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Opinión

Eso no es fútbol

El centrocampista argentino del Sevilla, Lucas Ocampos, celebra el primer gol del equipo sevillista

Se le parece en el balón, las porterías y el número de jugadores. También en la presencia de árbitros. Todo lo demás fue casi una extravagancia. El clásico sevillano que marcó el regreso del fútbol tras la crisis sanitaria desatada por la epidemia del coronavirus en España tuvo algo artificial y no era el césped.

Sin público, el partido tenía más de simulación que de encuentro deportivo. Hasta el color  parecía distinto y los verdiblancos parecían desteñidos, anímicamente al menos. Llevan razón quienes afirman que más que un partido, parecía un videojuego, una recreación a lo Play Station  no ya por el pixelado para simular a los hinchas en las gradas, sino por el aspecto mecánico y desangelado de toda la puesta en escena.

Si hasta discutir es más complicado cuando de este fútbol profiláctico se trata. El dudoso penalti que decidió la suerte del partido habría arrancado un rugido de la grada, ahora vacía y fumigada, silenciosa y hueca como una cáscara. En su lugar, eso sí, retumbaba en el televisor el sonido de los vencejos que atravesaban el cielo sevillano. Quizá sean el rastro más visible de la fatalidad que ha pasado por nuestras vidas desde hace casi tres meses, una versión amplificada del poema de Bécquer que recuerda a los que ya no están.

Más que un partido, el Sevilla-Betis parecía un videojuego, una recreación a lo Play Station

Se ha jugado, pues, en pleno estado de alarma. Concretamente, en el día número 90 desde que fuese declarado por el Ejecutivo Nacional. Para muchos resulta irritante, y lo es, que haya regresado primero el fútbol que la educación, pero mucho peor hubiese sido que no regresara. Se puede encerrar, distanciar, confinar y embozar a la población, pero no eternamente. Afeitar de entretenimiento habría puesto mucho más arriba la cosa pública, que anda servida de crispación, por cierto.

El nuevo fútbol ya está aquí, 27.000 muertos después. Tiene su parte irónica que fuese precisamente Mateu Lahoz el encargado de pitar  el encuentro. El colegiado, que fue primero en asistir en una entrevista al Hormiguero y tiene una debilidad especial por ser él el protagonista, ha puesto la guinda. Esta Liga express es como la normalidad: parece, pero no es.

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