Opinión

Para amnistía, la de Tabarnia

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. VP

Anda la zurdería más contenta que unas pascuas tras haber aprobado una filfa de amnistía que lo único que hace es tapar las barbaridades cometidas por sus socios. ¿A cambio de que éstos apoyen al presidente con sus votos? Eso es el negocio de las cabras. Tabarnia, república coronada, española y tabarnesa, da un paso al frente y, a través de su Más Que Muy Honorable Presidente Albert Boadella, junto a los ilustrísimos y biodegradables ministros del gobierno Tabarnés Don Jose María Fuster Fabra, Don Tomás Roig y quien esto firma, hemos decidido amnistiar por el morro, Boadella dixit, a una porción de personas, instituciones, sujetos, mindundis, entes amorfos y fantasmagorías superfluas que ríase usted de los peces de colores. Llegando a una generosidad tal, por la gloria de mi madre, que facilitaremos a todo ciudadano Tabarnés un impreso para que se auto amnistíe de todo. Que lo mejore el ministro espagueti a la Boloñesa.

Y sin amenazar al estado de derecho, a las instituciones, a la democracia ni inquietar a demócratas. Porque en Tabarnia cuando se amnistía, se amnistía de verdad y a ninguno le interesa amnistiar por frivolidad. Uno ya comprende que el gobierno sanchista anda escaso de papel para fumar lo que precisas cuando socavas los fundamentos del estado de derecho. No es de extrañar, pues, que las miles de hojas que integran la Constitución, el Código Penal, el Civil, el de Justicia Militar e incluso los prospectos farmacéuticos hayan acabado convertidos en turulos. Hay que aprovechar el papel. Pero tal desafuero no sucede en Tabarnia, señores, porque aquí impera el orden y antes que encargarle a esos Pepe gotera y Otilio del gobierno que nos amnistíen preferimos el bricolaje a la IKEA, sueco y más moderno. Ah, sí, porque lo que ha hecho Sánchez es más viejo que la tana. Ha procedido igual que Pilatos cuando preguntaba si preferían indultar a Nuestro Señor o a Barrabás. Aunque lo suyo se parezca más a la escena de La vida de Bryan en la que el romano ceceante ve con mosqueo junto a Pijus Magníficus – el primero, Sánchez, el segundo Puigdemont – una plaza repleta de gente que se parte el pecho pidiéndole que indulte a “Dufinos, Dafaeles, Zaduzeos” y demás. Zánchez, perdón, Sánchez es tan tonto que se ha metido en la cama con un personal que dice que ahora lo próximo es el referéndum, mientras que en la agenda monclovita hay elecciones vascas, aprobación de los presupuestos y elecciones europeas.

Y si esto no es amnistiar como Dios manda, que venga la Chiqui ministra y lo vea. Pero calladita, ¿eh?

Ah, cuanto mejor irían las cosas si todos esos paletos indocumentados que creen que Schopenhauer es el central del Bayern o Emile Zola una marca de ropa francesa siguieran el ejemplo de Tabarnia. Pero que nadie desespere. Para dar testimonio vivo de que la amnistía más eficaz empieza por uno mismo, este próximo martes 12 de marzo nos reuniremos a las 14:00 en el Hotel Plaza, sito en la plaza España de Barcelona – sí, tenemos muy mala leche – y entregaremos los premios “Héroes de Tabarnia” en el marco de un ágape suculento y abundante a Don Nicolás Redondo, Don Marcos de Quinto, Don Sergio Fidalgo y la organización S’ha Acabat por ser todos valientes y ejemplo de personas libres. Presidirán la gala la presidenta de Tabernia, Doña Isabel Díaz Ayuso, y nuestro presidente Don Albert Boadella, auxiliados por el concurso del gobierno Tabarnés. Reserven, que ya queda poco sitio. Y si esto no es amnistiar como Dios manda, que venga la Chiqui ministra y lo vea. Pero calladita, ¿eh?

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