Estuve varias veces en Israel. Incluso pude visitar, además del artilugio legendario de Masada, los Altos del Golán donde me instruyó un oficial del ejército de procedencia uruguaya que detestaba a San Pablo –“culpable de convertir una religión que sólo era nuestra en algo universal”. Conferencié ante públicos heterogéneos en Jerusalén y Ramala (Cisjordania). Crucé fronteras armadas. No pude entrar en Gaza. Sé de lo que hablo.
Para escribir sobre Israel y Palestina hay que tentarse la ropa. O callarse o pisar huevos. El primer artículo que me censuraron en Barcelona estaba dedicado a Israel. Una representación escogida de la comunidad judía en Cataluña presionó de tal modo a la dirección de La Vanguardia que se vio forzada a retirarlo. Ocurrió en octubre de 1992 y en mi memoria quedan los actores principales de aquel incidente, tanto como las reacciones furibundas e insultantes del historiador catalanista Joan B. Culla y de la tertuliana insaciable Pilar Rahola, entre otros.
La delgada línea roja de nuestras limitaciones a la hora de escribir sobre Israel consiste en una argucia que te deja inerme ante la crítica. Lo que tú has concebido como algo ligado al comportamiento de un Estado nacido en 1948 se transforma en boca del afectado en desdén del Holocausto, y por tanto todo crítico al estado sionista pasa a convertirse automáticamente en antisemita. No se libran ni los propios judíos disidentes de la doctrina oficial. Hannah Arendt llegó a escribir palabras brutales sobre sus estancias en Israel, pero lo hizo precavidamente en las cartas personales que le dirigía a su amiga la novelista Mary McCarthy. Había publicado ya su libro “Eichmann en Jerusalén” y debía soportar con perversa regularidad los insultos de un vecino judío ortodoxo que la llamaba sólo para gritarle “¡cerda nazi!”.
La delgada línea roja de nuestras limitaciones a la hora de escribir sobre Israel consiste en una argucia que te deja inerme ante la crítica
Este largo exordio que sería innecesario al tratarse de cualquier otra guerra -la invasión rusa de Ucrania, sin ir más lejos- es obligado en el momento en que uno quiere entrar en ese conflicto podrido por tanto odio y debe asumir su papel de pisador de huevos para poder acceder a un mundo donde lo que se pisa son muertos. Slomo Ben Ami, historiador hispanista y antaño embajador de Israel, ha acusado sin tapujos a la política del corrupto y reaccionario Netanyahu, un “protofascista” en su opinión, de constituir una vergüenza y un riesgo para el estado de Israel. El hecho de que nadie haya recogido esta reflexión en nuestros medios alumbra un poco el ambiente guerrero con el que abordamos la catástrofe.
Parece como si hubiera una recomendación íntima que te fuerza a que la posición más sensata consistiera en mantenerse callado ante el riesgo de aparecer como filo islamista o supremacista del pueblo elegido, cuando no perverso avalista del terrorismo. La tarea más difícil parece una nadería, pero resulta casi imposible de esquivar. Hay que sacar a las religiones y a los libros sagrados de esta guerra devastadora. Esto va de poder y no de otra cosa. De poder de dominio, de poder estratégico y hasta de poder vivir. Sobre todo, de poder vivir en paz, y para ser compasivo con la realidad nadie puede negar que el pueblo palestino, desde la Nakba de 1947, lo ha tenido más difícil. Pero si las realidades son ese cúmulo de acontecimientos a los que no les damos en su momento la importancia que tiene, hoy hay dos hechos incontrovertibles. Uno es que el estado de Israel es una realidad incontestable y así debe seguir siendo. El segundo consiste en admitir que mientras no se pueda establecer un estado palestino la sangre seguirá corriendo y la inseguridad se multiplicará. No es más que lo obvio pero si alguien lo cita, caso de Antonio Guterrez, secretario general de la ONU, la otra parte amenaza con abandonar la Organización, sin cuyo apoyo ni siquiera hubiera nacido.
Hay que sacar a las religiones y a los libros sagrados de esta guerra devastadora. Esto va de poder y no de otra cosa. De poder de dominio, de poder estratégico y hasta de poder vivir
Para escribir sobre los frentes de combate antes hay que vislumbrarlos. La incursión sangrienta de Hamas el 7 de octubre es más que una acción terrorista, es una criminal declaración de guerra que dejó al descubierto varias convenciones que se daban por verdades absolutas. Los Servicios de Información de Israel mitificados hasta la leyenda estaban de holganza, o hacían como que dormían, pero conociendo el control real de los israelís de los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza -nada puede entrar o salir sin su aprobación; de ahí la importancia de los túneles del enemigo- algo sucedió, y durante bastante tiempo, para que el enemigo preparara una ofensiva. (Nota para analistas de ocasión: Hamas no tiene dependencia de Irán, se alimenta de otros protectores. No son chiitas como Hezbollah, que opera en la frontera del Líbano. El mundo palestino desde que dejó de ser laico, con la OLP, y ha pasado a los Profetas se ha hecho aún más complejo, familiar y endogámico, y por supuesto más inclinado al terrorismo suicida).
Cuestan entender cómo un servicio de espionaje de fondos insondables y una influencia incontestable cometa la desidia -no encuentro otra palabra- de no detectar una operación que exige miles de participantes y una preparación minuciosa. Algo así no puede despacharse con el recurso del puñado de terroristas sedientos de sangre. Incluso se nos oculta el número real de secuestrados que es lo primero que hacen constar las partes en conflicto; se secuestra para hacérselo saber al que debe pagar. La guerra sucia informativa alcanza niveles indescriptibles y en eso tenemos la prueba de que los servicios de espionaje pueden estar dormidos para unas cosas, pero son agudos videntes para otras.
Nosotros somos los espectadores que deben indignarse, sufrir o compadecerse, según las dosis que nos impongan los sofisticados servicios de información. Estamos sujetos a una tormenta de imágenes que nos desbordan. Quieren disimular una guerra implacable con visualizaciones que te arrebaten. Para que no pisemos huevos ponen a nuestra disposición un muladar de cadáveres aún calientes. Y luego están los daños colaterales. La Feria del Libro de Frankfurt, la cita legendaria de editores y autores del mundo, ha retirado la mención que debía conceder a la escritora palestina Adania Shibli por su novela “Un asunto menor”. El director de la Feria, el desvergonzado Jürgen Boss, que hace no mucho mostraba su benevolencia con los neonazis locales, ahora se muestra escrupuloso con una escritora apátrida. Qué va a importarle a este promotor empresarial que 600 escritores hayan manifestado su indignación. Letra pequeña, lo que importa ahora es tener muy claro que o pisas muertos o pisas huevos.
Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.
No entró en Gaza ¿Bajo el control de quien? ¿Que se lo impidió?
No voy a emitir juicios sobre los buenos y los malos de este asunto. Aunque tengo bien claro con quién si o con quién no, iría de viaje. Me limito a revisar la historia. Los 500 años de pogromos, de expulsiones, de desahucios, de exterminios, de arrinconarlos a desiertos o a lodazales les han procurado un carácter duro, defensivo, de supervivencia, de sabiduría y trabajo para mejorar sus condiciones de vida en un constante volver a empezar ¿Que hay ultra-ortodoxos? Si. Seguramente en el mismo porcentaje que en cualquier país de los que tildamos de avanzados ¿Alguien puede acusarlos de proselitismo, de matar en nombre de Dios? Creo que no. La secularizacion ha avanzado bastante ¿Pueden actuar a su capricho contra aquello que no aprueban? No. Hay unas leyes que lo impiden ¿Netanyahu es un hijo de la gran ****? Quizás. Pero puede ser rebatido, criticado y cesado por sus paisanos. Creo que hay democracia, debate y diferencias de criterios. El sistema social y de trabajo de los kibutz sería digno de estudio para nuestros socialistas globalizadores panfletarios. Ahora que alguien me indique un país árabe al que se pueda adornar con alguna de las virtudes. Si, con los defectos. Ya enquistados y lejos de extirparlos. Además con una inquisición de más de 1300 años.
Me gusta su columna. El horror de los mil inocentes masacrados por los terroristas no legitima una respuesta indiscriminada contra la población civil. Por mucha declaración de estado democrático que se proclame no impide que sus acciones sean criticables, a mi modo de ver, por injustas y desproporcionadas.
PS: fantástico el comentario traído de ese oficial judio de origen uruguayo.
Israel ambiciona todos los territorios palestinos, y los ambiciona desde el primer día de su existencia. Nunca habrá paz por su culpa.
El hombre es un lobo para el hombre. Lo tenemos difícil. Son los lobos macho alfa los que nos gobiernan y pueden determinar la paz y la unión social en Gaza. Conste que en Europa solo tenemos lobos gregarios. Otro mundo es posible.
Puedo entender el argumento personal de su artículo: El comprender o defender los derechos de los palestinos no implica que usted sea un partidario del Holocausto o antisemita.
No entiendo alguno de sus argumentos o "ideas tangenciales" como que esto no va de religión: si no va de religión, ¿por qué el Iran chiita se emperra en destruir Israel? ¿Por qué Hamas manda en un territorio que debería estar bajo el control de la OLP? ¿Por qué los paises musulmanes no ayudan realmente al pueblo palestino sino que lo que quieren es que desaparezcan los judios? Y, por el otro lado, ¿por qué todo judio de religión sea de donde sea puede establecerse y tener la nacionalidad israelí?
Coincido con Talleyrand en que no podemos ser equidistantes: o los paises musulmanes sunitas y chiitas arreglan por las buenas el problema palestino negociando con Israel y llevandose a los dos millones de gazatíes a sus paises (Cisjordania incluida aunque la OLP seguro que no los quiere) o no nos queda mas remedio, no solo al mundo occidental sino a los comunistas chinos amenazados por el secesionismo musulman, a los hindues amenazados por el extremismo musulman, a los ortodoxos amenazados por el expansionismo musulman, a los ateos condenados por el integrismo musulmán, que estar al lado de nuestro compañeros en la lucha por la supervivencia de la civilización, a secas, contra el oscurantismo islamista. En este caso nuestros aliados contra los que nos quieren llevar a lo peor del control social (hoy en su mismo periódico se anuncia la muerte de una adolescente atacada por no llevar velo en Irán) son los judios aunque temporalmente estén dirigidos por un "protofascista".
Articulo batiburrillo que mezcla todo.
Sinceramente no entiendo su posicion.
Israel se constituyo como estado el 48, pero es que Jordania lo fue el 46, Egipto se declaro independiente el 22, Arabia Saudi el 32, Iraq desde el 32.
Todos esos estado y muchos mas fueron obra occidental, basicamente britanica tras la caida del Imperio otomano. Algo asi como los Balcanes.
Es decir lo de israel no es ninguna anomalia sino uno mas en el bote de las fronteras. Los territorios inicales del futuro estado fueron comprados por los sionistas seguidores de Hertz a los palestinos residentes.
A partir de ahi la leyenda musulmana de enemigo en Tierra Santa, el mito de la aniquilacion de los israelies necesaria y la contrapartida de la guerra permanente para seguir vivos de los judios.
Aqui no hay buenos ni malos, hay mucha gente que sufre y un pais con la renta per capita superior a la alemana metido en uno de los agujeros mas pobres del mundo .
Una democracia real con sus variantes, ultraderechas, socialistas utopicos (sabe lo que es un kibutz?), liberales, y lo que sea. Un pais con sistema judicial independiente donde mujeres y homosexuales tienen sus derechos.
Al otro lado esta la edad media, el alahu akbar antes de matar a un niño judio y mucho odio, demasiado y ahora que la OLP esta hundida casi definitivamente en corrupcion Hamas sobrevuela aliado de Hezbola e Iran.
Y Hamas quiere ante todo sangre.
Por eso la equidistancia es simplemente un suicidio para los europeos.
Alli esta en juego la democracia y las libertades contra las teocracias y la sojuzgacion de las minorias. El come y calla de toda la vida, pero esta vez con pena de muerte por enseñar demasiado las piernas o tener un amante del mismo sexo.
Anti-judío disfrazado, usted también D. Gregorio, Usted también.
Todo para no hablar de lo importante. El Holocausto fue una barbaridad de tal magnitud que las ciertas y claras culpas de los Judíos carecen de importancia.
"Israel es el único país del Mundo que no puede perder una guerra". Si la perdiera desaparecería de los mapas, dejaría de existir, sería una guerra de aniquilación, ¿Cuántos millones de personas morirían? ¿5 millones?
Este asunto no se ha solucionado ya porque los países árabes y musulmanes no lo han querido. Éstos son los auténticos responsables. Pero claro tendrían que renunciar a su deseo de aniquilar al pueblo de Israel.
Para conocer a Jeffrey Tucker
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Nada es comparable a lo que ocurrió a nivel mundial en 2020 con los encierros masivos urbi etc orbi. Creo que todos los que os consideráis intelectuales deberíais reflexionar y hablar, escribir o meditar. Para quienes estén interesados y los periodistas de este diario deberían estarlo, os dejo la siguiente dirección(enlace) para despertaros de tan gran letargo ###https://es.brownstone.org/###
Y, por supuesto, de obligada lectura
###https://www.amazon.com/Liberty-Lockdown-Jeffrey-Tucker/dp/1630692123###
O cualquier otra librería que sepáis lo vende
Para conocer a Jeffrey Tucker
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