Unión Europea. En la actualidad, el principal objetivo de Estados Unidos es impedir las entregas de gas ruso para obligar a Europa a comprar el gas licuado más caro a Estados Unidos, debilitando así a Alemania y a otros países de la UE. El comercio entre Rusia y la UE es de 260.000 millones de dólares al año. Con Estados Unidos 23.000 millones. Diez veces menos. Por lo tanto, las sanciones impuestas a petición de Estados Unidos afectan en primer lugar a Europa. La de Ucrania es otra guerra estadounidense por el control del mundo”.

Hay que prestar atención a la última frase. El sueño del delincuente cobarde es que otro pague por los delitos que él mismo cometió.

Pelotas de Putin

Detrás de la realidad inapelable de que Rusia se anexionó Crimea y que hace un mes y medio inició la invasión de Ucrania, con su ración de matanzas incluida para aterrorizar a la población, se encuentra el discurso del Kremlin, que trata de demostrar que su campaña militar es una reacción a un ataque; y nunca una guerra injustificada. Sus papagayos mediáticos lo repiten en España e incluso denuncian la 'rusofobia' que se ha desatado en el mundo como consecuencia del conflicto; que afecta a todos los habitantes del país. En el caso del más desnortado e histérico de todos -cuyo nombre merece la pena obviar para no hacerle ganar más relevancia- incluso ha puesto en duda la autoría de la matanza de Bucha.

Una buena parte de estos bocazas a sueldo se sirven del desgaste de la reputación -merecido- de los medios de comunicación para sostener que todo lo que publican en sus páginas sobre Ucrania es falso. Que la prensa occidental bebe exclusivamente de las fuentes propagandísticas estadounidenses y eso ha provocado que traten al país agredido -Rusia- como el que intenta tiranizar a un pueblo.

Sería innegable negar los errores cometidos durante las últimas décadas por la OTAN, pero ofende a la inteligencia el intento de los 'reporteros sobrevenidos' del Kremlin por situar el foco de la culpa sobre Occidente. Supone negar quién ataca a quién. Un intento obsceno de dar la vuelta a la tortilla para comprar el discurso de un autócrata, que apela a “desnazificar” un país con un gobierno democrático, pese a sus innegables fallas internas.

La propaganda ha sido la gran 'quinta columna' de las guerras modernas, pero su importancia es todavía mayor actualmente, cuando los medios de comunicación han perdido el monopolio de la información y las redes sociales se han erigido como las vías de comunicación con una mayor potencia del mundo. No creo que ese fenómeno sea negativo. Al contrario, pues con internet existen más opciones para contrastar la información y acercarse a la mejor versión de la verdad.

El problema es que estas plataformas han sido aprovechadas por las dictaduras y por los listillos con afán de notoriedad -y beneficios económicos- para confundir y tratar de pastorear a la opinión pública hacia su terreno.

No es un fenómeno exclusivo de los influencers, dado que hay algún director de periódico al que se le tenía que caer la cara de vergüenza por su sospechosa defensa de Marruecos en cada una de sus columnas de opinión y tertulias televisivas. Pero lo cierto es que con la Guerra de Ucrania se ha podido apreciar con claridad quiénes son los hijos putativos del Kremlin en España y cuáles son sus conexiones con medios de comunicación que dan rienda suelta a todo tipo de teorías de la conspiración -sucedió igual que con la covid-19- y a charlatanes a sueldo con tal de incrementar la audiencia. ¿En cuántos medios han tenido presencia los youtubers de Putin?

Hay algún director de periódico al que se le tenía que caer la cara de vergüenza por su sospechosa defensa de Marruecos en cada una de sus columnas de opinión y tertulias televisivas.

En mitad de este contexto, planea el presidente de Radiotelevisión Española una remodelación de su Canal Internacional para tratar de ganar influencia en Hispanoamérica, donde, por cierto, medios como Russia Today han dedicado grandes esfuerzos para extender los argumentos del Kremlin entre sus ciudadanos.

La Comisión Europea transmitió al inicio de la pandemia su intención de reforzar a la prensa de los diferentes estados miembros -así se lo dijo a los sindicatos- para que no perdiera peso frente al empuje de la propaganda de las potencias que librarán esta nueva 'guerra fría'. Pero, según reconocía recientemente un portavoz de la Federación Internacional de Periodistas, las medidas que han tomado son insuficientes, puesto que la potestad de regular sobre los medios de comunicación la tienen los estados miembros.

Más allá de las consideraciones democráticas, lo cierto es que Putin fundó Russia Today en 2005 y Sputnik en 2014; y su quinta columna en Europa está bastante bien engrasada y funciona estos días como un Caballo de Troya. Con su desvergonzado empeño por atribuir la responsabilidad de la invasión a otro país, ajeno a Rusia y ajeno a Putin.