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Opinión

¿Podemos hablar de algún problema real?

La última vez que en España tuvimos un debate más o menos serio sobre reformas que tendría un impacto directo en cómo funciona nuestro estado de bienestar fue allá por el 2015-2016

Pedro Sánchez y Albert Rivera EFE

Siempre he tenido la peregrina, ingenua, quizás un tanto quijotesca idea de que en política debemos hablar sobre problemas importantes. Es una idea un tanto fantasiosa, lo sé, pero es algo que resulta tener consecuencias prácticas sobre la vida de los habitantes de un país. En contra de lo que dice el tópico, los políticos suelen hacer lo que prometen, así que una buena forma de solucionar cosas es hacer que se pronuncien sobre ese tema en concreto.

No está de más, por tanto, que los medios de vez en cuando hablen de la realidad. Porque resulta que hablar de la realidad importa.

Empecemos, por ejemplo, con una estadística casi desconocida en un país famoso por sus desigualdades, Estados Unidos. En 1992, durante la campaña presidencial, el entonces presidente Bill Clinton hablaba a menudo sobre la pobreza infantil, que se había mantenido a niveles altísimos durante décadas, y superado el 30% a principios de los noventa. Una vez elegido, Clinton convenció al congreso que aprobara un crédito fiscal para las rentas del trabajo, básicamente un impuesto sobre la renta negativo para asalariados. La tasa de pobreza infantil bajó diez puntos en menos de una década.

No recuerdo un candidato a la presidencia del gobierno hablar sobre pobreza infantil más que de pasada desde hace décadas, obsesionados como estamos todos con Cataluña y la maldad infinita de Pedro Sánchez

Lo curioso es que la pobreza infantil ha seguido siendo parte del debate político americano, y presidentes posteriores han seguido trabajando para reducirla. Obama reforzó el programa de ayudas, y en contra de lo que sucedió en muchos países, la pobreza infantil no aumentó durante la gran recesión. Trump, como parte de su reforma fiscal, creó un crédito fiscal adicional para familias con hijos. Esto hizo que, en el 2019, la pobreza infantil hubiera caído un 57% comparado con 1993, un logro considerable.

Comparemos esto con el debate político en España. No recuerdo un candidato a la presidencia del Gobierno hablar sobre pobreza infantil más que de pasada desde hace décadas, obsesionados como estamos todos con Cataluña y la maldad infinita de Pedro Sánchez. No es de extrañar, visto el panorama, que nuestras cifras de pobreza infantil sean absolutamente atroces, de las mayores de la OCDE, y lleven en niveles absurdos (entre un 20 y un 25%) desde hace décadas.

Estos datos, por cierto, no es que sean un secreto de estado. El Gobierno creó hace unos años un Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, una entidad especialmente dedicada a este tema. El organismo ha estado dirigido por gente como Pau Mari-Klose, uno de los mejores sociólogos del país sobre la materia, y tiene cantidades ingentes de expertos muy inteligentes y muy preparados que preparan y presentan informes la mar de interesantes. Sabemos, gracias a ellos, que el grupo de edad con mayor riesgo de pobreza en España es, con muchísima diferencia, los menores de 18 años, con una tasa cuatro veces mayor de riesgo de sufrir pobreza severa que los mayores de 65.

Esos informes aparecen, son comentados en un par de artículos en prensa y cuatro frikis en Twitter, y… se desvanecen, sin más. Nadie, ni en el Gobierno ni en la oposición, hacen de estas cifras su caballo de batalla. Y de forma casi igual de preocupante, ni los medios, ni los periodistas, se pasan la vida preguntando a los líderes de este país por qué España tiene una tasa de pobreza infantil tan vergonzosa.

La OCDE nos lleva repitiendo en informe tras informe que nuestro estado de bienestar, además de ser relativamente pequeño, es excepcionalmente ineficaz redistribuyendo renta de forma efectiva

Parte del problema es que sabemos la respuesta a esta pregunta desde hace tiempo, pero nadie parece querer prestarle demasiada atención. La OCDE nos lleva repitiendo en informe tras informe que nuestro estado de bienestar, además de ser relativamente pequeño, es excepcionalmente ineficaz redistribuyendo renta de forma efectiva. Los motivos detrás de este hecho son variados (uno de los principales: destinamos mucho dinero a unas pensiones muy generosas comparado con otras partidas) pero es algo que no estaría de más solucionar con urgencia, porque la pobreza infantil creo que es algo a lo que deberíamos prestarle atención.

Curiosamente, la última vez en que en España tuvimos un debate más o menos serio sobre reformas que tendría un impacto directo en cómo funciona nuestro estado de bienestar fue allá por el 2015-2016. Por aquel entonces Ciudadanos era un partido que hablaba de cosas que no fueran Cataluña, comunismo, y lo mucho que se odian los unos a los otros dentro del partido, y se presentó a las elecciones con un programa que incluía varias ideas interesantes. Entre ellas, hablaban de un “complemento salarial garantizado” que era, a todos los efectos, una versión refinada del crédito fiscal impulsado por Clinton y que tan bien ha funcionado. La propuesta fue parte de las negociaciones para formar gobierno el 2016, y fue incluida en el acuerdo que firmaron con el PSOE entonces, y que Podemos hundió porque lo de arreglar problemas no parecía ser una de sus prioridades.

Desde entonces, poco o nada. Los líderes de Ciudadanos entraron en la fase paranoica-megalómana de su evolución política, y dejaron de hablar sobre ello. Luis Garicano, su principal impulsor, fue exiliado a Bruselas. Lo de arreglar el estado de bienestar se cayó de la agenda, y hemos seguido gobernando sobre otras cosas, como el delito de sedición y otros temas que afectan la vida de la gente. Curiosamente, lo que si hemos visto es una buena reforma laboral que mejoraba la también positiva reforma laboral impulsada por Rajoy. Porque hablar sobre paro ha acabado haciendo que los partidos actuaran.

Quizás es hora de que los partidos españoles (todos ellos, de Vox a Podemos) empiecen a hablar sobre temas importantes otra vez, quién sabe. A lo mejor resolvemos la pobreza infantil y todo.

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  • M
    ma

    Cierto, pero teniendo en cuenta que el smi está por los 900 y pico, no deja de ser absurdo tener a tanto pensionista cobrando más que los trabajadores que pagan esas pensiones

  • H
    Hulshof

    He buscado el dao y según un estudio de bankinter de septiembre de 2022 , un 51% de pensionistas cobra entre 150 y 1000 euros. Y de 2.000 euros en adelante un 19%. Habría que hilar muy fino al hablar de lo de las pensiones muy generosas. En el caso de las subidaas debería hacerse por tramos. No le puedes subir lo mismo a quien cobra 500 euros de pension que al que cobra 2.500 euros.

  • K
    Kj26

    De la pobreza solo se sale con trabajo.

    Las políticas del gobierno secesio-comunista de Sanchez son contrarias a la creación de puestos de trabajo, contrarias a la empresa y a la iniciativa privada. En este entorno la pobreza en general, la infantil y otras incluidas, están aseguradas.

    El gobierno secesio-comunista no hace lo que tiene que hacer que es fomentar la empresa privada como fuente de empleo. No tengo muy claro si por incompetencia o por ceguera ideológica.

    Le recomiendo que busque por los medios las invectivas que ayer dedico al dueño de Mercadona una ministra del gobierno secesio-comunista de Sanchez. Con estas elementas quién va a crear empresa y puestos de trabajo en España?

  • M
    ma

    Cómo se puede hablar de estado de bienestar con un millón de parados de 50 años apuntados al paro, a Los que los empresarios peperos se niegan a contratar

    • D
      Davidoff

      Y para colmo, ni los empresarios sociatas dan una solución...

  • W
    Wesly

    El problema de la pobreza infantil hay que enmarcarlo dentro del problema de la pobreza en general.

    El origen del problema de la pobreza hay que buscarlo en la mentalidad, en las creencias. La izquierda “progre” ha conseguido que cale el discurso del “reparto de la riqueza", de los “derechos sociales” y del “estado del bienestar", promoviendo la exigencia de que sean los demás quienes generen la riqueza y nos regalen la parte que supuestamente nos toca para disfrutar del bienestar al que nos dicen que tenemos derecho, lo que desincentiva la cultura del esfuerzo y de la responsabilidad, y nos lleva a la pérdida de competitividad y de progreso, e inexorablemente a la pobreza.

    Para combatir la pobreza hay que cambiar las creencias para que cambien las actitudes. Hay que promocionar la cultura del esfuerzo, de la responsabilidad, del reconocimiento del trabajo bien hecho.

    Pero claro, para los políticos (sobre todo para los de izquierda) es más fácil repartir regalos, subsidios y subvenciones a cambio de votos, regalar aprobados generales a los estudiantes, otorgar la renta mínima sin necesidad de pegar golpe alguno, que pedir responsabilidad y esfuerzo. Esta es la forma segura para alcanzar la pobreza extrema.

    • A
      Apeiron

      Efectivamente, muy de acuerdo. La pobreza es un término muy manoseado, que apela a los buenos sentimientos que por fortuna abundan.
      Pero se tiende a disculpar a los individuos de haber llegado a esa situación, haciéndonos responsables a toda la sociedad y condenándonos a mantenerles indefinidamente a costa del producto de nuestro trabajo. Se produce así una situación perversa, en la que muchos consideran que no les compensa el esfuerzo de hacerse responsables de su propia manutención.

  • W
    Wesly

    Dice que "los políticos suelen hacer lo que prometen". No es el caso de Pedro Sánchez, que ha hecho todo lo contrario de lo que prometió, pactar con comunistas (dijo que no podría dormir si lo hiciera), con independentistas catalanes, con los herederos de la ETA, indultó a los delincuentes condenados (en contra del criterio fundamentado del Supremo), eliminó del código penal el delito por el que los golpistas fueron condenados. Dijo que quería mejorar la calidad de la democracia y se dedica a asaltar todas las instituciones cual vulgar tirano bananero, etc. La lista de mentiras de Pedro Sánchez es muy larga.

    Puede ser que algunos políticos hagan lo que dicen. Pedro Sánchez desde luego NO es uno de ellos.

  • M
    mariem

    Si el que se haya dejado de hablar de "pobreza infantil" le preocupa, tranquilo D. Roger, en cuanto volviera a gobernar "la derecha" tendríamos cantidad de información a todas horas sobre pobreza infantil, incluso con escalofriantes imágenes de niños escuálidos.

  • V
    vallecas

    El problema real D. Roger, es que desde Disneylandia no se arreglan los problemas.
    La pobreza infantil no existe. Existe la Pobreza. Este es el gran problema y según dicen el Capitalismo la ha reducido en el mundo de modo significativo.
    El problema no es si los políticos cumplen sus promesas. El problema es que la Democracia Española ha nombrado Presidente a un acreditado embustero/trilero que sería apartado de cualquier otro sitio.
    Se producen 11 suicidios diarios en España y no es un tema que preocupe a la sociedad ergo a los políticos.
    Claro, para ver todo esto hay que vivir en el mundo real.

  • D
    Davidoff

    Dice:
    «...en política debemos hablar sobre problemas importantes».
    Bien por lo de solventar la pobreza infantil, a cuyos afectados (los niños —de los dos sexos—) habrá que alimentar, cosa complicada con el precio de la cesta de la compra disparado y sin visos de solución (y de lo que también tiene que hablar Pedro Sánchez en lugar de jugar a petanca con media docena de afiliados al PSOE o de trincar el Falcon para ir al concierto de Serrat, contaminando en un día tres veces más que yo con mi coche en un año). ¡Y existiendo un AVE fantástico al que no sube más que para salir en la foto 'cuando toca'!

    Dice:
    «...obsesionados como estamos todos con Cataluña y la maldad infinita de Pedro Sánchez...».
    El 'Guapo' debe de ser un bendito para Ud., mientras que Cataluña es una obsesión para la inmensa mayoría de españoles menos para Ud.; aunque sí lo sea para mí, porque observo cómo el separatismo catalán, racista, xenófobo y violento, me quiere ROBAR la porción de España que como español me pertenece, sin permitirme decir NO en su "consulta", que es a lo que el inmoral y maldito Sánchez, —chantajeado por Mohamed, ¡qué demonios tendría el felón en el teléfono!, por parafrasear a Alberto Pérez Giménez—, ayuda poniendo ingentes cantidades de vaselina (dinero, leyes, jueces...) de modo que no resulte tarea imposible.

    Su artículo —el último que le leo—, es de un sectarismo nauseabundo, aunque, bien, por lo de acordarse de la pobreza infantil; pero, mal, por no haber recordado también el atropello al derecho de los niños de aprender en español en los colegios —¡un 25%!— y al de no ser vigilados si lo hablan en los patios de esas escuelas en Cataluña. Y eso, también me parece pobreza infantil.

  • M
    Malotones

    Con Cataluña solo están "obsesionados" los que son como usted. La gente normal tiene otros problemas,créame.