La perversión de la vida pública a golpe de cesión gubernamental al insaciable nacionalismo catalanista encontró este miércoles un pequeño paréntesis para la nostalgia con la comparecencia del expresidente Rajoy en la comisión parlamentaria de las cloacas, con su supuesta policía patriótica y su titular del ramo en el momento, Jorge Fernández Díaz, conocido en tiempos por hacerse acompañar de su perrito faldero en sede ministerial mientras urdía una red parapolicial tan fundamentada en hechos sólidos como el crédito que merece el testimonio del excomisario Villarejo, personaje de culto, qué cosas, tanto para Belarra como para Rufián.
Siquiera por un rato, Rajoy rompió el bucle de la subversión constitucional, de la redefinición del modelo territorial y aun del imparable desmantelamiento del andamiaje del Estado para que algunos de los que lo interpelaron en el Congreso puedan seguir mamando de la teta.
La xenofobia normativa que el PSOE parece decidido a abrazar se explica por algo más que los siete votos de Junts: parte de un ideario concreto, el de Sánchez, resuelto a detonar para siempre un legado democrático en el que no se reconoce para completar así el zarandeo a la convivencia que activó Zapatero, con quien empezó todo.
Mientras Rajoy se sometía a esa recua de manteros con escaño en que invariablemente, más que nada por su abuso, ha devenido cualquier comisión en las Cortes, Bambi se dedicaba a simular pedagogía para hacernos tragar un infumable acuerdo cuyo rechazo solo se explica, en su orden perfecto de Marie Kondo, porque nosotros, despreciables ignorantes, nos dejamos llevar por "prejuicios y eslóganes interesados", carentes de su extraordinaria clarividencia, la misma que le hacía negar la crisis en 2008 o dejar a su sucesor una herencia en el cajón de dos puntos de déficit oculto, como confirmó Eurostat en 2014.
Un tal Pagés, de Junts, urgido de justificar su canonjía matritense, formuló a Rajoy una batería de preguntas que parecían extraídas de una novela de Le Carré con la candorosa confianza en que el expresidente las respondería: "Me cuesta hablar de lo que no sé".
Fue lo máximo que concedió alguien cuyo rostro, por encima de sus proverbiales muecas, revela una dosis adicional de perplejidad: la que le debe de provocar el actual momento político.
Un tal Pagés, de Junts, urgido de justificar su canonjía matritense, formuló a Rajoy una batería de preguntas que parecían extraídas de una novela de Le Carré con la candorosa confianza en que el expresidente las respondería: "Me cuesta hablar de lo que no sé".
A Rufián, otro jarrón chino, se le advirtió carente de resuello, y de hecho acabó confesando la pereza que le dan estas comisiones de investigación en las que no obstante se refugia, porque vive de ellas, como un actor de serie b cuya estrella sabe declinada.
Pero le dio para atribuir a un presidente por mayoría absoluta la responsabilidad de haber metido en la cárcel a los cabecillas del ‘procés’ que, al contrario que Puigdemont, no salieron por piernas.
Belarra, siempre falta de sentido del humor, le reprochó las casi siete mil búsquedas policiales sobre miembros de Podemos registradas durante las dos últimas legislaturas con el PP en el poder. Por tan importantes se tienen.
Rajoy, en su línea, destiló retranca retrotrayéndonos a tiempos más fiables, cuando resultaba inverosímil que un depositario de la soberanía nacional proclamara seriamente la capacidad de un presidente del Gobierno de encarcelar gente o de ordenar la monitorización de los movimientos de millares de perroflautas.
Cómo no echar de menos la certidumbre propia de una democracia.
polplancon
06/03/2025 10:35
Rufián (aka "Muñequito de Netol") perdió una ocasión de oro para callarse y no demostrar su desierto intelectual y oratorio, pero claro, para ese tipo de reflejo hace falta un mínimo de inteligencia de la que el charnego reconvertido carece. Por su parte, Ione la graciosa, ese ejemplo andante de humor y salero, volvió a dar patentes muestras de que a su lado, la señorita Rottenmeier era Miss Simpatía. Enfrentado a tales reses de desecho, incluido el sociata errante, Rajoy tuvo oportunidad más que sobrada para lucirse. Se las pusieron como a Fernando VII.
mart_n
06/03/2025 11:00
Rajoy no es Castelar, pero comparado con los que ayer trataron de someterle a un tercer grado, aparece como un gigante de la política
anf
06/03/2025 11:01
Cómo estará el nivel que hasta se echan de menos a Rajoy, Camps y tantos otros
giledu
06/03/2025 11:02
El ínclito Rajoy, que debió haber sido un "superministro" y no Presidente, le da mil vueltas en oratoria, recursos lingüísticos e inteligencia a los pazguatos perteneciente a esa zarrapastrosa e inútil comisión (como todas).
elmon21
06/03/2025 11:05
estos socios de Sánchez saben hacer mejor oposición a políticos retirados que a los que están activos. Qué estafa
Xiomara
06/03/2025 11:06
Bien señor Rajoy . Usted, ni caso a esos - no sé que llamarles - ¿De dónde salen , que educación recibieron ?
tru77
06/03/2025 13:32
Los golpìstas y sus secuaces acosando a un expresidente del Gobierno que se dedicó a aplicar la ley. Estas comisiones parlamentarias no deberían permitirse
emilio88
06/03/2025 13:36
Siempre he pensado que Rufián es un acomplejado
ivanchuck
06/03/2025 13:42
Rajoy defendió la aplicación del 155 pero sobre todo reivindicó que evitó el rescate,. Si eso hubiera pasado, los jóvenes de este país estarían más condenados todavía, mucho peor de lo que los está dejando Sánchez
ivanchuck
06/03/2025 14:10
Ucranica,, los alquileres disparados, la Constitución pisoteada por el PSOE... y estos con policías patrióticas
tuti23
06/03/2025 19:23
El Congreso se ha convertido en una perfomance semanal. Qué pena de soberanía nacional