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Opinión

Mónica López, Cayetana y la RTVE más sectaria

Cayetana Álvarez de Toledo y Mónica López

Conceder una gran oportunidad a quien menos se la espera es una forma de ganar un aliado y, quién sabe, un guerrero, por si fuera menester. Mónica López ejercía hasta hace unos meses de presentadora de la información meteorológica después del telediario de las 21.00 horas de TVE. Lo hacia en una posición secundaria, con mucha más audiencia que influencia. Todo cambió en septiembre, cuando comenzó su andadura al frente del magacín matinal de La 1. Es decir, del programa informativo más importante de la primera parte del día en la televisión pública.

La decisión de ascender a López fue avalada por Enric Hernández, que ostenta desde hace algo más de un año el puesto de máximo responsable de Información y Actualidad en RTVE. Su cargo no existía hasta que le nombraron, lo que deja poca duda sobre el objetivo que perseguía quien le contrató, cosa que sucedió antes de la última campaña electoral. Su designación, por cierto, fue rechazada por la mayoría de los trabajadores de la corporación. Pese a todo, aceptó encantado el nombramiento. El contexto siempre es importante.

Durante los últimos días, Mónica López ha balbuceado a la hora de hacer la misma pregunta a dos invitados diferentes, como son Iván Espinosa de los Monteros y Cayetana Álvarez de Toledo. En ambos casos, pidió a los entrevistados su opinión sobre el desgaste que puede suponer en la monarquía el hecho de que –a su juicio- sólo la defiendan con firmeza el Partido Popular y Vox. Algo que pudiera dar la impresión de que es una “monarquía de parte”.

Como es lógico, la entrevistada se encrespó ante esa cuestión capciosa y afirmó: "Permítame que se lo diga, pero la pregunta es absolutamente perversa"; algo que López negó tajantemente con el siguiente argumento: "Está basada en un razonamiento un politólogo... de los politólogos, que cuentan que el hecho de que partidos de derecha se abanderen como defensores de la Casa Real hacen que la monarquía pase a ser una monarquía de parte y no de consenso".

RTVE de parte

Quizá Mónica López y Enric Hernández deberían dedicar menos tiempo a reflexionar sobre los efectos que tiene la politización de otras instituciones para tratar de solucionar un fenómeno mucho más cercano, que es el de la parcialidad de la televisión pública. El de la RTVE “de parte”, que no “del parte”.

Quizá Mónica López y Enric Hernández deberían dedicar menos tiempo a reflexionar sobre los efectos que tiene la politización de otras instituciones para tratar de solucionar un fenómeno mucho más cercano, que es el de la parcialidad de la televisión pública. El de la RTVE “de parte”.

Porque la pregunta que la entrevistadora les trasladó a Álvarez de Toledo y a Espinosa de los Monteros se corresponde con el argumentario del ala más radical del Gobierno, que después de su hundimiento en las pasadas elecciones gallegas y vascas dejó de referirse con tanta insistencia a las cloacas del Estado para iniciar una dura campaña contra la monarquía. Básicamente, porque las historias de los Villajeros y compañía le importan tres pimientos a la mayoría de los ciudadanos, mientras que la Corona es capaz de generar debates más acalorados.

Los socialistas hacen la vista gorda ante las gamberradas de sus socios porque prefieren el desgaste institucional al de un partido que, por si las moscas, prefieren que no se hunda. A esto han quedado reducidos los valores democráticos de la sociedad española: a los barómetros de intención de voto y a la permanencia en el poder.

Sobra decir que, en otra época, con la derecha en el Gobierno, Torrespaña hubiera ardido ante la parcialidad de Mónica López, pero claro, el Consejo de Informativos guardó silencio en este caso porque hay una norma no escrita en ese centro de trabajo, y es que la izquierda debe ostentar la superioridad moral e intelectual.

Cada vez más sectaria

Cualquier periodista tiene el derecho a preguntar lo que le venga en gana, pero cuando la misma pregunta se repite con dos políticos situados en el ala más dura de la derecha, es evidente que quien la formula persigue un objetivo, que es el de presentar la monarquía como una opción que sólo se defiende desde esa posición política. Algo que, efectivamente, es perverso y que deja claro que la RTVE de los Enric Hernández -que ha fracasado en todos sus proyectos- y de los Cintoras se ha convertido en un instrumento de propaganda más en favor del Gobierno. ¿Acaso los socialdemócratas moderados, que conforman una parte importante del electorado del PSOE, han dejado de ser monárquicos de la noche a la mañana?

Sobre el tono de la pregunta y la argumentación posterior con la que López trató de justificarla este lunes, poco más que decir. Pero quizá hay personas que nunca debieron asumir tareas de tanta responsabilidad en TVE. Y, si lo hicieron, fue por algo. Fue, en realidad, por estar dispuestas a prestarse a esto. Ojalá algún día las televisiones públicas dejen de servir a los caudillos políticos de turno, pues este tipo de acciones suponen la patrimonialización de las empresas públicas por parte de los partidos. También implican tomar por imbéciles a los ciudadanos. Aunque sobre este punto habría que reflexionar, pues, para haber llegado hasta este punto, quizá algo de eso hay.

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