Opinión

Mujerismo

La Selección española de fútbo femenino en Madrid, campeonas del mundo
La Selección española de fútbo femenino en Madrid, campeonas del mundo EFE

Una cosa es el feminismo, un movimiento cuyo propósito es conquistar derechos y parcelas de igualdad para la mujer, otra el mujerismo entronizado en España. Y. Esto. Que no se dice nunca: en los justos logros alcanzados por el feminismo, el papel del hombre blanco ha sido crucial, pues hablamos de países del primer mundo, de los países más civilizados. En las únicas sociedades donde ha nacido, crecido y fructificado el feminismo es en los países donde impera la civilización occidental, es decir, la civilización del tan denostado hoy, hombre blanco.

El mujerismo no es feminismo. Es pensar y tratar de imponer al resto de la sociedad la idea de que ser mujer te hace parte natural de una secta sentimental, cuya característica primera es considerarte víctima del hombre heterosexual blanco. Leía hace poco, un comunicado de las jugadoras del equipo femenino que ganó el campeonato mundial de fútbol. Lo hicieron, en buena medida, gracias al entrenador y su equipo técnico, que hizo una labor excelente. Pero. El mujerismo y sus histéricos aliados mediáticos han borrado (a lo Stalin y Castro) al entrenador caído en desgracia y a su equipo técnico de la memoria del triunfo. Eso es mujerismo.

La caricaturesca campaña mediático-gubernamental-mujeril contra el grotesco Rubiales, no es un castigo a Rubiales por sus presuntos bandolerismos, y tiene poco que ver con el beso a la futbolista Hermoso; es, en verdad, un mensaje (como esos peces envueltos en periódicos que enviaba la mafia) dirigido al hombre blanco heterosexual español.

Hasta que no se expongan y prueben los supuestos “crímenes machistas” del señor Jorge Vilda, se puede pensar (yo lo hago), que se le echó por ser hombre, heterosexual y blanco

En el comunicado, las jugadoras acusan, cito: “a personas que desde un cargo en la RFEF han tenido, incitado, escondido y aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres”. Y piden que estas personas, que según ellas “van contra la dignidad de las mujeres”, estén “lejos del sistema que debería protegernos”.

Lo de los aplausos es curioso, porque al entrenador Jorge Vilda lo echaron por aplaudir al grotesco Rubiales, mientras a su lado Montse Tomé, promovida a entrenadora principal, también aplaudía al grotesco Rubiales. ¿Cuál es la diferencia entre los aplausos de Vilda y la señora Montse Tomé? El sexo. A Vilda lo ha despedido el mujerismo por no ser mujer. Hasta que no se expongan y prueben los supuestos “crímenes machistas” del señor Jorge Vilda, se puede pensar (yo lo hago), que se le echó por ser hombre, heterosexual y blanco (sospecho que si hubiera sido un hombre negro o un magrebí musulmán, se lo habrían pensado).

Por otro lado, lo del “sistema que debería protegernos”. ¿Por qué debería protegerlas? Ya se lo digo yo: porque son mujeres y el malvado hombre blanco heterosexual acecha, malévolo. Y no sólo quieren protección, además aspiran a mandar a la cárcel cuatro años a un hombre por su zafiedad. Me parece excesivo. Si creen que el grotesco Rubiales debe ir a la cárcel, deben acusarlo de un crimen real. El beso a la jugadora Hermoso es una grosería, una falta de respeto tal vez, una babosería de mal gusto, pero no es una agresión sexual. Es sólo un acto rústico cuya respuesta equitativa hubiera sido una bofetada o un empujón, en merecida defensa del derecho de Hermoso a controlar el acceso a su cuerpo. O echarse a reír, que fue lo que hicieron Hermoso y sus compañeras en un primer momento. Pero. Hizo acto de presencia el mujerismo. Y miren la que se ha armado.

Las mujeres frágiles y siempre amenazadas y víctimas que reclama el mujerismo, son lo contrario de la mujer libre, fuerte, moderna, consciente de su valor y de su poder, de la que habla Camille Paglia:

“En el duro juego del circo, las mujeres deben abrirse su propio camino. Si alguien te ofende de palabra, debes aprender a defenderte de palabra. La respuesta no puede ser suplicar ayuda externa para restringir el movimiento libre de tu adversario”.

Mi posición libertaria es la de que, siempre que no haya violencia física, la conducta sexual no puede y no debe ser legislada desde arriba, que toda intrusión de las figuras de autoridad en el sexo es totalitaria”.

Es hora de admitir que el fenómeno lesbiano sólo ha producido la marginación y la miniaturización de las mujeres. No ha surgido ninguna gran obra de arte o intelectual a partir de él. Por el contrario, ha asfixiado con propaganda a las jóvenes y ha obstruido el talento, limitando su visión y constriñendo sus emociones. A partir del momento en que entran en el mundo lesbiano, las mujeres dejan de crecer”.

Sugiero que nombren chambelán o palafrenero de ese Imperio Vúlvico al escritor Pérez Reverte. Otorgaría cierto realce al organigrama imperial

No pretendo recomendar la lectura de Paglia a nuestras mujeristas insignes, sé que no leen. Pero me parece saludable poner a circular sus ideas en tiempos donde el mujerismo mediático-gubernamental está alcanzando niveles francamente inquisitoriales. Si seguimos por ese camino, terminaremos viviendo en un régimen de terror mujerista que rebajará, aún más, la calidad de la democracia española y las libertades que tenemos la dicha de disfrutar.

A veces tengo la impresión, de que el mujerismo persigue instaurar un Imperio Vúlvico, en el que todas las mujeres son víctimas y todos los hombres culpables. Unos hijos de puta, al decir del escritor Pérez Reverte. Sugiero que nombren chambelán o palafrenero de ese Imperio Vúlvico al escritor Pérez Reverte. Otorgaría cierto realce al organigrama imperial.