Opinión

Invitar a cenar y que lo pague otro

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz EP

La jornada laboral media de los trabajadores por cuenta ajena españoles se sitúa en 37,8 horas semanales según los últimos datos de cierre de 2022 de Eurostat. La media europea se sitúa en 37,5 horas, es decir, 18 minutos menos a la semana que en España.

Este martes, los dos partidos que aspiran a gestionar el Gobierno han anunciado un preacuerdo que asegure un pacto de legislatura. Entre los puntos principales del texto se establece que el horario máximo de trabajo por ley se reducirá gradualmente. De las 40 horas actuales a la semana en 2024 bajará a 38,5, y en 2025 a 37,5 horas.

Y atención, que dice literalmente el acuerdo: “A partir de entonces se constituirá una mesa con los interlocutores sociales…”. A partir de entonces…

Es decir, acuerdan anunciar y aprobar medidas que no se han parado a sopesar, que no han consensuado con los agentes sociales, que no han previsto consecuencias económicas, ni su efecto en la competitividad de las empresas ni su reflejo en la productividad.

La coalición atropella el papel constitucional de los agentes sociales e invita a cenar a todos. Pero no pagan ellos, pagan las empresas y los autónomos

A partir de entonces… lo que se ve venir es que todo lo que aprueba por imperativo legal, sin un debate y una reflexión, con el único objetivo de recabar apoyos que aseguren un escaño, tiene grandes posibilidades de impactar negativamente en la actividad de las empresas, en especial de las Pymes y autónomos, y por tanto para el crecimiento de la economía y la creación de empleo en España.

Resulta sorprendente que el acuerdo se adentre en cuestiones propias del Diálogo Social, acordando aspectos tan relevantes como éste y lo haga precisamente dejando de lado a los interlocutores sociales “hasta entonces”.

En su afán intervencionista, la coalición atropella el papel constitucional de los agentes sociales e invita a cenar a todos. Pero no pagan ellos, pagan las empresas y los autónomos. Trabajar menos sin modificación salarial no es lo mismo que explorar nuevas fórmulas de reparto entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso u ocio.

Junto a CEOE y Cepyme, desde ATA, apostamos por una regulación de la jornada de trabajo que debe tratarse sector por sector y empresa a empresa, analizando, en cada caso, si hay margen de productividad suficiente y teniendo en cuenta las necesidades organizativas del empleador.

Hacerlo como ahora se propone, y fuera del marco del Diálogo Social, supone un aumento de costes para las empresas, que se suma a los mayores costes de producción, de financiación y de otro tipo (cotizaciones, subida del SMI) que ya venían sufriendo y cuando muchas de ellas, en especial PYMES y autónomos, siguen yendo por detrás en la recuperación.

No sería el primer ejemplo en el que se ningunea a los agentes sociales. Y, sin embargo, son las reformas con consenso las que nos hacen crecer como país. Cuando nos han escuchado, los resultados han sido positivos. Son las leyes que funcionan.

Mucho reclamar subidas de los salarios pero sin su intervención, y sí en el marco de la negociación colectiva, los interlocutores sociales hemos acordado, durante los primeros siete meses de 2023, aumentos salariales que de media se elevaron más de un 4%.

Pido respeto a los pactos sociales. Las empresas españolas y los empresarios trabajamos para impulsar el desarrollo de España y para que nuestro país esté en las mejores condiciones de hacer frente a los desafíos que tiene por delante. Y merecemos el respeto y la valoración que nos ganamos, cada día, con nuestra labor.