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Opinión

Page calienta en la banda

El presidente de Castilla-La Mancha ha venido a pronosticar, sin decirlo, el fin de ciclo de Pedro Sánchez y también ha entonado un "PSOE, aquí estoy yo" para el futuro

Nada o casi nada de lo que Emiliano García Page cuenta a Jorge Bustos en la muy comentada entrevista este lunes en El Mundo es nuevo. La pregunta obligada, por tanto, es esta: ¿por qué repetir el conocido argumento en prime time político, un lunes por la mañana? ¿para marcar la agenda de toda la semana con ese Pedro, en mayo nos van a laminar a los alcaldes y presidentes autonómicos por culpa de tus pactos en Madrid con Podemos, y más aún con ERC y Bildu?

El reproche no lo lanza con esas palabras, naturalmente, pero se le entiende todo porque el tono es más sombrío si cabe que otras veces; de ahí que el partido haya tocado a rebato para disuadir a otros posibles bajos de ánimo. Llama la atención la preocupación que rezuma toda la entrevista más que la letra en sí, porque, ya me dirán quien se puede sentir ofendido por la obviedad de reconocer que resulta poco “acertado” cuestionar la solvencia de Alberto Núñez Feijoo -una Dirección General del Insalud y tres mayorías absolutas contemplan al gallego-; al fin y al cabo, nobleza obliga entre dos políticos de distintos partidos, barones ambos, que comparten una concepción de la política y el poder en las antípodas de Sánchez.

Puedo equivocarme, pero esa angustia, digan lo que digan las encuestas, hoy por hoy favorables a Page en la repetición de mayoría absoluta en 2023, solo puede deberse al temor a una posible y súbita irrupción de Vox en su Parlamento Castellano-manchego a cuenta de ese problema con la caza que atemoriza al PSOE más informado, el de los alcaldes, el que no hace política urbanita solo en la Carrera de San Jerónimo con Unidas Podemos. La irrupción de los de Santiago Abascal acabaría así entregando la región al PP y a un tal Paco Núñez que ha puesto Génova en su feudo y entonces… adiós al sueño sucesorio.

El presidente castellano-manchego, 54 años, cuatro más que Sánchez, nos acaba de recordar que el PP cambió al ” treintañero” Casado por el ”veterano” Feijoo y no le va mal… y en el PSOE todo el mundo, amigos y enemigos, ha tomado nota

Eso, el temor a una hoy inesperada victoria popular en Castilla-La Mancha, sí explicaría tan madrugador -quedan ocho meses para las elecciones autonómicas y municipales- S.O.S del sucesor de José Bono y José María Barreda para que sus paisanos no le confundan con Sánchez. Porque, lo que es en el partido, todo el mundo está al corriente de que ambos se profesan una admiración perfectamente descriptible desde que la gestora de Javier Fernández en Ferraz con Susana Díaz y García Page en lugar destacado -con Felipe González en la sombra- tumbó al Ave Fénix Sánchez. No hace falta que nos lo recuerde.

De sobra sabe Emiliano García Page que mentar el traumático Comité Federal del uno de octubre de 2016 -el que echó al líder hoy redivivo- es mentar la bicha en el entorno del inquilino de La Moncloa. Quizá por eso -me cuentan- es lo que se ha leído con más atención en el palacio presidencial; y esa reflexión final, cuando confiesa al entrevistador que la edad no sería para él un problema caso de optar a la sucesión de Pedro Sánchez. ”Fíjese”, se arranca, ”lo que ha hecho el PP: ha sustituido a un treintañero por un veterano y la opinión pública lo ha recibido bien, cuando hace años parecía que había que ser joven para triunfar en política”.

- ¿Y en el PSOE?

“lo que sé es que no puede haber otro uno de octubre de 2016, las cosas no pueden llegar a ese punto”, concluye Page su aviso a navegantes; Una forma como otra cualquiera de decirle al PSOE ”aquí estoy yo” para cuando las cosas vayan mal; que tengo 54 años para 55, cinco menos que el actual presidente -¡ojo al dato!, que diría el mítico periodista deportivo José María Garcia-.

Con razón o sin ella, Page ha puesto sobre la mesa la vuelta al paraíso perdido que fueron los 80: ”tenemos que decidir si queremos volver a ser el PSOE de mayorías que fuimos con Felipe González y empezamos a dejar de ser con Zapatero”

Alguien de fuera de Castilla-La Mancha, buen conocedor del hoy líder en la región me dijo un día que ”tenemos que decidir si queremos volver a ser el PSOE de mayorías que fuimos con Felipe González y empezó a dejar de serlo con Zapatero, o quiere seguir por esta senda a la que nos ha conducido Pedro, que nos condena a trabajar por unas minorías sobrerepresentadas en el discurso y la estrategia del único instrumento que tiene la socialdemocracia en España”.

Eso, exactamente eso, la reivindicación para sí del PSOE de mayorías que representó González hace ahora cuarenta años, es lo que late detrás de la entrevista de marras que ha concedido Page; no nos engañemos con literalidades y falsos señuelos orgánicos para los muy cafeteros -que si ”no lo dijo en el órgano correspondiente, el Consejo Político Federal reunido en Zaragoza este sábado, que si no está siendo “leal”-… Pero ¿Qué esperaban en la sede de la calle Ferraz, que acudiera a las urnas como el cordero al matadero el 28 de mayo?

Lo que dice el presidente castellano-manchego, sin la misma intencionalidad sucesoria que se atisba en sus reflexiones sobre la edad de un candidato, lo dicen en privado muchos otros en Castilla-La Mancha y fuera: ”Pedro ya no suma”; algunos incluso se atreven a reconocer que ”resta” a los alcaldes y presidentes autonómicos. ¿Y cómo es posible qué el presidente del Gobierno de la gente reste? ”Por las compañías”, por no ”poner pies en pared” a los de Unidas Podemos y sus “excesos con la caza y con tantas otras cosas”, se responden a sí mismos en alusión a la ley Trans que está desangrando al partido entre las feministas.

”¿Que Emiliano también pactó con Podemos? Cierto”, matiza su entorno respondiendo a las invectivas de Ferraz, “pero desde el primer minuto no les pasó una; sabía que eran sus rivales en las urnas, les ató en corto y en las siguientes elecciones, 2019, sacó mayoría absoluta en Castilla-La Mancha… eso es lo que Pedro no ha hecho y así nos va”… Fin de la cita.

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  • A
    Annett

    No veo a Emiliano García-Page para liderar un Psoe nacional puesto que no es muy conocida su labor fuera de Castilla-La Mancha, ni da el perfil en imagen, fundamental para un político. Siento decir esto pero el elector, quien así se defina, también se mueve por impulsos estéticos. Entiendan, no quiero decir que García-Page sea una persona fea o desagradable, no va por ahí. Y la edad por sí misma no es un factor determinante.
    Al Sánchez mimético, colocado y al servicio dictado del globalismo, alegóricamente hay que reconocerle que es capaz de construir un vehículo rodante a partir de las chatarras de otros vehículos variopintos, y así donde García-Page hace crítica de los pactos actuales habría de ver qué Gobierno podría completar y legislar hoy sin ellos, sin una totalidad simple multicolor en tiempos de ausencia clara de amplias mayorías. Es o extraños compañeros de cama o directamente bloqueo, desgobierno, elecciones. Al fin y al cabo todas estas entrevistas a políticos donde hablan de sus propios partidos en alabanza y velada crítica nos hace recordar que con amigos así quién necesita enemigos.
    Y es que entre la crisis de Vox con Olona campando por sus caminos de alegría Macarena, las luchas internas de Psoe por el relevo, Cs desaparecido y Podemos en tránsito espiritual de género hacia la intrascendencia…, a PP le va de maravilla, sin despeinarse que ganará holgado, sin proyecto claro y definido que, en total y signo de los tiempos, después del voto metido nadie cumple con lo prometido.