Pero Calviño es una ministra honrada

Cuenta la prensa que la presidente del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, antigua secretaria de Estado de Economía hasta hace año y medio con la ministra Nadia Calviño, ha contratado como coordinador de estrategia comercial y de marketing en la institución que preside a Ignacio Manrique de Lara, esposo de esta última. Pero no he venido yo a poner en duda este nombramiento, porque Calviño es una ministra honrada.

La resolución en la elección del marido se ha hecho “de acuerdo con los principios de mérito y capacidad en relación con las características del puesto a desempeñar”, según dicta la correspondiente resolución, y como el organismo que preside Ana de la Cueva ha dicho en la prensa que todo se ha hecho con absoluto respeto a la legalidad, y Ana de la Cueva es una economista del Estado honrada, como honrada es la Ministra Calviño, no seré yo quien dude del nombramiento.

Hubo dudas sobre que el señor Manrique de Lara trabajase en uno de los agentes digitalizadores adheridos a Red.es, entidad pública adscrita al Ministerio de Economía y Transformación Digital

Es verdad que en otros tiempos se censuraban estas elecciones del cónyuge de un ministro o presidente del Gobierno, pero eran tiempos en que lo habitual era que fuera la esposa la colocada y el esposo el alto cargo. Tiempos en que las mujeres eran, en muchos casos, según decían, sólo la señora de, aunque tuvieran títulos académicos suficientes e, incluso, oposiciones aprobadas, y como el señor Manrique de Lara ha ejercido toda su vida en el sector privado, no seré yo quien dude de su cooptación por Ana de la Cueva, porque la señora Calviño, vicepresidente primero del Gobierno, como el ministro Bolaños, de quien depende Patrimonio Nacional, son ministros honrados.

Dudas hubo en el pasado sobre la oportunidad de que el señor Manrique de Lara trabajase en uno de los agentes digitalizadores adheridos a Red.es, entidad pública adscrita al Ministerio de Economía y Transformación Digital. Los agentes digitalizadores adheridos son los únicos habilitados para suscribir los acuerdos de digitalización con los beneficiarios de las ayudas del programa Kit Digital dotado con 3.067 millones de euros, es decir, para prestar los servicios de digitalización que el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital paga con cargo a los fondos Next Generation, pero como Calviño es una ministra honrada, tal vez sea mejor que su esposo abandone el sector privado sostenido con fondos públicos.

No se publicara la lista de admitidos y excluidos, lo que nos hubiera permitido calibrar la dura competencia a la que se enfrentaba el señor Manrique de Lara

Así que no debe extrañarnos que el proceso selectivo se convocase sólo en la página web de Patrimonio Nacional y que otorgase sólo diez días para presentar la documentación requerida que exigía, entre otras cosas, una memoria del plan comercial y de marketing del consejo de administración, en el que se planteasen iniciativas para el incremento de los ingresos y actividades con una clasificación de las prioridades, porque el señor Manrique de Lara es un hombre muy capaz e informado y la señora Calviño, su esposa, es una ministra honrada.

Tampoco debe extrañarnos que, entre la convocatoria del proceso selectivo, el pasado 22 de septiembre, y su resolución, el 5 de diciembre, no se publicara la lista de admitidos y excluidos, lo que nos hubiera permitido calibrar la dura competencia a la que se enfrentaba el señor Manrique de Lara, tal y como se hace en ´los restantes procesos selectivos de Patrimonio Nacional. Aunque, claro está, en esos otros casos no se suscribe un contrato de alta dirección con el seleccionado, aunque sea el esposo de una ministra honrada.

Lo que sí debe extrañarnos, siendo como son personas honradas, es la relación de los otros destacados doce componentes del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional para quienes la presidente, la honrada y diligente Ana de la Cueva, ha contratado, sin que se enteren, un coordinador de estrategia comercial y de marketing que, por casualidad, ha resultado ser el esposo de una ministra honrada.