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Opinión

Garamendi y sus cómplices

Garamendi y sus cómplices
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Europa Press

El próximo 23 de noviembre los empresarios españoles están llamados a elegir a la persona que durante los próximos cuatro años defenderá sus intereses al frente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), al vencer el mandato del actual presidente de la organización, el polémico Antonio Garamendi. Las aguas han empezado a moverse en las sentinas de Diego de León 50, sede de la patronal, porque lo que hace unas semanas tenía toda la pinta de ser una reelección por aclamación, ahora ya no está tan claro. El cabreo de empresarios y organizaciones sectoriales con la política de fiel seguidismo con el Gobierno Sánchez puesta en práctica por Garamendi y su entorno y avalada por los capos de las cuatro o cinco grandes empresas españolas (Santander, Telefónica, Iberdrola, Acciona y poco más) es tan notorio, el clamor tan audible, que en Diego de León se ha instalado el miedo a la aparición de alguna candidatura alternativa capaz de concitar ese malestar y hacer perder a Garamendi su poltrona. El asunto rebasa con mucho lo que en circunstancias normales podría considerarse una pelea sectorial cualquiera, para convertirse en una evidencia más del desorden que en todos los órdenes de la vida española -el económico, el político y el social- ha impuesto un Gobierno tan débil y radical como el de Pedro Sánchez.

Entre el empresariado hispano ha sido muy comentado el titular con el que el diario ABC abría su edición el pasado jueves: "CEOE se planta y no negociará la reforma de pensiones con Escrivá". Por una vez y sin que sirva de precedente, Garamendi se ha puesto serio con el Gobierno. "Las relaciones entre CEOE y el ministro Escrivá están al rojo vivo, al punto de que la patronal ha decidido que no volverá a sentarse con el ministro en la mesa de negociación que debe completar la reforma de pensiones impuesta por Bruselas", escribía el diario. Y una riada de comentarios guasones corrió como la pólvora por los cuatro puntos cardinales del empresariado patrio: muy obvio, Antonio, muy descarado, demasiado tarde. Los cuatro años de mandato del vasco al frente de CEOE, que se cumplen el próximo mes de diciembre, han supuesto una notable decepción para quienes en su día vieron en él al presidente capaz de rescatar del olvido el "modelo Cuevas", vale decir el de un liderazgo independiente, combativo frente a partidos -de un signo o de otro- y sindicatos, y defensor a ultranza de las ideas e intereses del empresariado español.

El saldo final de Garamendi en estos cuatro años, más que decepcionante ha sido un notable fiasco para quienes confiaban, y confían, en una organización empresarial convertida en baluarte de la libre empresa

De hecho, fue el propio Garamendi quien, al presentar su candidatura en las elecciones de 2014 compitiendo contra Juan Rosell, reclamó para sí la herencia de José María Cuevas, un posicionamiento gracias al cual logró captar el 48% de los votos emitidos, a pesar de que la mayoría de las grandes organizaciones (Cataluña, Madrid, Valencia) respaldaban a Rosell, al igual que las sectoriales (Banca, Electricidad, Cajas de Ahorro, Grandes Almacenes), por no hablar del Gobierno Rajoy, que apoyó al catalán frente al vasco. Tras las desafortunadas presidencias de Gerardo Díaz Ferrán (un tipo dispuesto a usar la CEOE como parapeto, primero, frente a sus problemas financieros, y como moneda de cambio, después, para seguir gozando del respaldo crediticio de la banca) y de Juan Rosell, quien tuvo que vérselas con aquel Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) que el trío Botín-Alierta-Fainé se sacó de la manga, un invento que colocó a CEOE en una posición tan marginal como irrelevante, la llegada, por fin, de Garamendi a la cúspide de la patronal en 2018 fue recibida con el optimismo de las grandes ocasiones.  

Craso error. El saldo final de Garamendi en estos cuatro años, más que decepcionante ha sido un notable fiasco para quienes confiaban, y confían, en una organización empresarial convertida en baluarte de la libre empresa como actor fundamental a la hora de crear riqueza, generar empleo y mantener vivos una serie de valores enraizados con el progreso de la sociedad, un destino que inevitablemente le sitúa, si pretende cumplir con su obligación, frente a los posicionamientos populistas de una izquierda radical hoy en el Gobierno de España, para quienes el empresario es un tipo digno de toda sospecha, un ladrón encaramado al poder económico por la suerte o la cuna, un sacamantecas engordado con la plusvalía que arrebata al obrero y así sucesivamente. Un tipo, en cualquier caso, al que hay que atar en corto y hacerle la vida imposible asfixiándole a impuestos y reglamentos.

La CEOE de Garamendi permitió de inicio que carteras ministeriales a cargo de las relaciones laborales y demás asuntos sensibles a la actividad empresarial fueran ocupadas por la alegre muchachada comunista de Podemos, caso de Trabajo, Asuntos Sociales, Igualdad y Consumo. Más grave aún, con mayores perversas consecuencias, fue haber apoyado con su firma esa contrarreforma laboral que el Gobierno de coalición social-comunista se planteó desde el primer día como objetivo ideológico irrenunciable, a pesar de haber sido quizá la reforma más exitosa, en términos de creación de empleo, de las emprendidas por el triste Gobierno de Mariano Rajoy. El resultado de la contrarreforma patrocinada por "eternamente Yolanda" y consentida por el gran chamán de Moncloa ha sido y es un mercado laboral más rígido y más caro, impracticable a la hora de dar satisfacción a ese gran objetivo que es la creación de empleo, como ya han empezado a mostrar las estadísticas laborales una vez apagado el fulgor momentáneo de esos "fijos discontinuos" que mueven a risa.

No menos grave es que Garamendi y su CEOE hayan apoyado, y firmado, la contrarreforma del sistema de pensiones, suscribiendo la eliminación del factor de sostenibilidad y el establecimiento de la indexación automática con la inflación, una barbaridad cuyas consecuencias, más allá de su efecto sobre las variables macroeconómicas, sufrirá la población española durante mucho tiempo. Otro tanto cabría decir del apoyo prestado -difícil de entender en una organización patronal- a las fuertes subidas, tan desproporcionadas como demagógicas, del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La CEOE, en fin, y su organización de autónomos (ATA) han suscrito también el acuerdo por el cual los autónomos pasan de cotizar por la base mínima a hacerlo por ingresos reales, lo que en la práctica supone duplicar la carga fiscal para la mayoría de ellos en los próximos años. Tal es, muy a grandes rasgos, el legado de cuatro años como presidente de la patronal de un hombre que de facto dejó de serlo el 17 de junio de 2021, día en que, entrevistado en directo por Gemma Nierga en TVE, no tuvo empacho en apoyar los indultos a los golpistas catalanes ("si llevan a normalizar las cosas, bienvenidos sean"), una actitud desoladora para todo un "patrón de patronos" cuya mejor cualidad, al margen de su modesto equipaje académico, es la de ser un vasco no nacionalista.

Se ha rendido Garamendi, cierto, pero lo ha hecho porque antes se rindieron los grandes patronos que permanecen agazapados en la sombra sin decir esta boca es mía

¿Y todo ello por qué, a cambio de qué? Por miedo y para evitar males mayores. Si la filosofía del pasado podía resumirse en la firma de acuerdos solo cuando los empresarios obtenían algún tipo de mejora o ventaja, ahora se ha instaurado otra según la cual se trata de "controlar daños: firmamos acuerdos lesivos para el empresariado, porque en caso contrario la cosa podría ser todavía peor". Algo que en la práctica se ha traducido en una actitud servil y entreguista hacia el Gobierno, principalmente, y las centrales sindicales, actitud que no solo no ha aplacado sus exigencias sino que ha contribuido a exacerbarlas. ¿Resultado? Gobierno y centrales han perdido el respeto a CEOE y han convertido a los empresarios, los "ricos", en blanco de sus ataques y en responsables de todo lo malo que ocurre en España. Doña Yolanda ha ido más lejos y se ha atrevido a "amadrinar" una organización fantasma de pymes (CONPYMES) dispuesta en teoría a competir con CEPYME, y a promocionar otras no menos espectrales organizaciones de autónomos (UPTA y UATAE), próximas a UGT y CCOO respectivamente, para competir con ATA y de paso cobrar todas las subvenciones posibles. Sí, de acuerdo, hemos cedido en casi todo, pero al menos podemos presumir de haber acabado con la conflictividad social… Falso de toda falsedad: hay paz social porque la conflictividad perjudica sobre todo al Gobierno, y lo último que desean UGT y CC.OO. es dañar las opciones electorales de PSOE y Podemos.

"Cuevas terminó convertido en una referencia de la transición económica española. De aquella CEOE no queda casi nada. Y de Cuevas queda hoy la copia en pardo sepia de alguien llamado Antonio Garamendi", se dijo aquí el 9 de febrero de 2020 ("Un enemigo formidable"). Echar las culpas de lo ocurrido a este hombre limitado sería no solo una injusticia, sino una flagrante reedición del timo de la estampita. Porque Garamendi es un "mandao" en la plena extensión del término. Un hombre que hace lo que le dicen, que ejecuta las decisiones que adoptan los grandes patronos a cuyas órdenes directas se mueve. Garamendi firma la contrarreforma laboral porque Ana Botín, José María Álvarez Pallete, Carlos Torres, Ignacio S. Galán e Isidro Fainé le dicen que firme. Full stop. Se ha rendido Garamendi, cierto, pero lo ha hecho porque antes se rindieron los grandes patronos que permanecen agazapados en la sombra sin decir esta boca es mía, gente que parece ignorar la especial responsabilidad que un gran empresario tiene contraída no solo con su cuenta de resultados, que va de suyo, sino con la sociedad española y su futuro. Hablamos de una derecha económico-financiera en cierta medida fascinada por el desparpajo con que se mueve ese socialismo casposo de que hace gala Sánchez y su Gobierno, a lo que hay que añadir ese cierto sentimiento de culpa del capitalista acomplejado y una no menos cierta sensación de inferioridad moral e intelectual. Vale la célebre cita del camarada Lenin: "Los burgueses nos venderán la soga con la que les vamos a ahorcar". Cabría decir que nuestros burgueses son tan desprendidos, además de tan locos, que se dejarían conducir mansamente al matadero sin decir ni pío.

Todos ellos (además de CNC, Confemetal y ASEDAS -Mercadona-) quieren la reelección de Garamendi por aclamación, un deseo puesto en solfa por muchos empresarios y organizaciones que consideran que el sujeto no se ha hecho acreedor a semejante premio y que se están organizando para presentar el próximo 23 de noviembre una candidatura alternativa. En esta línea se encuentran Fomento, Cepyme, Asaja, Anfac y varias territoriales importantes. La candidatura que encabezaría Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, no termina de concretarse. La están peinando. El plazo para formalizarlas termina el 8 de noviembre. Aunque no hubiera candidato alternativo, bastaría con que uno solo de los 789 vocales que conforman la Asamblea Electoral pidiera votación para que Garamendi no pudiera ser elegido por aclamación. La correspondiente urna serviría entonces para concretar, vía voto de castigo (voto en blanco), el profundo malestar que hoy invade a la gran patronal con la labor de Garamendi y su junta en los últimos cuatro años.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • L
    Luzmasluz

    No tendrá rival, Garamendi...El Presidente del Gobierno es muy muy osado/atravesado, y está fijo y seguro, mientras dure la legislatura... Algo más de un año, pues, de suma peligrosidad... nadie pugnará con Garamendi por el puesto...

  • E
    Emilezolacuso

    ¿GARAMENDI?
    ¡Cómo si pone al Macario de Mari Carmen! La única misión, objetivo NACIONAL: Cada cual okupándose de lo suyo, y de lo de los suyos, el resto se la sopla, se la refanfinfla. Todo dios sometido, claudicante, lacayo, súbdito, siervos, escoria .. Fuere desde cualquier ámbito.

    El golpe d Estado político, y en todos los órdenes, al día. Lo fue político cargándose a LA ÚNICA OPOSICIÓN en su día: UPyD/ROSA DÍEZ. Cargándose a ALBERT RIVERA (por si acaso se arrependía) y por supuesto actualmente vía terrorismo político/social 24h intentando cargarse a LA ÚNICA OPOSICIÓN que nos queda: VOX. Todo ello, evidentemente con la anuencia, colaboración, complicidad, bendición del PP y FEIJÓO (actual mano derecha del SANCHISMO), y hasta del propio FELIPE VI todo un jarrón chino de todo a 100.

    Del modo PROSTÍBULO en el que está anclado LO MEDIÁTICO (la vía profesional, inexistente), de lo que se sirve el régimen para esconder, censurar, tregiversar, mentir, engañar a 47 millones d incautos, ignorantes, cortidos y limitaditos aspirantes a tener condición de persona y de ciudadano algún día.

  • P
    pancho

    Hoy día, la CEOE no es más representativa de los empresarios de verdad, (Ana Botín no es una empresaria, sino una heredera) que los sindicatos de clase UGT y CCOO lo son de los trabajadores.

  • K
    Karl

    Estas son las dos clases:
    Los que pagan impuestos,
    y los que viven de ellos.
    __
    "There are two distinct classes of men in the nation, those who pay taxes, and those who receive and live upon taxes."
    ~Thomas Paine, †1809

    • K
      Karl

      Sí, también la CEOE, como los síndicatos, viven de los impuestos.

  • S
    spqr

    Las fotografías de Garamendi en las escalinatas de Moncloa , firmando con Sánchez y sus acólitos de UGT y CCOO, las trapacerías del presidente, son demoledoras.

  • A
    AngelitoLobo

    Con Garamendi la CEOE ha llegado a su nivel más bajo de representatividad real del "real empresario"
    La biografía del muchacho es simplemente desoladora: niño bien de Neguri, empresario estrictamente por herencia, sin saber lo que es destinar una empresa en el día a día, metido desde jovencito en organizaciones empresariales (Jóvenes Empresarios) dónde si ha desarrollado su auténtica capacidad: laconspiración interna para mantenerse siempre a la cabeza desde Jóvenes Empresarios hasta hoy. Intentó estudiar en Deusto y lo invitaron a irse.
    Su legado de estos cuatro años no puede ser más desolador: el peor presidente de la CEOE en el peor momento, cuando es más necesario que nunca un auténtico Liderazgo.
    En común con Sánchez: muchas, muchas cosas: su insufrible narcisismo, su canibalismo por la foto...su necesidad patológica de permanecer en el poder...
    Y mientras tanto...el empresario real el que se las ve y se las desea para sobrevivir más sólo que la una.
    Como la CEOE no reaccione el divorcio con la empresa "real" tendrá dificilísimo arreglo.

    • S
      Sor Intrepida

      En su CV pone que es licenciado.

  • W
    Wesly

    Los empresarios generan productos o servicios que los consumidores (después de valorar otras alternativas) libremente adquieren y pagan. Aportan un gran servicio a la sociedad porque:

    - Dan trabajo e ingresos a las personas que la empresa contrata.

    - Ponen en el mercado productos o servicios útiles a la sociedad

    - Aportan gran cantidad de ingresos al Estado, provinentes del impuesto de sociedades, del IVA de los productos o servicios que venden y del IRPF de sus directivos y trabajadores.

    Los empresarios que arriesgan su patrimonio para generar riqueza y empleo son imprescindibles para el progreso de la sociedad. Munca deberían renunciar (por miedo o para evitar los ataques sectarios de los políticos) a defender con argumentos objetivos y racionales su papel fundamental en la sociedad.

    • S
      Sor Intrepida

      Y las cotizaciones a la Seguridad Social,aproximadamente un 40% de los salarios,solo.,

  • T
    Talleyrand

    Que hace la asociacion de empresarios, tan partidario teoricamente de la libre empresa viviendo de subvencines publicas?
    Que emprendedores son aquellos que aceptan la limosna (y lo que supone para la relacion con el que la da!) del gobierno de turno.
    Identico razonamiento podriamos aplicar a los sindicatos autollamados "de clase". Como se puede vivir gracias al presupuesto del estado cuando puede haber un conflicto de intereses con el que te da la pasta y tiene el BOE en su poder?

    Incoherencias del trampantojo de los que detentan el poder en España.
    Ni son autenticos empresarios si necesitan del poder para vivir ni son sindicatos si estan a expensas de un sueldo que paga el gobierno.

    Ni Ibex ni Ugt ni mas cortinas de humo.
    Todos estos ya son parte de un enorme estado clientelar que vive de la deuda publica que no para de crecer y de los impuestos a todo lo que se mueva.

    Es decir, son ya un freno al desarrollo y a la prosperidad en su escala.

    • P
      Playero

      Totalmente de acuerdo

    • S
      Sor Intrepida

      Quien paga manda Talleyrand.Y todos los que viven de "La Subvención" se arrastran por el suelo como las serpientes,venenosas,por supuesto.
      Lo malo del caso es que todo sale del contribuyente,D. Nadie,según la "excelsa catedrática",incluida la deuda publica,que se paga y por cierto galopante.

    • T
      Tony010

      Totalmente de acuerdo. El asunto canta ya tanto que es hasta nauseabundo. Ahora, matarán antes de dejar sus poltronas. Lo veremos cuando VOX sea elemento determinante para gobernar España. Ya veremos cómo los "empresarios" del BOE maniobran para que el PSOE se abstenga, ya lo veremos. Y daremos el enésimo espectáculo macabro-económico-jurídico al que nos tienen acostumbrados en los últimos 15 años, desde la crisis del 2008.

  • G
    giledu

    Garamendi representa al IBEX 3,5, que diría el insultón Federico, con razón claro. Da lástima ver que es la "Voz de su Amo", cuando debería ser un tipo independiente y un gran luchador por las clases bajas empresariales.

    • X
      xsibai

      Debería haber luchado por las clases bajas y altas empresariales. Nunca se debe inculcar miedo en los empresarios que saben encontrar el camino del éxito. Cuanto mas arriba, por lo general, más y mejores empleos aportan al mundo del trabajo.

    • N
      NoNiNa

      Pues nada a votar que es muy sano y a contar bien los votos. La alternancia es muy buena y agarrarse al sillón muy peligroso ... Y nos sale carísimo