Opinión

La necesaria relación entre políticos y periodistas

Las personas adaptamos nuestro comportamiento a las opiniones predominantes por miedo a quedarnos aislados

  • Los medios y los políticos: esa difícil convivencia

Es conocida la famosa frase que se atribuye a Thomas Jefferson (1743-1826), tercer presidente de los Estados Unidos y considerado uno de los Padres Fundadores de la Nación, entre 1801 y 1809, que decía: “Si tuviera que decidir si debemos tener un Gobierno sin periódicos o periódicos sin Gobierno, no dudaría en preferir lo segundo».

Si bien es justo reconocer que también se le atribuye aquello de: “Un hombre que jamás mire un periódico estará mejor informado que quienes los leen, por lo mismo que quien no sabe nada está más cerca de la verdad que quien tiene la mente repleta de falsedades y errores.” En cualquier caso, Jefferson fue considerado como un icono de la libertad de prensa. Viene a cuento porque, recordando que el periodismo nació fundamentalmente para controlar al poder político, me gustaría hacer una breve reflexión sobre la relación entre los periodistas/medios de comunicación y los políticos/política.

Vivimos un tiempo que lo que no se resuelve en el Congreso se intenta “vender” en los medios de comunicación. Los políticos lo saben y lo utilizan y los periodistas lo permiten en aras de sus audiencias y sobre todo, de su cuota de pantalla. La pregunta que tenemos que plantearnos es: ¿los medios de comunicación y los políticos se necesitan? O lo que es parecido, ¿tienen funciones políticas los medios de comunicación? Evidentemente, parece que sí. Enumeremos algunas posibles:

Los medios de comunicación son referentes de la situación política. Es conocida la teoría de la espiral de silencio, acuñada a finales de la década de los 70 del pasado siglo por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en el libro Opinión Pública: nuestra piel social, que viene a decir que las personas adaptamos nuestro comportamiento a las opiniones predominantes por miedo a quedarnos aislados.

Parece evidente que los medios de comunicación son soberanos en marcar la agenda setting (los temas y el tiempo que dedican a ellos, incluso su tono) en función de sus intereses. Esta teoría, también llamada de establecimiento de agenda y también acuñada en esa década de los 70 del siglo pasado por los americanos McCombs y Shaw y publicada en “The Agenda-Setting function of mass media” se convierte en referente obligado para la sociedad y también para los políticos, muy atentos, a estos temas y, sobre todo, a estos tonos.

La gira mediática de Sánchez en las elecciones de julio del 23 trataba de mitigar un descenso en las encuestas. No tuvo inconveniente en acudir a platós y estudios que no había pisado como presidente para hacer un lavado de su imagen

Los medios de comunicación son campo abonado para la batalla política. Es indudable y, esto lo vemos, todos los días que los políticos tienen entre sus obligaciones, las apariciones pactadas o no en medios de comunicación, donde no hablan de lo suyo, sino que se defienden de lo que su oponente político, incluso de su oponente en el mismo gobierno (caso de España donde conviven varias marcas en un mismo ejecutivo) han dicho previamente. Por tanto, los medios de comunicación son la plataforma de ese enfrentamiento político. Incluso son portavoces del poder político.

Los medios de comunicación ofrecen al líder político sus espacios para que este cree y afiance su imagen. En una sociedad, donde lo visual y multimedia se impone al relato, los políticos utilizan todas las herramientas puestas a su disposición para dar una imagen que humanice la percepción que tienen la sociedad.

Esto se ve con más claridad en campañas electorales donde el poder gubernamental se hace dueño de la comunicación para persuadir al electorado.La gira mediática de Sánchez en las elecciones de julio del 23 trataba de mitigar un descenso en las encuestas. No tuvo inconveniente en acudir a platos y estudios que no había pisado como presidente para hacer un lavado de su imagen.

Estas tres cuestiones son una síntesis de la relación de periodistas y políticos, de políticos y periodistas. Ambos se necesitan. Los periodistas para informar, los políticos como altavoces de su política. La cuestión queda en el aire. Y nosotros, ¿los necesitamos?

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