Los medios han descubierto al fin lo sobrevalorada que estaba Wall Street y las criptomonedas y han insistido en lo listo que es Warren Buffett por haber vendido tantas acciones en 2024 y tener más liquidez que nunca, algo de lo que ya informamos aquí hace casi tres meses. Por desgracia, esta corrección bursátil la están interpretando demasiados con un sesgo político para criticar al presidente D. Trump y ahí creo que pinchan. La bolsa estadounidense ya estaba sobrevalorada antes de la victoria electoral de noviembre y ha corregido el excesivo impulso alcista posterior; incluso las criptomonedas, a pesar del fuerte desplome desde máximos, siguen bastante por encima que antes de las elecciones, por lo que creo que hay motivos bastante más justificados para criticar a Trump, que culparle por lo que hagan los mercados.
Hay suficiente liquidez en el mercado como para no temer un desplome en el precio de algunos activos que llevan años subiendo, más cuando se ha visto acompañado de flujos hacia Europa, es decir, hay más un cambio de inversiones que pánico y desconfianza. Es un tema a seguir, sobre todo para los inversores, pero me preocupa más la economía, cómo el aumento de las importaciones por el miedo a los aranceles puede provocar un decrecimiento del PIB este trimestre en Estados Unidos y cómo los bruscos recortes del gasto público (sanos a medio y largo plazo si son adecuados) pueden incluso perjudicar el PIB del próximo (y dos trimestres consecutivos en rojo, serían considerados recesión). Y en todo esto sí que tiene una responsabilidad directa la aplicación de las políticas de Trump que, nos gusten o no, hay que reconocer que ha sido rápido en empezar a aplicarlas.
De repente hemos pasado de una inversión que creaba puestos de trabajo –directos e indirectos- en Estados Unidos y daba beneficios a otras empresas locales y a la Administración vía impuestos, a perder todo eso
El exitoso inversor Asad Jamal explicó ya en su primera legislatura, con un sencillo ejemplo, por qué Trump se equivoca con su obsesión con el déficit comercial de Estados Unidos: un promotor construye algo en Nueva York con un coste de 100 millones de dólares, 50 los gasta en servicios locales y 50 en materiales importados de China y luego vende lo construido por 110 millones. Sin embargo, si a estos últimos 50 hay que añadir un 25% de aranceles la factura sube a 62,5 por lo que el coste total del proyecto subiría hasta los 112,5 millones, imposibilitando su venta por 110 y por lo tanto renunciando a hacer el negocio. Algo similar a lo que ocurre cuando se suben mucho los impuestos: que baja la actividad económica. De repente hemos pasado de una inversión que creaba puestos de trabajo –directos e indirectos- en Estados Unidos y daba beneficios a otras empresas locales y a la Administración vía impuestos, a perder todo eso. Además, al ser el dólar la moneda de referencia mundial, es más que probable que la empresa china hubiera acabando invirtiendo parte de esas divisas recibidas del promotor, en deuda norteamericana o incluso en acciones de Wall Street, lo que cerraría el círculo.
Por supuesto podría darse el caso de hacer la misma inversión utilizando sólo materiales y servicios locales pero entonces el precio se dispararía. Como nos pasa a cualquiera de nosotros cuando vamos a comprar e intentamos no pagar de más, los empresarios intentan conseguir la mejor relación calidad/precio, por eso les merece la pena importar y si lo hacen es porque o bien el producto nacional no es bueno o bien porque es caro o bien porque no se lo ofrecen con la suficiente rapidez. Tras tantos años de declive manufacturero norteamericano, puede que la calidad siga siendo buena pero los precios y la rapidez no creo puedan ser competitivos internacionalmente porque no es fácil –ni barato ni rápido- aumentar producciones con la necesaria inversión previa de capital para modernizar los procesos. Es decir, el proyecto final sería más caro y más lento y por lo tanto, si estamos hablando del ejemplo de un bloque de apartamentos, al final será mucho más costoso para el norteamericano que busque una vivienda.
Con Trump o sin Trump hay aranceles, hay cuotas, hay guerras de divisas, hay subvenciones, hay competencias fiscales…
Con esa idea errónea de creer que importar bienes es perder dinero, el que ha acabado perdiendo es el norteamericano medio que acabará pagando más por lo mismo a cambio de que quizás se haya contratado a un número muy limitado de personas (debido a la automatización actual) en alguna fábrica. Si nos referimos, por ejemplo, a multinacionales que compran sus componentes en el exterior y ahora deben comprarlas a un precio más elevado (sea por aceptar los aranceles, sea porque cambian a un suministrador local) el aumento del coste de fabricación los hace menos competitivos en el mercado internacional por lo que perderán ventas globales respecto a sus rivales extranjeros. Es decir, que el América First lo que puede hacer es que pase justo lo contrario: que se compren más Samsung y menos Apple. Esto es fácil de entender y estoy seguro de que un empresario como Trump lo conoce perfectamente (y además se lo han dicho muchas compañías también), por eso no acaba de decidirse a aplicar los aranceles y anda con este juego de tira y afloja para intentar negociar desde una posición de fuerza, que me temo ya conocemos todos.
El mercado libre global al que algunos le echan la culpa de todos los males y que otros vemos como una de las mejores innovaciones del mundo moderno, nunca ha existido. La ola proteccionista no es nueva. Con Trump o sin Trump hay aranceles, hay cuotas, hay guerras de divisas, hay subvenciones, hay competencias fiscales… Ni dentro de la Eurozona hay un mercado competitivo en igualdad de condiciones para todos (para ello sería necesaria una unificación fiscal y de condiciones laborales, por más que haya libertad de movimientos de personas y capitales). Algunos lo desean (muy pocos) y otros lo critican como si realmente existiera pero en realidad el libre comercio es como el liberalismo o el comunismo, nunca se han aplicado en su totalidad, sólo es una cuestión de dosificación, de teoría que impregna una política mucho más pragmática.
Talleyrand
15/03/2025 09:27
Trump en realidad con los aranceles les ha subido los impuestos a los americanos. Un país que produce poco y obsoleto, salvo en tecnología y militar sus excepciones, va a seguir importando, pero pagando más caro todo. Eso es inflacion y ya sabemos las consecuencias y lo que hará la Reserva Federal. Contracción y puede que depresión. MAGA es sólo un lema, pero los inversores , vendiendo sus activos en bolsa Ya han advertido de lo que viene.
Santifon
Muy sencillo....el PSOE perdono a la famiglia los 2000 millones que encontraron en Suiza....y luego indultaron a Alfredo Saenz..... Que le pregunten a Inmanol Arias o a la Dutao....la perseccion de Choni Montero.....y la equiparen con la alfombra roja de la famiglia.....
Helena
Es un rasgo de los inseguros y los ruines Pelotas con el poder, lo ejerza quien lo ejerza, y crueles con los de abajo.