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Opinión

¿Estamos a las puertas de una recesión?

Cola del paro.

Los datos de afiliación de la semana pasada generaron un cierto revuelo. El dato fue malo, sin paliativos. Desde 2008 no presenciábamos un ajuste tan intenso en un mes que tradicionalmente es negativo por la estacionalidad. Incluso eliminando esta, según datos del Ministerio, el saldo del mes fue igualmente malo. Esto confirma que el ciclo, como ya se venía viendo, está mutando de fase, hacia una clara ralentización del crecimiento.

Hasta aquí todo correcto. Pero es partir de este punto donde la imaginación, los deseos y los mensajes empiezan a colorear el horizonte. Algunos hablan de crisis y recesión, otros de causas políticas y más aún, de causas más bien recientes. Muchos en este sentido buscan a un culpable, como si lo hubiera, y este es, sin duda para ellos, Pedro Sánchez. Pero salvo que nuestro gobierno actual lo hubiera hecho rematadamente mal, esta causalidad no es posible establecerla. Debemos empezar a comprender, de una vez por todas, que los ciclos existen, suceden, alternando sus fases una detrás de las otras con la misma naturalidad con la que trabaja nuestro tracto digestivo. Esto es lo que hay y ahora toca cruzar los dedos.

Para empezar, esta fase del ciclo en la que en la actualidad nos vemos inmersos empezó hace mucho, mucho tiempo. Todo ciclo económico se compone de una sucesión de varias fases, no necesariamente todas presentes y con picos y valles intercalados. Un ciclo, generalmente, muestra una fase de recuperación, otra de consolidación del crecimiento, otra de debilitamiento y, en algunos casos, otra de contracción y que no es nada más que un debilitamiento agresivo.

[Ya debiéramos haber aprendido que los ciclos existen, alternando sus fases, en lugar de buscar un culpable cada vez que la economía sufre una desaceleración]

Existen técnicas que sirven para “fechar” los ciclos, es decir, señalar cuándo estos pasan de una fase a otra. Existen algoritmos que nos señalan los picos y valles del ciclo, es decir, la fecha en la que se alcanza el máximo en el ritmo de crecimiento de la actividad productiva y la fecha en la que se alcanza el mínimo. Si este último es un mínimo que supone contracción, señalaría el punto álgido de una recesión. Pero si el valle no implica contracción, este simplemente señala el fin del proceso de debilitamiento del ciclo que no necesariamente, insisto, da paso a una recesión. De hecho, la inmensa mayoría de los valles no se producen durante una recesión.

La figura que se muestra a continuación representa el ciclo económico español con datos desde 1995. El indicador es el índice sintético de actividad económica que publica el Ministerio de Economía y Empresa. El indicador es de frecuencia mensual, por lo que ilustra con un mayor detalle los ciclos productivos en España. En el mismo gráfico se muestran señalados los valles y los picos de estos ciclos y estimados por quien les escribe. Pueden comprobar que desde 1995 hemos asistido a seis ciclos con sus seis valles y picos. De los primeros, solo dos de ellos pueden catalogarse como recesiones (aquella con punto mínimo fechado en marzo de 2009 y el de septiembre de 2012). El resto, otros cuatro, no se identifican como recesiones, sino más bien el fin de una fase de debilitamiento que es seguida de nuevo por una intensificación del crecimiento.

Ciclo de actividad en España y fechado de ciclos (picos y valles)  (enero de 1995-julio de 2018)

¿En qué fase estamos en la actualidad? Pues estaríamos en una fase de debilitamiento, como se puede ver en el mismo gráfico. ¿Cuándo se alcanzó el último pico, si es que estamos en dicha fase? Pues no se lo van a creer, pero tan lejos como ¡noviembre de 2015! ¡Hace casi tres años! ¿Implica que esta fase acabará convirtiéndose en una recesión? No lo sabemos, pero sí es posible para ello hacer algunas estimaciones que nos permitan realizar algún análisis probabilístico sobre si este evento ocurrirá finalmente. Para ello, podemos usar indicadores adelantados, que predicen en cierto modo el ciclo, y un nuevo algoritmo que nos permite elaborar dichas probabilidades.

 [Esta fase del ciclo en la que en nos vemos inmersos empezó hace mucho, mucho tiempo y, que se sepa, Pedro Sánchez nada ha tenido que ver con ella]

En el gráfico que encuentran a continuación está representado el llamado indicador adelantado de la OCDE para varios países, entre ellos España. De nuevo es un indicador de frecuencia mensual, lo que nos permite disponer de un detalle del ciclo superior al mostrado por otros de frecuencia trimestral como es la Contabilidad Trimestral. Pueden observar que este debilitamiento es común al conjunto de estas economías, y como indicador adelantado que es predice el futuro cercano. Lo que sabemos desde hace tiempo es que este debilitamiento es esperado para los próximos meses y que se lleva adelantando desde finales de 2016 o principios de 2017.

Indicador adelantado de la OCDE para varios países o grupo de países  (enero 2001-junio 2018)

Con estos datos y el nuevo algoritmo, no es difícil predecir la probabilidad de recesión de la economía española en el próximo año (12 meses vista). Esto es lo que se representa en el siguiente gráfico. En él tienen información de dicha probabilidad junto con las recesiones experimentadas por nuestra economía desde 1980 (representadas como áreas en gris). Pueden comprobar que las recesiones son contemporáneas con probabilidades cercanas a uno, pero también pueden observar que ha habido momentos donde se preveía una recesión con probabilidad elevada pero finalmente esta no ocurrió. Corresponden estas a las crisis de México y a la crisis de las “puntocom” que enlazó con el 11 de septiembre de 2001.

Probabilidad de recesión en la economía española en los próximos 12 meses

Lo que nos dicen los datos es que en la actualidad la probabilidad de sufrir una recesión en el próximo año es de un 32%. Hace tan solo doce meses esta probabilidad era solo del 4%. El algoritmo detecta en los datos un ajuste de la actividad que puede desembocar en una contracción de la economía, aunque de momento con una probabilidad aún alejada del 100%. Es más, si otras veces con probabilidad más elevada esta recesión no llegó a ocurrir, no debemos aún pensar que estamos a las puertas de una crisis segura. Solo debemos entender que, con estas cifras, el debilitamiento es real, en cierto modo muy tendencial, pero aún lejos de que este se transforme en una recesión. Simplemente podemos estar ante una nueva fase de consolidación de crecimiento, como suele ocurrir al menos en 4 de cada 6 debilitamientos.

En resumen, el menor crecimiento de la economía española era esperado desde hace bastante tiempo, pues confirma una tendencia no solo observada en unos meses atrás, sino en incluso años. Pero esto no implica que estemos a las puertas de una recesión. De hecho, de momento se debería apostar porque esta no ocurrirá. No obstante, que la probabilidad de recesión a un año haya aumentado del 4% al 32% en tan solo un año es preocupante. Esto nos obliga a estar más atentos en el futuro próximo.

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