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Análisis de medios

La muerte de Balbín y en lo que se ha convertido RTVE

Puede parecer lo contrario, pero las cosas no han cambiado tanto en Radiotelevisión Española desde que se fue José Luis Balbín

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Sede de RTVE en Torrespaña EFE

Puede parecer lo contrario, pero las cosas no han cambiado tanto en Radiotelevisión Española desde que se fue José Luis Balbín. Uno puede acostarse con la certeza de que el manto oscuro que oscureció el cielo al atardecer desaparecerá por la mañana, del mismo modo que siempre es previsible que las dinámicas que rigen en la corporación desde la Transición se van a mantener pese lo que pase.

Son las mismas que provocaron que el programa La Clave fuera suspendido en 1985. Dirigía entonces la televisión pública José María Calviño, el que censuró la canción Cuervo ingenuo, del gran Javier Krahe, porque su título era una referencia a Felipe González. El que se cargó a algún que otro periodista incómodo con el PSOE. Y el que provocó que el debate más popular de la historia de la cadena desapareciera de su parrilla. Balbín acusó entonces a TVE de atentar contra la libertad de expresión. Le escucharon, pero no le tuvieron en cuenta. Los socialistas querían utilizar su mayoría parlamentaria para eliminar cualquier atisbo de crítica de la televisión pública. Todo, en un momento en el que los españoles sólo tenían acceso a La 1 y a La 2.

El pasado miércoles 22 de junio fallecía el histórico periodista, que ha sido enterrado en Pavia (Asturias). Ese día, el Consejo de Administración de RTVE se celebró en Bilbao. Podía haberse hecho en Madrid de un modo más barato y efectivo, pero los vocales fueron llevados hasta la ciudad vasca en expedición. El presidente de la corporación es muy aficionado a esos gestos. Y a la burocracia. La televisión va mal. Muy mal. No ha mejorado en casi nada desde su llegada. Pero los gestos nunca faltan allá por donde va. Aunque luego no se materialicen en nada.

Hace unos meses, Balbín y su mujer le enviaron un burofax para que Pérez Tornero y su equipo desistieran de su idea de denominar el programa de debate de Javier Ruiz como La Clave. El coordinador del nuevo debate era consciente del disgusto del veterano periodista al respecto, pero nadie le hizo caso. El espacio finalmente se bautizó como Las claves del siglo XXI. El jueves, RTVE enviaba un comunicado a los periodistas en el que se informaba de la intención de la corporación de rendir homenaje al fallecido. Unos meses atrás, actuaron con una soberbia incomprensible. Ahora, con una proverbial hipocresía.

'Las díscolas'

Cuesta entender este tipo de decisiones. En realidad, es difícil comprender el proyecto de Pérez Tornero. Sus propios consejeros están desconcertados, hasta el punto que con el paso de los meses ha ido perdiendo apoyos en este órgano. Esto ha complicado la aprobación de algunos proyectos de importancia para la corporación.

Los primeros que se pusieron en contra de Pérez Tornero fueron los dos vocales designados para su puesto por Podemos -José Manuel Martín Medem y Roberto Lakidaín-. Después, se rebelaron Concepción Cascajosa y Elena Sánchez, que fueron propuestas por el PSOE y a quienes apodan 'Las díscolas' dentro del órgano de administración.

En las últimas reuniones, los consejeros del Partido Popular -uno o varios- se han negado a apoyar algunos de sus proyectos. En Bilbao, como adelantó Vertele, no salieron adelante los programas La noche D y La Pirámide (Globomedia, Roures). Entre quienes votaron en contra, lamentan la costumbre de la Dirección de la empresa de trasladarles la información de estos productos audiovisuales muy pocas fechas antes de la reunión, lo que les impide estudiarla como es debido.

Mención especial merece el rechazo que provocó el proyecto de Pérez Tornero para reformar la Mesa del Cine. Entre los consejeros, corrió el rumor de que este órgano -encargado de aprobar la inversión en cine español de la corporación- iba a estar liderado por el presidente de RTVE; y no era cierto. En realidad, la persona que se iba a encargar de esa función es Ramón Colom, que, por otra parte, es uno de los pocos apoyos que conserva Pérez Tornero en el Consejo. La idea no salió adelante y eso enturbió todavía más el ambiente de la cúpula del ente público. Que cada vez es peor. Y que podría derivar en un desgobierno.

Choque en la cúpula

Uno de los vocales del Partido Popular puso sobre la mesa del Consejo uno de los rumores que han corrido durante las últimas semanas por Torrespaña, y es el que sitúa a Silvia Intxaurrondo -ahora en las mañanas- como presentadora de los telediarios de cara a la próxima temporada. La idea se la atribuyen al nuevo director de Contenidos Generales de RTVE, José Pablo López, que ya trabajó con Intxaurrondo en Telemadrid.

Los tres vocales populares se opusieron al nombramiento de López hace unas semanas. De hecho, no ocultan su convicción de que Moncloa presionó a Pérez Tornero para colocar al exdirector general de Telemadrid -cesado por el Gobierno de Díaz Ayuso- en esa posición.

La predecesora de López -Amalia Martínez de Velasco- fue cesada de su cargo ante el descontento de Pérez Tornero con su rendimiento. Ella dejó claro a los consejeros que no le dejaron desplegar su proyecto de parrilla de programación durante los meses que pasó en su puesto, lo que hizo cundir la sensación de que el estilo de gestión del presidente es demasiado personalista.

En el alto mando de RTVE -explican informantes del mismo- hay quien vaticina una situación similar con los nuevos directores de contenidos y de informativos. Todo, en un momento en el que Pérez Tornero tiene a una buena parte del Consejo en situación de beligerancia. Esto puede hacer ingobernable la corporación, con trincheras en el Comité de Dirección y el amplio grupo de consejeros 'descontentos' votando en contra de unos y otros en las reuniones.

Pedro Sánchez y RTVE

¿Y qué responsabilidad tiene el Ejecutivo en lo que ocurre en la corporación? En primer lugar, Félix Bolaños fue, junto con Teodoro García-Egea (ex número 2 del PP) el que diseñó un intolerable pacto político para nombrar a los diez consejeros de RTVE, en 2021. Lo hizo sin tener en cuenta el resultado del concurso público que se había convocado para despolitizar este órgano.

Cada partido designó a los vocales que más le convencían y eso ha provocado que las sensibilidades partidistas estén especialmente representadas en este Consejo, lo que le hace especialmente ingobernable cuando sube la tensión política. No es tan distinto lo que ocurre ahora a lo que sucedía en la etapa de Calviño. No es diferente en absoluto.

Los partidos españoles siempre han sembrado de cartuchos de dinamita las empresas públicas y se han guardado en un cajón el detonador. Así pueden generar voladuras a su conveniencia.

Digo esto porque la próxima reunión que mantendrá el órgano de gobierno de RTVE será telemática y servirá para abordar el daño que le ha hecho la nueva Ley General Audiovisual a la televisión pública. De momento, nadie ha explicado al Consejo la forma en la que el Gobierno aportará los 100 millones de euros anuales que la corporación dejará de ingresar cada año en virtud del contenido de esta normativa, que librará a las 'telecos' de financiarla.

Esta incertidumbre debería disiparse a partir de una modificación de la ley -Mandato Marco y Financiación-, pero ese tema está en el alero, lo que resulta inquietante. ¿Por qué? Porque Moncloa podría asfixiar al presidente de RTVE bajo la excusa del elevado déficit de la corporación. Que lo tendrá si nadie corrige esa desviación de 100 millones de euros anuales.

No sería la primera vez que un gobierno utiliza una técnica similar. A Leopoldo González-Echenique le obligaron a dimitir tras negarle un rescate de más de 100 millones de euros, en 2014. En el PP, estaban preocupados por el crecimiento de Podemos y querían llevar hacia la derecha la línea de los servicios informativos.

A Fernando Garea lo 'fulminó' Iván Redondo como presidente de la Agencia EFE con premeditación y alevosía. Fue un sábado por la tarde, en un Restaurante Rodilla del Paseo de la Castellana. El motivo fue claro: esta empresa pública de información no había demostrado la suficiente sensibilidad con el PSOE.

Curvas para el Gobierno

Ahora que vienen curvas para Sánchez, quién sabe si Pérez Tornero ha dejado de ser útil para el Gobierno. Rumores de que en Moncloa están con la mosca detrás de la oreja, existen. Sobre todo, desde que el pasado diciembre se reveló el escándalo del nombramiento de directivos que habían tenido relación profesional previa con el presidente de RTVE. Ganaron un concurso de méritos que fue puesto en cuestión, aunque Pérez Tornero defendió su idoneidad. Pese a todo, su figura quedó debilitada después de que trascendiera este asunto.

Nunca hay que bajar la guardia cuando uno preside una empresa pública a propuesta del partido que gobierna, pese a que haya superado los consiguientes trámites parlamentarios. El poder nunca ha querido que la televisión pública española sea independiente. Esta actitud la ha tratado de disfrazar de mil y una maneras, desde con la modificación de los textos legales hasta con la convocatoria de un concurso público para elegir a su presidente. Pero, a la hora de la verdad, si no recibe el trato que espera, saca la guadaña.

En un momento en el que Pedro Sánchez se ve cada vez más arrinconado, y en el que parece que se aproxima su muerte política, cualquier cosa puede pasar en el sector público. incluido en RTVE. Esta dinámica ha sido siempre igual. Ahora y en la época en la que Calviño se cargó La Clave, de Balbín. Cuando el Gobierno atisba un peligro en el horizonte, actúa de forma expeditiva contra quien sea. Sin miramientos.

Por cierto, el programa de Javier Ruiz, salvo sorpresa, volverá en septiembre. Reitero: las dinámicas son las mismas.

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  • L
    Lola

    Este Gobierno se va pareciendo día a día al de Venezuela.