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Opinión

Una 'marcianada' en el Congreso

fijos discontinuos
Yolanda Díaz en el Congreso

Ni todos los independentistas hablan correctamente el catalán, o apenas lo hablan en su entorno laboral –incluso en profesiones públicas como médicos, policía, profesores- ni todos los que hablan catalán son independentistas. Ser independentista no es hablar en catalán, no roben la lengua a quienes nacieron en Cataluña, no pueden hacerlo ni los independentistas ni los que niegan la riqueza de lenguas de este país que recoge la Constitución desde 1978 en su artículo 3: “El castellano es la lengua española oficial del Estado (…) las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos".

De la España de Franco, en la que el catalán era perseguido, a la Constitución del 78, y luego, a la necesidad de Aznar de gobernar con Pujol, cuando CiU consiguió 16 diputados. Era 1996, cuando quienes festejaban en la calle Génova la victoria en las generales coreaban aquello de “Pujol, enano, habla castellano” –por cierto lo hablaba bien-, a la etapa actual en la que Sumar pone encima de la mesa una reivindicación de los nacionalistas vascos y catalanes para que se modifique el reglamento en el Congreso al objeto de que se puedan utilizar en la Cámara las diferentes lenguas cooficiales.

Muchos piensan que, aunque se deba gastar el dinero en lo que algunos socialistas califican de “marcianada”, esta iniciativa sirva para normalizar un país plural

Dicen que se nos iría casi un millón de euros en los medios para una traducción simultánea pertinente. Hay tanto gasto superfluo en las administraciones que quizás el principal problema no sea ese. Se diría que solo los independentistas vascos y catalanes estén interesados en esta propuesta, que se antoja un guiño a Puigdemont, cuyos votos son imprescindibles para la continuidad de Sánchez en Moncloa. Cataluña es algo más que Puigdemont, escucho a muchos independentistas que bien harían en pasar unos meses para alcanzar al nivel óptimo del idioma que defienden a muerte.

Una lengua no debe generar hostilidad entre territorios, entre personas, es un vehículo de convivencia, una línea de entendimiento, un puente de comunicación. Muchos piensan que, aunque se deba gastar el dinero en lo que algunos socialistas califican de “marcianada”, esta iniciativa sirva para normalizar un país plural. De la misma manera que debe ser normal en el Parlamento vasco, gallego o catalán que haya representantes que dirijan sus exposiciones en castellano. Entre otras cosas porque, por ejemplo, en la Cámara vasca no abundan los parlamentarios que conozcan el euskera.

Hay políticos empeñados en agitar la polémica del catalán o el vasco en lugar de la excelencia de la convivencia basada en el respeto

Parece haber interés en poner el foco en asuntos como la lengua, que no ha de ser problema, y se dejan de lado cuestiones urgentes que tiene planteados este país. Desde el respeto, no veo a Puigdemont pidiendo traducción simultánea para hablar con Sánchez o con Feijóo en sus conversaciones políticas privadas, caso de que las tengan. Sin duda entre ellos se expresarían en castellano, porque es el idioma común que todos ellos entienden y porque el respeto ha de ser es la base para una buena convivencia.

Hablar catalán, gallego o vasco no es el problema, el problema social y escolar es no reconocer esta pluralidad. La escuela, como base del aprendizaje, no puede ser ni monolingüe, ni bilingüe si queremos competir en el mundo, debe ser plurilingüe como gran parte de las privadas. Debe ser un espacio de aprendizaje, de conocimiento, amen de un ámbito seguro que no siempre lo es -ahí están los acosos permanentes- pero hay políticos empeñados en agitar la polémica del catalán o el vasco en lugar de la excelencia de la convivencia basada en el respeto.

Libertad en las aulas

La lengua es herramienta de comunicación, no instrumento de hostilidad, Que los catalanes, vascos o gallegos sean respetados fuera de sus comunidades también depende de esos políticos empeñados en agitar las lenguas, en organizar grescas políticas con este argumento, en apropiarse algo que es de todos. No creo que el catalán sea un problema en los pasillos del Congreso. Rufián, que no es un consumado catalanoparlamente, cambia de idioma cuando se cruza con Sánchez que no lo habla o con Meritxell Batet que sí. Una lengua debe ser atractiva como medio para entenderse con el otro, una riqueza a potenciar institucional y socialmente. Sin sectarismos, ni en la política ni en la escuela, donde defender el castellano no debe ser incompatible con promover el gallego, el catalán o el vasco. La clave es respetar el derecho de los padres en la educación de sus hijos, algo que no siempre ocurre, como bien es sabido. Lo dijo Aznar en el 93: "La enseñanza del catalán es algo establecido en las normas, en las leyes que se tiene que respetar". En fin, que en este camino político incierto que nos ha dejado el 23J haya luz para huir de batallas que nada aportan y que, quienes deben hacerlo, se centren en las cuestiones que verdaderamente urgen e importan.   

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  • W
    Wesly

    Como dice Vallecas, el idioma es un arma más que los independentistas usan para alcanzar sus objetivos.

    Los independentistas no tienen ningún problema en hablar español en el Congreso y en el Senado, pero quieren imponer el uso del catalán y del vasco para seguir "construyendo" su idílico estado independiente. De este modo el resto de España podría ser cada día más consciente de la existencia de territorios "distintos" y sería más proclive a aceptar su independencia, que es precisamente el objetivo que persiguen.

    Pueden hacerlo cuando, como ahora con Pedro Sánchez, encuentran en el gobierno de España a alguien dispuesto a ceder a sus chantajes a cambio de votos, cosa que, como digo, les permite seguir avanzando hacia su objetivo.

    Queda bastante claro que Pedro Sánchez se ha convertido en un líder más del "procés" catalán, y del vasco.

  • V
    vallecas

    Parece Dª Inma que empieza a ver la "luz", dicho castizamente se esta "mosqueando".
    El objetivo de éstos es la destrucción de España, buscan la implosión, y atacar al idioma Español es un arma más.

    Espero que se de cuenta a tiempo Sra. Lucas, que estos no luchan contra el fascismo, luchan contra la DEMOCRACIA ESPAÑOLA.

  • A
    ArmVen1

    ¿De dónde se ha sacado usted que el catalán estaba reprimido en tiempos de Franco? Ya estamos con el mantra aprendido. Ninguna ley en el franquismo prohibió el uso del catalán en manera similar a como ocurre ahora con el español en Cataluña, Vascongadas y Galicia.
    La tiranía del lenguaje la han impuesto los nacionalistas y ahora la fashionaria de restar quiere imponer la astracanada de la torre de Babel.

  • P
    PACO TITOS

    La veo a usted muy "equidistante" con el tema de la lengua.
    Primero, Franco no "persiguió el catalán", sólo dejó de ensañarse en el Colegio. En Francia en los colegios sólo se habla Francés. Le pregunto, están por eso "perseguidas las otras lenguas"?
    Segundo, en España los que han creado el problema con las lenguas son los independentistas, son ellos los que intentan por todos los medios que no se hable castellano en sus regiones.
    En toda España estaba plenamente aceptado el uso de las lenguas. Todos llamábamos a Jordi Pujol en catalán, no lo llamábamos Jorge Pujol en castellano. Han sido los independentistas los que han ido creando antipatía hacia ellos y hacia lo que representan.
    Saludos