Opinión

Las mayores chorradas en el mundo de las criptomonedas

Todo vecino sabe hoy de criptomonedas más que nadie, lo que nos deja algunas situaciones verdaderamente curiosas y dignas de estudio

Nayib Bukele, presidente de El Salvador

Qué difícil resulta hablar abiertamente de las criptomonedas. Digas lo que digas, te vas a encontrar estos dos tipos de discurso:

  • ¡Las criptomonedas son el mal, son solamente una especulación que nos perjudica a nivel macroeconómico y acabarán con el planeta!
  • ¡Pero qué dices! ¡Las criptomonedas son el futuro y van a cambiar el mundo!

Como en todo, nos encontramos extremos radicales que no se tocan ni por equivocación, porque todo vecino sabe hoy de criptomonedas y sabe más que nadie, lo que nos deja algunas situaciones verdaderamente curiosas y dignas de estudio. Por eso he elaborado un ranking de las tres chorradas más grandes que puedes encontrar en relación con el mundo de las criptomonedas:

1.- La mirada láser en las fotos de perfil en redes sociales

Andaba yo un día cotilleando por la tenebrosa comunidad de criptomonedas de Twitter, cuando me percaté de un extraño patrón en los ojos de las cuentas de perfil: ojos con mirada láser. Si echas un vistazo, encontrarás todo tipo de personas siguiendo este patrón: desde fontaneros y teleoperadoras hasta reputados inversores y economistas.

¿Por qué? Esto viene por un video juego llamado “Mass Effect”, que puso de moda un meme con los ojos de láser, que viene a decir que tienes el control total. ¿Y qué tiene que ver esto con el mundo de las criptomonedas? Pues nada en realidad, pero en 2021 el podcaster criptográfico Greg Zaj tuiteó “#LaserRayUntil100K”, en referencia a Bitcoin. Y se hizo viral la tontería.

Es decir, que van a tener esta chorrada en su foto de perfil hasta que el Bitcoin llegue a valer 100.000 dólares. Aunque en estos momentos, con la bajada monumental que ha tenido bitcoin, de casi 70.000 dólares a menos de 20.000, los rayos láser les deben estar bizqueando un poco. Pero de quitarse la foto ni hablar, no vaya a ser que te consideren un traidor a la causa.

Esto te lo digo a ti, José Alberto, por Dios. A ver si pensamos un poquito, que pones en tu perfil que eres físico cuántico y te dedicas a la investigación del comportamiento de las moléculas subatómicas en la Universidad de Wisconsin, pero te comportas como un chaval que fuma porros a escondidas en el recreo del instituto. E igual tus hijos te van a ver haciendo el memo en Twitter y les obligas a mentir diciendo que no eres su padre.

2.- HODL

“Holdear” es una palabra inglesa que en español significa aguantar. En el lenguaje de las criptomonedas “holdear” se refiere a mantener los valores adquiridos en lugar de estar comprando y vendiendo, seguir una estrategia de inversión a largo plazo. Pero entonces, ¿por qué en redes sociales escriben “Hodl”? Probablemente la mayoría que lo escribe así no tiene ni idea de por qué lo hace. La historia se remonta a un foro de bitcoin en el año 2013. Un usuario escribe en el título “I am hodling” y a continuación narra una historia en la que reconoce que, aunque el bitcoin se estaba yendo a pique, él aguantaba porque no se consideraba buen trader, (así se llaman los que hacen inversiones en criptomonedas), como para adivinar cuándo es momento de vender y cuándo de comprar, así que simplemente se resignaba a esperar que la criptomoneda recuperara su valor y aumentara a largo plazo. Bueno, también es verdad que se desahogaba un poco contando que estaba tronchado por el whisky y que su novia estaba fuera en un bar de lesbianas… Vamos, que no estaba en su mejor momento el hombre. Este mensaje se hizo viral por entonces dentro del mundo de bitcoin, el rey de las criptomonedas, y muchos usuarios se vieron identificados con este usuario, por lo que empezaron a usar su error “HODL” en lugar de “Holdear”. Lo gracioso es esa gente que se las da de fenómeno, pero que desconoce que al escribirlo así está reconociendo que Holdea porque no tiene ni puñetera idea de comprar y vender y, antes de arriesgarse a hacer operaciones, acabar perdiéndolo todo y reventando la casa por los aires como en cualquier película de Tarantino que se precie, se resigna a encomendarse a la virgencita de las criptomonedas para que su inversión no se vaya al carajo definitivamente.

José Alberto, de verdad te lo digo, hombre, si no sabes torear para qué te metes. “Ni HODL ni HADL, que diría tu madre.

3.- Bitcoin moneda legal de El Salvador

El presidente del El Salvador, Nayib Bukele, tuvo la maravillosa idea de imponer el bitcoin como moneda de curso legal en su país, en septiembre de 2021. No satisfecho con eso, invirtió parte de las finanzas públicas en la criptomoneda. ¿Cuánto? Pues no hay mucha transparencia al respecto, pero teniendo en cuenta que el bitcoin ha perdido en torno a un 65% de su valor desde que Bukele efectuó las primeras inversiones, se estima que las pérdidas rondan los 70 millones de dólares. Así en cifras puede o no parecer mucho, pero para el país más pequeño de Centroamérica supone, por ejemplo, el presupuesto total para el ministerio de Agricultura. A todo esto, Bukele afirmó que no hay pérdidas, porque el país no ha vendido sus bitcoins. Solo le falta tuitear: “El Salvador HODL”.

El 9 de junio de 2021 el presidente de El Salvador cambió su foto de perfil en Twitter para poner, como no podía ser de otra manera, sus ojos rayo láser. Actualmente ya no luce esa mirada azul fosforita que penetra como un iceberg en el Titanic.

Ya ves, Juan Alberto, aunque le llames traidor, el presidente Nayib Bukele parece que ya se ha cansado de hacer el tonto en redes sociales. Solo ha necesitado hundir más aún en la miseria a un país entero que, según el Banco Mundial, ya contaba con una tasa de pobreza del 26%. ¿A ti te queda mucho rato?

De hacer el tonto, me refiero. Que yo a la gente con cabeza que sabe invertir, cómo, cuánto y dónde, la respeto mucho. Pero a ti, Juan Alberto, con tus ojos rayos láser en Twitter e Instagram y tus 80 pavos invertidos en bitcoin, escribiendo “HODL” cada vez que la moneda se pega un batacazo, lo del respeto me cuesta, para qué te voy a engañar, si a ti no hay quién te engañe. Lo sé, lo sé, solo te falta afianzar tus conocimientos gastándote la módica suma de 1.000 euros en el curso de ese Youtuber veinteañero que te asegura que se ha hecho rico con su fórmula secreta para hacer trading, pero que se dedica a hacer cursos con su brillante fórmula, porque quiere que todos seamos tan ricos como él.

Juan Alberto, a tu mujer no se lo cuentes porque vas a ver a los niños los fines de semana y en Navidad. Retira los 80 euros y llévala a cenar.