Opinión

La polémica foto del Rey y el beso clandestino a Don Juan Carlos

La Casa Real, en su página web oficial, cerraba la galería de imágenes que resumía el viaje del Rey a Grecia al entierro de su tío Constantino con una fotografía simbólica y especialmente dura para su padre

El Rey, entre su madre y doña Letizia, camina del brazo de Doña Sofía mientras su padre va apoyado en dos ayudantes varios metros por detrás. Casa Real

En primer plano, por un camino empinado y polvoriento, Felipe VI camina entre la Reina Sofía y la Reina Letizia, agarrado en un gesto de complicidad y apoyo al brazo de su madre que parece hablar a su nuera mientras el Rey escucha atentamente. Los tres caminan sin dificultad y perfectamente enfocados. Son el centro de la escena.

Al fondo, unos metros detrás, el padre del Rey camina con evidente dificultad por la senda sin asfaltar (en algunos momentos, tuvo que desplazarse con un carrito de golf). A duras penas se le adivina avanzar agarrado como puede a los brazos de dos asistentes para seguir andando no sin dificultad. No hay nadie de su familia. El Emérito aparece desenfocado en la foto. Lejano.

El pie de la foto con la que la Casa Real cierra la galería de imágenes ni siquiera nombra a Don Juan Carlos. “Sus Majestades los Reyes con Doña Sofía tras el entierro del Rey Constantino de Grecia. Cementerio Real de Tatoi. Atenas (Grecia), 16.01.2023”. Ni una mención al Emérito.

La complicidad del Rey con su madre

¿Por qué esta imagen ha sido elegida por la Casa Real? Teniendo en cuenta que todo lo relacionado con los medios está medido por Zarzuela y por los responsables de la Casa del Rey, especialmente inclinados a controlar cualquier mensaje que se manda desde allí, no parece casual la elección de la fotografía de la complicidad del Rey con su madre mientras su padre camina por detrás, sin la familia, en soledad y con evidentes problemas de movilidad.

La Casa del Rey ha querido transmitir que en el funeral, Don Felipe y Don Juan Carlos estuvieron separados, pues el protocolo del acto ‘privado’ –las autoridades helenas no querían un funeral de Estado pero la llegada de miembros de 15 monarquías les acabó superando- mantenía en un lado de la iglesia a los Reyes en ejercicio. Don Juan Carlos se mantenía en el otro, junto a Doña Sofía y sus hijas. Lo mismo que en el funeral de la prima Isabel II de Inglaterra…

Sin embargo, sí hubo un encuentro casi clandestino que en España no se ha visto. La televisión griega Start emitía dos vídeos -de escasa calidad- en los que Don Felipe besaba a su padre. El primer momento, durante el entierro de Constantino en el palacio de Tatoi antes de ocupar su sitio en el funeral. El segundo, en la despedida de la ermita. Ninguno de ellos se vio en España. Ninguna imagen de contacto entre ambos. Mucho menos del beso entre padre e hijo.

¿Había consigna de que no se filtrara en España la imagen de ellos dos juntos? Don Juan Carlos partió de Grecia de vuelta a Emiratos, otra vez, sin un encuentro publicitado con su hijo. La última vez que se informó de una reunión fue tras su polémica visita a SanXenxo, con mucha luz y muchos taquígrafos. Demasiados para lo que quería la Casa Real y, sobre todo, para el Gobierno.

En aquella reunión en Zarzuela, antes de partir de regreso a su autoexilio, hubo tensión: Don Felipe recriminó a su padre que le pusiera en un aprieto por cómo se produjo su visita a Galicia, en jet privado y con decenas de periodistas a las puertas de la casa del amigo que el alojó. Don Juan Carlos argumentó su derecho a volver al no tener causas pendientes. No hubo acuerdo.

Con este Gobierno es muy difícil el regreso de Don Juan Carlos -dicen fuentes cercanas al Emérito-. No tiene ya causas pendientes, pero sabe que sería la diana de parte del Ejecutivo para intentar sacar rédito electoral”. Por ello se prepara para seguir en Abu Dabi con la mayor comodidad posible

Todo apunta a que este año, el Emérito seguirá aplazando su regreso pese a que su situación judicial está totalmente liquidada en España. Incluso –y según publicó La Vanguardia- se está mudando a una nueva casa, construida para él y con facilidades para su estado físico (Don Juan Carlos se desplaza habitualmente en una silla autónoma por sus problemas de movilidad). También está llevando recuerdos personales que tenía en España a su nueva residencia.

Este año electoral no es el indicado, apuntan fuentes cercanas al círculo de Don Juan Carlos, para plantear el regreso definitivo a España. “Aunque no tiene ya causas pendientes, sabe que sería objeto de los ataques de buena parte del Gobierno para intentar sacar rédito electoral”, dicen estas fuentes. Con este Ejecutivo, advierten, es muy difícil su regreso. Por ello está preparándose para seguir en Abu Dabi con la mayor comodidad posible.

La jura de la hija del Rey

Acaba de celebrar su 85 cumpleaños en su autoexilio y no hay ningún signo que evidencie que su situación vaya a cambiar próximamente. En su mente hay una fecha para el regreso a España: la jura de su nieta, la Princesa Leonor, como heredera. Un momento preñado de simbolismo en el que Don Juan Carlos exigirá estar como mensaje de continuidad entre tres generaciones de Reyes.

La heredera cumple 18 años el 31 de octubre, pero la disolución del Congreso si hay generales en noviembre –las que ganó Pedro Sánchez fueron el 10 de noviembre de 2019- complican el escenario. Felipe VI juró el 30 de enero de 1986, día en el que alcanzó la mayoría de edad, pero Zarzuela baraja otro escenario para Leonor: esperar a la celebración de las generales y a la formación del nuevo Gobierno, con la esperanza de que haya otro Ejecutivo en Moncloa.

Ese -y no antes- sería el momento para el regreso de Don Juan Carlos. No hay ningún signo de que la vuelta definitiva a casa vaya a adelantarse y la foto elegida por Casa Real y la 'clandestinidad' del beso entre padre e hijo así lo demuestran. Pese a que el tiempo apremie y sean muchos quienes alertan del desastre que supondría una muerte en el exilio.

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